El paternalismo perjudica a las letras indígenas, dice Ak'abal
Recrear los elementos de la naturaleza, afán del poeta maya
Arturo Jiménez En el nuevo y aún incipiente reconocimiento a la literatura escrita en lenguas indígenas, Humberto Ak'abal advierte el riesgo del paternalismo al considerarse ``que sólo porque un escritor es indígena, es bonito lo que hace''.
El poeta maya-k'iche de Guatemala -quien hoy recibirá, a las 19 horas, el primer Premio Continental Canto de América de Literatura en Lenguas Indígenas, en el Palacio de Bellas Artes- agrega que eso le molesta, pues las obras de indígenas deben verse en el contexto de la literatura en general.
``Seamos claros: si tiene valor, el texto literario permanecerá; si no lo tiene, se hará bulla un rato pero luego se apagará. Así es como quisiera que se viera mi trabajo.''
-Entonces, ¿la aspiración de la literatura indígena es estar a la par de cualquier otra y que se le juzgue como tal en el mundo?
-Exactamente. No tiene por qué sectarizarse, a cuenta de qué. Si se sectariza, de nuevo caemos en la discriminación y el paternalismo. Quien tiene la palabra es el lector: si a él le dice algo, entonces el poeta expresa algo. Si el lector de pronto tiene ese contacto con el autor y le despierta una emoción, le hace reír, suspirar, reflexionar, entonces se está ante un texto poético en verdad, en cualquier idioma.
-¿Hay un renacimiento de las literaturas indígenas?
-No, pues siempre ha habido poesía en nuestras culturas, sólo que se ha mantenido en la oralidad, porque nuestras lenguas son ágrafas. Lo novedoso consiste en que los de esta generación de fines del siglo XX usamos los caracteres latinos para darle forma escrita a nuestros textos.
``Otro aspecto es que al presentar nuestros textos en forma escrita, para compartirlos, rompemos el silencio y las barreras impuestos durante siglos.''
-¿Cómo te fuiste acercando a los libros y a la poesía?
-Del lado de mi padre, mis abuelos eran músicos y compositores, tenían una marimba. Por mi madre, mis abuelas eran contadoras de cuentos y de niño las escuchaba.
``Recuerdo que con el abuelo vivía un ancianito, Melesio, y un día, cuando venía de la primaria, que es lo único que tengo de estudios, me preguntó: `¿y qué haces con esos papeles?' Le dije que estaba aprendiendo a leer. Entonces, me confió: `en el techo de la casa de tu abuelo está una caja, parece que ahí hay unos papeles. Tu abuelo dice que no hay que leerlos porque uno se puede volver loco, y no los quemamos porque nos puede caer alguna maldición'.
``Un día saqué al abuelo de la casa, lo llevé a la orilla del río y me regresé. Busqué una escalera y subí para ver la cajita y sí, había libros. Con un poco de luz que entraba por las tejas me puse a hojear. Leí un cuento, La última hoja, de O'Henry. También estaban Madame Bovary, de Flaubert, y La guerra y la paz, de Tolstoi. Y decidí robarme los libros.
``Fue 20 años después, cuando supe que había comenzado con los grandes de la literatura. Soy autodidacta, un lector compulsivo y siempre he comprado libros viejos en la capital de Guatemala. Así me fui alimentando tanto de la literatura escrita como de la oral.''
-De las narraciones de tus ascendientes.
-Y de los conocimientos. Mi abuelo, que aún vive y tiene 97 años, es un sacerdote indígena con muchos conocimientos. En mi pueblo aún se usa el calendario lunar de 260 días. Me fui nutriendo de la cosmogonía de mi abuelo. Aprendí con él a leer los relámpagos, las tempestades, a calibrar el viento, a comprender el lenguaje de los pájaros, el comportamiento de los animales, el rumor de los ríos.
Abrevar en el pájaro k'urupup
-¿Cuál sería, por citar un caso, el lenguaje de los pájaros?
--Hay un pajarito, que en maya-k'iche se llama k'urupup, que canta sólo después de que se oculta el sol y antes que salga la luna. Cuando lo hace, sabemos que amanecerá lloviendo y todo el día seguirá así.
-Lo anterior, ¿qué relación tiene con tu poesía?
-Me ha enriquecido. No intento trasladar literalmente esto porque dejaría de ser poesía; es al revés, juego con ello. Trato de generar imágenes y utilizo los recursos metafóricos para crear una poesía con frescura.
-¿Cuáles son tus grandes temas?
-La naturaleza es la que impera, pero siempre abarco los temas eternos, que no son exclusivos de una lengua o cultura: el amor, la muerte y la vida.
-Tu obra ha sido traducida a seis idiomas, ¿qué significa esto para ti?
-Borges decía que toda traducción, a veces, es traición. El primer sufrimiento es mío, porque escribo en mi lengua y me traduzco al castellano. Tengo que hacer grandes esfuerzos para tratar de encontrar los términos precisos.