La Jornada 26 de noviembre de 1998

Aún ignoramos en qué urbe vivimos, dice García Canclini

Arturo Jiménez Es necesario repensar la política cultural urbana para relacionarla con las industrias culturales, es decir, buscar cómo articular a los actores públicos con los nuevos actores privados y de la sociedad civil, señala el investigador Néstor García Canclini.

El, con Amparo Sevilla, Ana Rosas Mantecón y Raúl Nieto, coautores de Cultura y comunicación en la ciudad de México, libro en dos volúmenes editado por la UAM y Grijalbo, hablan de la gran urbe, dividida por García Canclini en ``cuatro ciudades'' conceptuales.

En este libro participaron antropólogos, urbanistas, geógrafos, sociólogos, psicólogos y comunicólogos, entre otros, todos especialistas en aspectos culturales de la ciudad de México.

--¿Cómo se podría sintetizar el aporte de estos dos volúmenes?

--Por una parte -responde García Canclini--, se busca ofrecer información actualizada sobre aspectos muy variados y estratégicos del desarrollo de la ciudad, tratar de entender las transformaciones ocurridas en los últimos 50 años y, por otro lado, cómo debieran cambiar las políticas culturales, todavía relacionadas con una ciudad territorial, donde la mayor parte de la actividad cultural se hacía en el espacio inmediato de los lugares de habitación.

Este libro es el principal producto del programa de estudio sobre cultura urbana de la UAM-Iztapalapa, con casi una década de existencia. García Canclini y su grupo han hecho estudios sobre distintos aspectos de la cultura urbana: los públicos de cine, del Festival de la Ciudad de México, de museos.

Se trata de una investigación sobre la oferta cultural en la ciudad, de barrios, colonias, instituciones tradicionales, así como de los medios masivos de comunicación y aspectos de la vida cotidiana como los cambios por la expansión periférica de la urbe.

García Canclini indica que, por ejemplo, estudian la modernización de las formas de habitar en la ciudad, la expansión de los medios masivos de comunicación, la transformación de modos culturales como los salones de baile, así como los nuevos papeles del patrimonio histórico.

Cuatro ciudades

El antropólogo agrega que habla de cuatro ciudades como un intento de organizar datos de distintas épocas y del tipo de ``modelamiento'' de la ciudad: como ciudad histórico-territorial, concentrada en el Centro; como ciudad industrial, a partir de los años 40, que se expande por la aparición de fábricas y los migrantes que vienen a trabajar.

Otra es la ciudad comunicacional, que con sus mil 500 kilómetros cuadrados es una urbe ``desconectada'' que nadie puede atrevezar ni conocer en su conjunto, pero ha sido restaurada en un ``simulacro de conocimiento y de cohesión'' por los medios electrónicos.

``Quizá el ejemplo más evidente es el de los helicópteros que la recorren cada mañana y relatan lo que ocurre en lugares muy distantes; reconstruyen en el imaginario de la población la idea de que todavía hay una ciudad que podríamos entender y manejar como totalidad. Pero no es así.

``Es una ciudad que ofrece mucho en entretenimiento,en cultura, en servicios, pero al mismo tiempo crea obstáculos para acceder a ellos, por el desequilibrio en su oferta y porque están concentrados en un triángulo que va desde el Zócalo a Chapultepec y se extiende hacia el sur.''

Y menciona la última y más reciente ciudad, la que ``hibrida y articula'' las distintas etapas históricas de esta gran urbe que tenía 1 millón 600 mil habitantes en los años 40 y ahora son casi 18 millones.

Señala que la tendencia dominante es la baja de la asistencia a los lugares públicos y el crecimiento del consumo de la información mediática. ``Cada vez salimos más a la ciudad por obligación y menos por placer''.

Sin embargo, dice, hay experiencias cotidianas de uso de la ciudad, en la colonia, los parques, el mercado más cercano, ``que nos dan otras formas de arraigo y de intercambio e interacción social''.

Y recientemente, agrega, en los centros comerciales, ``esos macrocentros que se han establecido hasta llegar a 27 y que ofrecen lugares de encuentro, de cita, sobre todo para los jóvenes''.

--¿Faltan recursos para investigar a la ciudad de México?

--Sin duda. Otras ciudades en Europa, Estados Unidos y aún Brasil tienen centros de documentación e investigación sobre la vida de sus ciudades. Esta tarea ha sido realizada por grupos como el nuestro acerca de algunos aspectos, pero la vida cultural y comunicacional de la ciudad aún es desconocida en gran parte por los propios habitantes y funcionarios. Todavía no sabemos en qué ciudad vivimos.