El próximo año no será ``color de rosa'', acepta Zedillo
Rosa Elvira Vargas, enviada, Colima, Col., 24 de noviembre Ť Con las voces del campo que reclamaron apoyos y más presupuesto para hacer producir el agro, el presidente Ernesto Zedillo hizo una nueva y extensa defensa de su proyecto de presupuesto para 1999, pues aunque admitió que aquél incluye medidas de alto costo político, de un evidente ``impacto negativo'' en la población y que han provocado ``cierta preocupación e irritación'', aseguró que no se cerrarán escuelas u hospitales ni se cancelará ningún programa social.
Es el momento, afirmó, de alcanzar los acuerdos necesarios, responsables y realistas que permitan fortalecer ingresos y cumplir con las obligaciones sociales del gobierno, y confió en que el interés de la nación estará por encima de cualquier interés de grupo o partido y que ``la clara comprensión'' del momento por el que pasa la economía nacional llevará a todos a seguir fortaleciéndola ``con la mayor responsabilidad''.
Aseguró que como mandatario no puede cerrar los ojos ni pretender que el próximo año el mundo será ``color de rosa'', pues ello sería proceder sobre bases totalmente irreales. ``No soy un gobernante irresponsable; me toca tomar decisiones difíciles que causan preocupación y, en ocasiones, molestias a la gente'', pero aclaró que su obligación es también la de explicar a la gente las razones detrás de esas determinaciones porque ``resulta siempre más costoso ajustarse a toro pasado''.
Pidió que aquellos que censuran la conformación de su iniciativa reconozcan que hay un contexto, que existe una serie de circunstancias y de restricciones que enfrenta el país y no opinen en el vacío.
El discurso de Zedillo fue una nueva convocatoria para discutir la política económica del próximo año, pero en el que también insistió en que si no se adoptan las medidas propuestas ``después tendrá que haber otras que serán mucho más costosas para la propia población''.
Perfiló el escenario que, dijo, sobrevendría en el país si no se mantiene la salud en las finanzas públicas: disminuirá la producción, no se crearían nuevos empleos, se dispararía la inflación, habría devaluación, las tasas de interés se irían ``al cielo'', se acabaría el crédito para todas las actividades productivas y, en síntesis, el país entraría en crisis.
Cierto, asumió, las decisiones que ha adoptado el gobierno preocupan e irritan a la gente, aunque también ``se prestan a mucha demagogia, a un oportunismo político'' que es injustificado, porque otras personas con responsabilidad y militancia política están solidarizándose con el país, hacen un esfuerzo por entender la situación y, recalcó, no hablan en el vacío y en cambio ven las condiciones desfavorables que enfrenta el país.
Dio enseguida una pormenorizada explicación de cómo se aplicará el presupuesto que propone a los distintos programas del campo en lo que, indicó, Hacienda le ``hizo caso'', de tal suerte que por ejemplo los recursos para los productores de bajos ingresos crecerán 50 por ciento en términos reales y, en general, las asignaciones a la Alianza para el Campo se elevarán 20 por ciento.
Ello demuestra, justificó, que sí es posible conciliar responsabilidad fiscal con responsabilidad social para atender lo más importante, sobre todo en lo que se dirige a quienes menos tienen. Ese, resaltó, ``es el tamaño del compromiso del gobierno de la República''.
Durante 35 minutos, el mandatario expuso los fundamentos de su proyecto porque se dijo interesado en que la gente los comente, pondere los juicios y opiniones que escucha a través de los medios de comunicación y se comprenda que hay quienes están hablando con la verdad, quienes están utilizando ``las verdades a medias o las mentiras completas'' para obtener un beneficio o un posicionamiento político.
Más adelante, en Manzanillo, donde encabezó una reunión para medir los avances de la modernización portuaria, volvió al tema, y estableció que ``bajo ningún pretexto'' sería responsable debilitar las finanzas públicas, pues ello implicaría el riesgo de entrar nuevamente al círculo vicioso de inflación desbocada, tasas de interés muy altas, falta de inversión, ausencia de crecimiento y pérdida masiva de empleos.
Y es que, para Zedillo, el hecho de que la mezcla mexicana de petróleo esté cotizándose en estos días a 8.81 dólares por barril, además de implicar la pérdida de casi 40 por ciento de los ingresos públicos, se convierte en la referencia obligada que deben considerar todos aquellos que quieran opinar sobre el proyecto de presupuesto. Habló de lo ocurrido durante este año en la economía internacional e hizo referencia al impacto que tuvo una caída similar en el precio del crudo hace una década.
Frente a un escenario similar, Zedillo dijo que su gobierno ha actuado con oportunidad y responsabilidad, no obstante el costo que le acarrea en términos de popularidad. ``Pero quienes recibimos a través del voto popular un mandato para servir al pueblo, no podemos ni debemos reparar en ese tipo de consideraciones; lo más importante es tomar las decisiones que consideremos necesarias para evitar costos todavía mayores para la población, y eso es lo que estamos haciendo para 1999''.
Afirmó después que quienes piden más recortes al gasto público, tal vez no han revisado con cuidado cómo se ha dado el ajuste en aquél en los años recientes, y dijo que siempre hay personas que toman alguna cuestión para querer demostrar que esa limitación presupuestal no se ha dado y, ``de mala fe, señalan algún punto, algún caso, alguna instancia en que efectivamente podría ser posible todavía hacer mayores ahorros''.
Indicó que en ese fenómeno de pérdida de ingresos públicos, ``no estamos hablando de unos cuantos pesos'' sino de casi 4 mil millones que se dejaron de recibir este año por la caída de los precios del petróleo y se han perdido fuentes sanas de financiamiento externo, ``que no sabemos cuándo van a regresar al país''.
Visita a desplazados
En su gira por Colima, el Presidente acudió al albergue instalado en una secundaria del municipio de Cuauhtémoc, donde se encuentran habitantes de comunidades cercanas al Volcán de Colima, actualmente en actividad. Recibió explicaciones de funcionarios y vulcanólogos, y destacó que si bien el escenario científico más probable no marca una situación grave en el futuro, las diversas instancias públicas se mantendrán alertas ante cualquier imponderable.
Por cierto, habitantes de Colima se quejaron ante el Presidente por la información que han difundido sobre todo Televisa y Tv Azteca sobre la actividad del también llamado Volcán de Fuego, pues dijeron que ello ha traído por consecuencia una baja sensible en la actividad turística, y demandaron que se informe con objetividad, pues muchas noticias se presentan de manera alarmista.
Casi a las 11 de la mañana, el Presidente se reunió con cientos de niños que recibieron anteojos como parte del programa Ver Bien para Aprender Mejor. Usuario él también de lentes, Zedillo recomendó a los pequeños usarlos y cuidarlos bien, porque ``yo los pierdo seguido y cuestan muy caros''.
En diálogo con los pequeños que no obstante las horas que aguardaron y el hecho de que estaban sin desayunar se mostraron muy entusiasmados, el mandatario señaló: ``Ya me hace falta graduación'' (a sus anteojos) y le pidió al gobernador Fernando Moreno Peña -quien por cierto no resistió la tentación de hacerse escuchar en todos los foros donde estuvo hoy el Presidente- que lo incluyera en el programa que atiende a los niños con problemas de agudeza visual.
Asimismo, puso en marcha obras de la Universidad de Colima, como un moderno proyecto llamado Ciudad Cableada, recorrió instalaciones portuarias y después de una comida en Manzanillo, a la cual acudieron 400 personas, inauguró el Campeonato Mundial Universitario de Tae-kwon-do.