¿Creerán Cordoba y Salinas que aún pueden imponer a otro Zedillo en la silla presidencial durante el periodo 2000-2006, al fin de que continúe protegiéndolos a ellos y al narcosistema de poder, y de paso permita al capital trasnacional seguir desmantelando a la Nación, y que esto lo lograrán con la manipulación de los medios?
1.¿Pensará, en verdad, Ernesto Zedillo, que está gobernando a México?
2.¿Supondrán los salinistas en su desprecio por el pueblo mexicano que podrán seguir prevaleciendo en el país por el control que ejercen sobre el Ejército, el aparato del PRI y los medios masivos de comunicación, en virtud de una maraña de compromisos creados a través del narco y los negocios?
3.¿A quién creerá que está engañando Joseph-Marie Cordoba, el Goebbels tras bambalinas de este sexenio, al continuar manipulando a la prensa mexicana para hacer creer que Carlos Salinas no tiene ya poder alguno, que hay una lucha en superlibre de Zedillo contra Salinas o que se van a sancionar los crímenes del salinismo? ¿No es acaso evidente que Carlos Salinas disfruta de una narcoamnistía de Washington, como lo prueba el hecho de que los directivos de Newsweek (18 de noviembre) no tengan reserva ética alguna y publiquen el nuevo intento de defensa de quien es presunto (y evidente) responsable de graves actividades criminales, por más malabares que haga la reportera Martha Brant por disimular los hechos que conocen todos los mexicanos y la circunstancia de que su revista está promoviéndolo?
4.¿Imaginará Carlos Salinas que con su descabellado texto de autodefensa podrá convencer a alguien en los Estados Unidos de que él y los miembros de su familia no son los archicriminales que todas las evidencias muestran que son, y de que, como lo evidenció el Informe Del Ponte de 1998, no estuvo atrás de los homicidios de Ovando y Gil, del cardenal Posadas, de Colosio y de Ruiz Massieu, y no saqueó los bienes de la Nación ni se asoció con los cárteles de la droga para desarrollar un narcosistema de poder en México, como de que no fue un mero instrumento del capital, trasnacional, al igual que otros pequeños tecnócratas sin escrúpulos en América Latina que no han tenido más función que la de entregar al extranjero las riquezas de sus países?
5.¿Creerán posible las plumas del salinismo ``blanquear'' a su jefe y engañar a los mexicanos presentándolo en el peor de los casos como un hombre enfermo de vanidad, cuya mayor ``falta'' fue hacerse el disimulado ante los ``negocios'' de su hermano Raulito, como lo han hecho en casi todos los periódicos mexicanos?
6.¿A quién puede engañar el gobierno con el arresto del narcobanquero Carlos Cabal Peniche en Australia, cuando se sabe que este delincuente de cuello tricolor está asociado con Carlos Salinas, Miguel de la Madrid y Roberto Madrazo, de los que es prestanombres, que fue protegido desde el gobierno por José Angel Gurría y Oscar Espinosa, los hombres de Zedillo, y que todos sus socios están libres y la PGR no hace nada por recuperar lo defraudado? ¿Por cuánto tiempo pretenderá Zedillo entretener a los mexicanos con esta nueva mise en scene?
7.¿Quién tiene la creencia no en el país, sino en la PGR, de que en este sexenio se aplicará la ley y se desmantelará el narcosistema, se procesará a Salinas y a sus amigos y se recuperarán los bienes de que ahora disfrutan por el mundo?
8.¿Pensará Zedillo que alguien le cree cuando habla de ``Estado de Derecho'' y de ``legalidad'', siendo que la Suprema Corte de Justicia del periodo zedillista, integrada por oscuros abogados de dudosa reputación, en vez de velar por la constitucionalidad de los actos de la administración, no ha hecho más que subordinarse al Ejecutivo, como aconteció en el caso del anatocismo? ¿O que se puede ignorar que su actual presidente, Vicente Aguinaco Alemán, fue abogado de los banqueros en 1982, y que muy probablemente ha incurrido con su hijo en un tráfico de influencias?
9.¿Creerán de veras Adolfo Orive, Ernesto Zedillo y Francisco Labastida que con 60 mil soldados en Chiapas, amedrentando a las comunidades indígenas y multiplicando los retenes en las carreteras o entrenando a los grupos paramilitares del PRI, podrán impedir que algún día se consagren a nivel constitucional los derechos plenos de los pueblos indios, tal y como fueron negociados y acordados en San Andrés? ¿Supondrán que con esa guerra de baja intensidad van a impedir que se reconozca la vigencia del Convenio 169 de la OIT, suscrito por México en 1989 y ratificado el año siguiente por el Senado? ¿Estará consciente Ernesto Zedillo de que no puede ganar la guerra insensata que libra contra los pueblos indios de México?
10.¿Podrá alguien suponer en serio que los hombres de Carlos Salinas no tienen la mano metida en la dirección nacional del PAN, que con tanto esmero va a aprobar la propuesta oficial sobre el fraude histórico del Fobaproa? ¿O que Vicente Fox no tiene compromiso alguno con el salinismo?
11.¿No se darán cuenta los tecnócratas en el poder de que el pueblo mexicano ya ha entendido que están librando una guerra económica contra las mayorías, y que va seguir resistiendo?