Aprehenden a Emilio Massera, quien fue miembro de la dictadura argentina
Stella Calloni, corresponsal, Mar del Plata, 24 de noviembre Ť El ex almirante Emilio Massera, uno de los integrantes del gobierno de la última dictadura militar argentina (1976-1983), quedó este martes detenido después de presentarse ante un juzgado en Buenos Aires por el caso de secuestro de bebés de detenidas desaparecidas, y fue trasladado a Campo de Mayo, un cuartel militar del ejército.
El ex jefe de la marina fue interrogado por la jueza María Servini de Cubría, en el marco de la causa iniciada por la familia de la detenida desaparecida Cecilia Viñas.
Mientras, afuera del juzgado un grupo de cabezas rapadas (jóvenes neonazis) gritaban que el ex militar era ``un patriota'' porque había reprimido y eliminado a comunistas e izquierdistas.
Según fuentes judiciales, la detención del marino habría sido ordenada por su negativa a declarar.
Por lo pronto, el gobierno del presidente Carlos Menem, quien dictó la amnistía que liberó a Massera y a otros jerarcas militares, se limitó a decir que el asunto es estrictamente ``judicial''.
Precisamente aquí en Mar del Plata se encuentra un joven de 21 años que hasta este momento se llamaba Javier Gonzalo Vildoza, y que estaba registrado como hijo del ex capitán de navío Jorge Vildoza.
Este joven descubrió que era el hijo de Cecilia Viñas, luego de presentarse ante Servini de Cubría para solicitar que se le hicieran análisis de ADN, y entonces comenzó los contactos con su familia biológica y a reconstruir su historia.
Cecilia dio a luz mientras estaba prisionera en la un campo clandestino de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada, bajo responsabilidad de Massera, y luego fue desaparecida junto con su compañero Hugo Penino.
Ahora, el ex almirante difícilmente podrá esgrimir que no sabía lo que pasaba en su propio centro clandestino de detención, como era la estrategia fijada por sus abogados defensores para intentar desviar la culpa hacia sus subalternos.
El rencuentro de Javier con su familia ``fue emocionante'', dijo a La Jornada María de Ignase, miembro de las organización Abuelas de Plaza de Mayo, en Mar del Plata, donde viven los Penino Viñas.
``Los abuelos reconocieron gestos de sus hijos en Javier y hubo muchas lágrimas y un intenso amor'', sostuvo Ignase, quien demandó en esta ciudad balnearia, donde culminó una conferencia continental antiterrorista, que el mundo y los gobiernos escuchen la voz de las abuelas y no permitan ``más doctrinas de seguridad en nuestros sufridos países''.
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