Persiste el riesgo de una crisis de fin de sexenio, advierten consultores bursátiles
Antonio Castellanos Ť El de 1999 será un año de crecimiento moderado, sin una reducción importante en la inflación, y la depreciación del peso podría ser de 21.60 por ciento. Al cierre de 1998, por el aumento en el precio de la gasolina, la tortilla y la mano de obra, se presentarán fuertes presiones inflacionarias, y para el 2000 las metas pueden corresponder más a lo que se desea que a lo que puede lograrse.
Reportes de grupos financieros, consultoras y la Bolsa Mexicana de Valores coinciden en que las tasas de interés se mantendrán altas e impedirán en 1998 un crecimiento económico satisfactorio, con un incremento en los precios de por lo menos 18.4 por ciento y una caída en las acciones de las principales empresas que cotizan en el mercado bursátil. La transición ordenada en el 2000, sin crisis de fin de sexenio, puede quedar en simple deseo.
Debido a los últimos movimientos en materia de precios, los economistas de Banamex cambiaron su estimación sobre el proceso inflacionario anual de 17.5 a 18.4 por ciento. También influyeron las condiciones climáticas adversas sobre los precios de bienes agrícolas.
Las consultoras Bursamétrica y Standard and Poor's plantearon que el déficit público sería de 1.60 por ciento con respecto del producto interno bruto y un tipo de cambio de 9.59 pesos por dólar.
Los economistas del Grupo Financiero Ixe consideraron que si el tipo de cambio cierra en 10 pesos, para diciembre de 1999 sería de 12.16, con una depreciación de 21.60 por ciento, y opinaron que la meta de 13 por ciento de inflación tendrá pocas probabilidades de alcanzarse.
Advierten: ``No debe perderse de vista la viabilidad de las metas económicas para el año 2000, que incluyen una transición política ordenada, sin crisis recurrente de fin de sexenio, lo que puede significar que aquellas corresponden más a lo que se desea que a lo que pueda lograrse de acuerdo con el entorno prevaleciente''.
Indicaron que las propuestas para incrementar los ingresos generarán presiones inflacionarias en los próximos meses, lo que se sumará al aumento en el precio de la tortilla y de la mano de obra. En consecuencia, para contrarrestarlas, las tasas de interés permanecerán en niveles elevados y significarán un obstáculo para que se logre un crecimiento económico satisfactorio.
En su reporte expusieron que si bien el objetivo de las finanzas públicas es adecuado, el costo de las medidas tendrá un impacto importante sobre la actividad económica en 1999.
Existen inconsistencias entre algunas premisas utilizadas y sus implicaciones. Tal es el caso del tipo de cambio promedio de 11.08. A pesar de que dicho nivel es una estimación, la devaluación que implicaría es poco consistente con el objetivo de inflación de 13 por ciento, señalan.
La posición de las principales empresas que cotizan en bolsa no es muy satisfactoria, de acuerdo con los reportes. En el año, grupos financieros, empresas de comercio, industriales y de servicios, así como sociedades de inversión, registran pérdidas de hasta 70 por ciento.
Los analistas concluyen que para el año próximo se visualiza un entorno difícil; el ámbito interno no permitirá un margen de maniobra amplio en la política económica, con un crecimiento menor a 3 por ciento, y el panorama internacional continuará presentando dificultades.
El crecimiento será menor a 3 por ciento y la inflación registrará una disminución más moderada.