Impera el desorden en la JAP: Jusidman
Ricardo Olayo Ť La percepción del gobierno del DF respecto a la Junta de Asistencia Privada (JAP) es que opera con enorme desorden, sin democracia y en forma clientelar, al dar apoyos selectivos, sostiene la secretaria de Salud, Educación y Desarrollo Social del gobierno capitalino, Clara Jusidman.
Hay muchas organizaciones -sobre todo asociaciones civiles- que no quieren acercarse a la JAP por el férreo control que se ejerce sobre ellas, dijo la funcionaria al hacer una breve descripción de la problemática.
En este momento, puntualizó, prevalecen las dudas sobre el funcionamiento de la JAP, pues algunos servicios o compras que requieren las instituciones de asistencia privada que la conforman se efectúan a negocios o empresas de los propios miembros de la JAP o a los propios patronos sin que haya límite en la ley a esta forma discrecional de asignar dinero; tampoco hay un control sobre las percepciones de los directivos de estas instituciones.
Los recursos con los que operan no son sólo públicos, precisa la funcionaria, muchos provienen del Monte de Piedad, es decir de los intereses que se cobran a los más pobres que son aquellos que acuden a estas instituciones de préstamo. Este hecho convierte al dinero en un recurso social.
Adicionalmente, el gobierno las exenta en el pago del predial, agua, luz y hay deducibilidad en impuestos toda vez que se reconoce la importancia del trabajo de las instituciones. Aún más, al gobierno corresponde la tutela de los grupos vulnerables y tiene que aplicar vigilancia en los modelos de atención que se dan a este sector. En algunas de las IAP se necesita reorientar la atención a quienes lo requieren, lo que es una responsabilidad de la autoridad y no puede renunciar a ella, precisó Jusidman.
En discusión hay iniciativas de ley para reglamentar la actividad de la asistencia privada y que tendrán que ser votadas en la Asamblea Legislativa. Al pedirle su opinión sobre la que presentó el PRD, Jusidman dijo que de su lectura se desprende el objetivo de reordenar el trabajo de la JAP, cuyo presidente es Víctor García Lizama.
La iniciativa no tiene fines estatizantes; si bien se pueden lograr mejoras, no se puede permitir que continúe el desorden, que se ha expresado en quejas por la actuación de García Lizama. A las diputadas que promueven la ley les corresponde continuar con la consulta de opiniones entre el sector, pero por lo pronto no escapa que el control que hoy se ejerce la junta es el otro extremo de la estatización, subrayó.
Es necesario el cambio en la ley porque se mantiene el esquema anterior en el que la autoridad capitalina era parte de la Federación y por ese motivo hay representantes federales que deben ser sustituidos por funcionarios locales y garantizar una mejor composición en el órgano de decisiones, que hoy está en mayoría de la IAP.
Han pasado años y la autoridad no ha entrado a recomponer el trabajo que por ley le corresponde, pues se trata de un órgano desconcentrado del gobierno capitalino. Al incrementarse entre la opinión pública la información sobre el tema, la secretaria habló en entrevista.
En el análisis que hace del tema, estableció que hay grupos de poder que están detrás de las instituciones y que la forma de operar los ha confrontado, un ejemplo evidente es la pugna reciente con el directivo de la Cruz Roja, José Barroso Chávez y el ahora ex integrante del Monte de Piedad Luz Saviñón, Benjamín Trillo; estos dos personajes han sido opositores a los manejos realizados por García Lizama y ahora están con sus bonos a la baja tras una pugna con el presidente de la JAP.
El desorden ``propicia que se quitan y se ponen patronos a la voluntad de una sola persona'' y en la misma forma se asignan los donativos, destacó Jusidman, quien dijo que es falso que los recursos que maneja la JAP sean superiores a los que destina el gobierno a atender a grupos vulnerables y de todos los sectores en general; al contrario de lo dicho por García Lizama, la relación es totalmente inversa.
La propuesta es que los donativos se distribuyan según los proyectos de cada institución y no en forma discrecional, pues algunas instituciones que están trabajando, están marginadas de los recursos por no coincidir con esta forma de trabajo. Lo que se quiere es romper el esquema clientelar y corporativo que se genera a través de esta situación, explicó Jusidman.
Son otros tiempos --García fue electo en 1991 y lleva dos relecciones-- y se tienen que modernizar también las instituciones para practicar la democracia no sólo en lo político, porque lo que ocurre en la JAP, ``no es democracia'', expuso la funcionaria responsable del gobierno local de atender el desarrollo social de los ciudadanos.