En la Mixteca han escuchado otra forma de nombrar la vida
Mónica Mateos, enviada, San Marcos Arteaga, Oax., 22 de noviembre Representantes de 100 pueblos de la Mixteca convivieron ayer con las poetas que visitaron esta comunidad para intercambiar experiencias en torno a preocupaciones comunes: cultura, educación, futuro de la niñez y literatura.
Fueron diez las mesas de trabajo que se instalaron en los corredores de igual número de casas. Discusiones en familia, para elegir las mejores opciones a fin de defender la identidad indígena, así como atender los reclamos de las diferentes etnias de la región en cuanto a educar sin violencia y con arte. Entre las conclusiones más relevantes está la propuesta de no esperar a que la Secretaría de Educación Pública abra espacios para promover las tradiciones de los pueblos no sólo de Oaxaca sino de todo el país.
Los representantes de comunidades como Zapotitlán Palmas, Piedra Azul y San Yosocuta, en su mayoría maestros rurales, explicaron a las escritoras, el abandono en que viven los niños y jóvenes de la Mixteca por parte de sus padres, debido a un problema cada día más difícil de enfrentar: el alcoholismo.
Los educadores oaxaqueños detallaron su lucha diaria contra la indiferencia de las familias de bajos recursos, las cuales prefieren ``que el niño trabaje para que lleve dinero a la casa, a que estudie, pues piensan que eso es perder el tiempo''.
En concreto, las poetas se comprometieron a establecer un canal permanente de comunicación entre ellas y las comunidades mixtecas; se ofrecieron para impartir talleres y donar libros, porque ``ser poeta no es una profesión, sino que cada profesión debe estar fundamentada en la poesía, lo cual quiere decir, por ejemplo, que hay que educar para crecer, madurar y celebrar la vida'', expresaron.
El sexto Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, creado en 1993, que se dedicó este año a la población infantil, demostró que en la Mixteca es vigente una cultura que se preocupa por su futuro sin olvidar el pasado, y que la poesía no es sólo quimera sino compromiso social.
Las poetas extranjeras también se sumaron a la iniciativa de ``formar niños creativos, no obedientes'', pues, según las representantes argentinas, ``estamos todos en la misma vida''.
Se votó por cultivar el orgullo, la ima- ginación y la rebeldía, así como estrechar los lazos de unión entre las comunidades, los estados y los países ``donde se gesta, más que la palabra, un suceso mágico: el rescate de las culturas tradicionales, no las versiones oficiales impuestas por el neoliberalismo''.
Por la tarde se eligieron a los ganadores de los concursos de relato tradicional y poesía. Pero el premio que más disfrutaron, tanto las escritoras como los habitantes de San Marcos y los maestros de 100 pueblos mixtecos, fue compartir las imágenes, las metáforas y las historias de las mujeres, que durante cuatro días se esparcieron por las calles empedradas de esta comunidad, dejando a su paso huellas amorosas.
En el quiosco, en las esquinas, frente a las tienditas, junto al río, en el atrio de la iglesia, las poetas detuvieron el tiempo rodeadas de niños o mujeres, que escucharon otras formas de nombrar la vida.