PANORAMA

La evolución

Nuestros parientes vivos más cercanos son el chimpancé y el gorila, mas no descendemos de ellos como se ha mal interpretado a lo largo de la historia reciente y difundido ampliamente por los medios de comunicación, señaló la maestra en ciencias por la UNAM Carmen Sánchez, durante una conferencia sobre la Evolución del Hombre.

La evolución es un proceso que no se detiene nunca, y hoy todos los seres vivos que habitan la Tierra modifican y mejoran sus estructuras para adaptarse al medio en que se desenvuelven, aseguró la maestra Sánchez.

El ser humano no es ajeno a ese proceso evolutivo, y a lo largo de millones de años ha desarrollado determinadas características que le han permitido no sólo sobrevivir, sino hasta modificar su entorno.

La selección natural, explicó la especialista, es la fuerza que propicia el predominio de ciertos tipos orgánicos y con determinadas habilidades. En ese sentido, la evolución humana ha sido gradual en algunos aspectos y en ocasiones ha dado saltos.

La humanidad por sí misma es todo un mosaico de evolución ya que, por ejemplo, la dentadura ha variado poco desde hace 35 millones de años, las muñecas lograron su estado actual hace un millón de años, al igual que la forma de nuestra frente, el codo y la cadera se formaron como tales hace como 25 millones de años, etcétera.

Esos cambios han propiciado que el cerebro aumente de tamaño. En la actualidad, su volumen promedio es de mil 400 centímetros cúbicos, o sea, tres veces más grande que el de un antropoide de hace 8 millones de años.

Sin embargo, la especie humana ha tenido que pagar un alto precio por tener un cerebro de gran tamaño: su desarrollo durante la gestación no es total y tienen que transcurrir varios años para ser independiente como individuo; asimismo, el tamaño del cráneo crea dificultades durante el alumbramiento, ya que la pelvis humana es muy estrecha debido a la posición erguida.

A principios de esta década, se descubrió que las mitocondrias contienen ADN, es decir, información genética de nuestra especie. En el momento de la concepción, el espermatozoide pierde su flagelo o cola, que es donde existe un alto contenido de mitocondrias, lo que hace suponer que el linaje humano lo ha conservado siempre la mujer.

Según estudios de especialistas, el linaje humano más antiguo es el africano, con lo que se reafirma la teoría de que la humanidad actual surgió de aquel gran continente, concluyó la maestra Sánchez.