¡EUREKA!

¿Mascotas silvestres?

La moda de utilizar fauna silvestre como mascota es altamente nociva para la conservación de las especies, porque rompe con parte de la cadena biológica de los ecosistemas y las pone en peligro de extinción.

De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), el tráfico de especies silvestres -realizado sin la autorización o permiso correspondiente, con dolo y fines lucrativos- está penado como delito en México y es una de las modalidades más comunes de los ilícitos ecológicos y uno de los más graves problemas que atentan contra la biodiversidad.

Víctor Ramírez Navarro, subprocurador de Recursos Naturales de la Profepa, considera entre los actores del tráfico de especies a:

a) Científicos y afiliados a instituciones de educación superior e investigación nacionales y extranjeras que han sido sorprendidos colectando semillas de diversas plantas mexicanas o capturando ejemplares de fauna sin ningún tipo de autorización, pero con tal cantidad de ejemplares que no sólo exceden el número sino también las especies autorizadas.

b) Líderes sociales que responden a reclamos de sectores populares y representan intereses de capturadores y vendedores.

c) Traficantes de cuello blanco que sustentan sus actuaciones en la frontera de las regulaciones de la legislación y en la falta de normatividad.

d) Turistas ecológicos, nacionales o extranjeros, con infraestructura.

e) Turistas cinegéticos con altos niveles de consumo y preferencias exigentes.

f) Grupos o personas altruistas que organizan ferias para que los campesinos vendan organismos silvestres.

g) Funcionarios de zoológicos, facultados para intercambios y donaciones.

Entre las especies en mayor peligro de extinción están las que se trafican con fines de ornato, como pericos, guacamayas, quetzales y aves rapaces; mamíferos como algunos tipos de monos, incluido el chimpancé; tortugas marinas y del desierto o algunos peces de agua dulce, aunque últimamente se han puesto de moda las marinas como anémonas, corales, etcétera. (Patricia Vega)