La Jornada lunes 23 de noviembre de 1998

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

No es intrascendente el primer logro obtenido por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en su encuentro con la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa): provocó la insólita unidad de todos los integrantes de esta comisión legislativa, lesionó (acaso de manera indeleble) a la franja defensora de la tolerancia y el entendimiento con el grupo armado y favoreció (en los terrenos de la política y de la propaganda) las posiciones gubernamentales que acusan al zapatismo de intransigencia.

Así, luego de dos años de búsqueda apasionada de un encuentro como el que se ha realizado ahora en San Cristóbal de las Casas, el fuego real ha dado paso al verbal: la delegación zapatista ha acusado a la Cocopa de faltar gravemente a su palabra, e inclusive de asumir actitudes racistas; los legisladores, a su vez, han respondido con un ultimátum, emplazando a los insurgentes a definir si de verdad desean dialogar o no, y una de las voces con más autoridad moral en el asunto, la del senador Carlos Payán Velver, ha llegado a considerar ``polpotianas y antidemocráticas'' las actitudes de los zapatistas, y cree que éstos en realidad ``no quieren la democracia, no quieren la paz, no quieren nada''.

El propio Payán, hombre de clarísima historia en favor de las causas populares, estimó ``criminales y estúpidos'' los actos de presión que contra la Cocopa realizaron algunos grupos de la llamada sociedad civil (reunidos también en San Cristóbal, en un encuentro paralelo con la dirigencia zapatista) tratando de obligar a la representación legislativa a conseguir para los rebeldes mecanismos de seguridad que, según los cocopos, ni siquiera les habían sido solicitados.

De plácemes, el antizapatismo

En los hechos, tal enfrentamiento favorece los intereses del gobierno federal (Los Pinos, Bucareli), del estatal (el mariscal Roberto Albores Guillén, los grupos paramilitares) y de la franja antizapatista de la Cocopa (algunos priístas duros, ciertos panistas ultras, algunos perredistas tibios).

Con el incidente de este 20 de noviembre se han creado condiciones altamente favorables para que la propaganda oficialista exacerbe las diferencias entre quienes buscan la paz digna mediante el diálogo genuino. Al mismo tiempo, ha quedado mal colocada, y con pobres argumentos, esa corriente de la Cocopa (Payán, Pablo Salazar, Gilberto López y Rivas, y hasta el propio diputado priísta Francisco Javier Guerrero) que había establecido un dique a las posturas guerreras de los pequeños halcones internos.

Dos años de dudas y enconos

Pero desde luego, el estallido verbal del pasado día 20 no ha surgido de un simple exabrupto. Es la consecuencia de un prolongado periodo de dudas soterradas y de silenciosos enconos.

Del lado zapatista han entendido a la actual Cocopa (la segunda Cocopa, suele llamársele) como una instancia que en lo general está abiertamente dominada por las visiones electorales de futuro de los partidos y que, en lo particular, en la franja llamada progresista, ha estado demasiado dispuesta a escuchar propuestas y estrategias del gobierno federal.

Uno de los puntos de quiebre en este segundo enfoque fue el manoseo de la llamada ``segunda iniciativa'', que la secretaría de Gobernación quiso sacar del bote de la basura para hacerla pasar como un documento vigente y viable, con el que la Cocopa se abstendría de defender su primera iniciativa y que, de hecho, dejaría sin sustento pleno el argumento zapatista de que el gobierno federal había incumplido su palabra de apoyar la redacción que la Cocopa hiciese de una primera iniciativa de ley en materia indígena.

Por su parte, la comisión legislativa ha mantenido una molestia grave por la negativa de los zapatistas a dialogar con ella, como si la legitimidad de la instancia parlamentaria dependiese de tal encuentro y de sus obligadas fotografías. Pero, si ese y otros argumentos fuesen ciertos o no, lo real es que al interior de la Cocopa existe una tendencia mayoritaria que no tiene simpatía alguna con el movimiento zapatista.

Buca, Buca, aquí Cocopa...

Sin embargo, esa franja dominante es movida por instrucciones gubernamentales tan evidentes que aun siendo mayoritaria, no tiene la autoridad moral suficiente para imponer sus decisiones (Buca Buca, era llamado el senador Oscar López Velarde por algunos de sus colegas de la Cocopa, en referencia a su presunta vocación irrefrenable de comunicarse de inmediato con Bucareli, Bucareli, tanto para informar de lo que sucedía en las reuniones de la comisión como para pedir línea sobre el comportamiento a seguir) .

En ese terreno de la autoridad moral han jugado un papel fundamental personajes como Luis H. Alvarez y Carlos Payán Velver (y antes, el fallecido Heberto Castillo), refrenando excesos y matizando posiciones. En ese contexto es en el que las mutuas acusaciones del 20 de noviembre producen la mengua más importante para el zapatismo. Payán, en particular, tendrá menos capacidad para disuadir a los duros, para suavizar el golpeteo de las baquetas sobre los tambores de guerra.

A reserva de los términos exactos en los que se haya realizado el encuentro de ayer, lo más importante sería restablecer la comunicación directa y confiable entre zapatistas y legisladores que desean la paz, y no la guerra, y que pelean arduamente en ese camino. El enfrentamiento verbal, la acidez declarativa, sólo beneficia a quienes son justamente los adversarios de esos dirigentes zapatistas y de esos legisladores democráticos. La causa de la paz verdadera y digna sería bien servida si ambas partes diesen una muestra de sensatez y altura de miras, deponiendo sus posturas circunstancialmente adversas, ofreciendo mutuas disculpas en lo que cada cual se hubiese excedido, y reabriendo la posibilidad de un entendimiento político que arrebatase a los halcones el exquisito bocadillo propagandístico que hoy las intemperancias les han regalado.

Astillas: El comité nacional del Partido Revolucionario Institucional ha expresado su ``más enérgico rechazo'' a las manipulaciones o distorsiones que se pudiesen hacer en relación con los gastos de campañas electorales de ese partido en 1994. Con dedicatoria para el Partido de la Revolución Democrática, y para los consejeros electorales que han votado en favor de analizar con cuidado tal rubro, la cúpula tricolor desarrolla una especie de estrategia de relaciones públicas en un tema que, en realidad, es más bien judicial...Vicente Fox se asume ya como virtual ganador de la contienda panista por la candidatura presidencial, y por ello enjuicia ya, viendo al pasado, a quienes hasta ahora son sólo un boceto de contrincantes: Diego Fernández de Cevallos, Carlos Medina Plascencia y otros panistas destacados se han inhibido y, por ello, considera el gobernador de Guanajuato, se han quedado en el camino...Es interesante la postura de la secretaria de Salud, Educación y Desarrollo Social del gobierno del Distrito Federal, Clara Jusidman, al considerar que la Junta de Asistencia Privada que preside Víctor García Lizama funciona con desorden, sin democracia y de manera clientelar, según la entrevista que le hizo Ricardo Olayo. El tema, por lo demás, se analizará la presente semana en la asamblea legislativa de la capital del país...

Fax: 5 45 04 73 Correo electrónico: [email protected]