Son unos 3 mil los participantes en San Cristóbal; observadores de 18 países, en el acto
Jaime Avilés, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 21 de noviembre Ť Esta noche al filo de las 20 horas, mientras en rueda de prensa la Cocopa afirmaba que había cumplido con todas las condiciones pedidas por el EZLN para el hospedaje de sus delegados en el ex convento de El Carmen, una fuga de gas provocó el súbito desalojo de los tres mil representantes de la sociedad civil, que dialogaban con los zapatistas en ese lugar.
De repente, el olor del butano se volvió insoportable, los bomberos hicieron su aparición y, en un parpadeo, el gentío fue conducido hacia el patio externo del ex convento. Alguien tuvo entonces la ocurrencia de iniciar un repentino concierto de rock y en el fragor de la música a todo volumen, unas y otros gritaban a quienes en broma trataban de encender un cigarrito.
Debido al incidente, quedó cancelada la mesa redonda en la que iban a discurrir Luis Villoro, Arnoldo Martínez Verdugo, Luis Xavier Garrido, Enrique Semo y Pablo González Casanova. Pero siguió en pie la cita para el espectáculo de música, teatro, danza y pintura, coordinado por José Luis Cruz, con la participación del maestro Gilberto Aceves Navarro en los pinceles.
Hasta el último recuento de hoy, el registro de asistentes contabilizaba dos mil 998 personas, procedentes de 28 estados de la República, así como observadores extranjeros de 18 países. Ha sido tanta la avidez de todos por decir su palabra, que en cada una de las mesas de trabajo han sido leídas, en promedio, 60 ponencias.
Se habla más bien poco de la coyuntura política nacional, se documenta el desastre económico, se multiplican las propuestas de los artistas para animar la consulta sobre los acuerdos de San Andrés, pero, ante todo, se especula a cerca de cómo podrá la sociedad civil acompañar a los 5 mil delegados del EZLN cuando estos salgan a promover el referéndum en todos los municipios del país.
Hoy por la mañana sin aviso previo, la comandante Patricia y el comandante Joel plantaron sus sillitas en una raja de sol que doraba el patio y se ofrecieron a contestar a todas las preguntas que la gente desease formularles. Y sorprendido, el periodista Ricardo Rocha dirigía a sus camarógrafos para que no perdieran la escena.
Puede consignarse, sin exagerar, que los de la sociedad civil, mayoritariamente jóvenes, han vivido estas jornadas con ordenada y respetuosa euforia. El zapatismo en su relación con los hombres y las mujeres de las manchas urbanas del país ha vuelto a ser un avanzado taller de práctica política, igual que en los primeros tiempos de esta guerra.
En cambio, donde nadie parece haber aprendido nada, y eso que van ya cinco años, es en el encuentro de la Cocopa con el EZLN. Al duro reclamo zapatista de ayer, los legisladores contestan hoy con un texto que recuerda las típicas peleas de los novios: si ya no quieres hablar, dime a qué horas te llevo a tu casa, mi chula. Y en ese pobre nivel estamos.
Una soprano en Cerro Hueco
Por lo pronto, en El Carmen aún se habla de la fiesta que hubo el jueves en Tuxtla Gutiérrez, dentro del penal de Cerro Hueco, en el interior de la doble celda que ocupan los más de 50 presos políticos zapatistas, enjaulados por ser bases de apoyo del EZLN o simpatizar, como Sergio Valdez y Luis Menéndez, con la causa de los indígenas rebeldes.
En ese horrendo lugar, cerca de 100 integrantes de la sociedad civil urbana celebraron con los reos un ágape memorable, y durante más de tres horas intercambiaron palabras, canciones, tamales, aguas frescas, pozol e incluso un pastel de rechupete en honor de Guillermo Briseño, que estaba cumpliendo una vuelta más de su vida alrededor del sol.
Como parte del programa hubo un espectáculo musical a cargo de Nayeli Nesmi, Hebe Rosell, Briseño y Rosa Luz, una soprano que cantó un ária de Puccini, y eran tan angelicales sus gorgeos y tan sórdida y contrastante la escenografía, que el público literalmente cautivo no pudo sino sentirse tentado a llorar de emoción, o a soltar la carcajada cuando Rosell, transmitiendo un viejo secreto de su abuelo portugués, ``me ayuda a ser más libre'', pegó un admirable, estridente y perturbador chillido que era, dijo, una réplica del canto que emiten las ballenas cuando se aparean.
Esta noche, de nuevo en San Cristóbal, los miembros de la Cocopa dialogan en privado con un grupo de intelectuales formado por Carlos Monsiváis , Luis Villoro, Enrique Semo, Adelfo Regino, Luis Hernández Navarro y otros. ¿El propósito? Repavimentar las vías del diálogo posible con la delegación zapatista.