La Jornada 22 de noviembre de 1998

La obra de Barragán, una poética del espacio cada día más vigente

Adriana Malvido /I Hay gente que muere para nacer de nuevo todos los días. Luis Barragán falleció hace hoy diez años, pero respira cada día con más fuerza en su obra arquitectónica: en los muros donde dio voz al color, en el agua que hizo cantar, en los jardines donde concentró el universo, en las casas donde sembró serenidad, en la luz que convirtió en magia, en la sensualidad de sus espacios, en la belleza de sus azoteas, en el misterio atrapado en sus ventanas. Luis Barragán, ``el poeta del espacio'', vive en los ojos del mundo a diez años de muerto.

La conmemoración se da en medio de varias batallas. Una de ellas será ganada en los próximos días cuando, según asegura el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Casa Ortega, en Tacubaya, sea declarada monumento artístico, patrimonio nacional.

Si los ojos de un escritor como José Saramago se llenaron de maravilla cuando vieron el jardín de Barragán en la Casa Ortega, los de Norma Soto, directora de la Casa-Museo Luis Barragán, vieron poco después, con preocupación, cómo un edificio de cuatro pisos se construía, invadiendo visualmente aquel prodigioso espacio. La mirada del Instituto Nacional de Bellas Artes también resultó alarmada pero, según asegura Maya Dávalos, directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble de esa institución, la Comisión Nacional de Monumentos, que preside Gerardo Estrada, titular del INBA, llevará a cabo una reunión extraordinaria para tratar el caso de la Casa Ortega como urgente, y se espera que el resultado sea una inmediata ``declaración preventiva'' del inmueble como patrimonio nacional, para que rápidamente pase a la custodia del INBA y se hagan los trámites necesarios destinados a la demolición del edificio vecino.

``No tenemos ninguna duda de que se hará la declaratoria, dado que el valor artístico de la obra de Luis Barragán no se cuestiona. No hay duda. La casa y el jardín merecen la declaratoria, para poder defenderlos siempre ya oficialmente'', asegura Maya Dávalos.

Abunda: ``Estamos incluyendo en la comisión a la Casa Ortega como caso extraordinario, para que pueda salir cuanto antes. Generalmente, una declaración oficial puede tardar. Ya no depende de nosotros, porque nuestra propuesta pasa a la dirección jurídica de la Secretaría de Educación Pública y, si es necesario, a la Presidencia. Pero lo que haremos es una declaratoria preventiva, que sale en 24 horas, y es lo que va a ser necesario en este caso, porque a pesar de que los dueños del inmueble aledaño han manifestado públicamente que carecen de permisos, la construcción no se ha detenido. Una vez hecha la declaratoria, desde luego pugnaremos por la demolición de ese edificio, que agrede visualmente al monumento''.

La Casa Ortega, primera en Tacubaya

La llamada Casa Ortega, construida en 1940, fue la primera de Barragán en Tacubaya. El la remodeló. Convirtió al jardín en una joya y luego construyó su casa en el terreno de al lado, donde realizó lo que para muchos no sólo es su obra maestra, sino una de las maravillas arquitectónicas del siglo XX. La misma, declarada monumento artístico en 1988, funciona como casa-museo.

-Una vez declarada monumento, ¿qué pasará con la Casa Ortega?

-Podría ser una extensión del museo, ocuparse como casa de la cultura. Lo primero sería restaurarla, porque está en muy malas condiciones y, después, abrirla como es- pacio al público, no sólo nacional sino internacional''.

Esta semana 42 eslovacos visitaron la casa-museo; la pasada, fueron 30 coreanos; poco antes, un grupo de holandeses. De Tacubaya continúan su recorrido en busca de Barragán en Guadalajara, donde nació hace 95 años. Otros lo buscan entre las 97 mil páginas que en Internet hablan de su obra. Es decir, la proyección internacional del único arquitecto mexicano acreedor del Premio Pritzker, el Nobel de la arquitectura, aumenta día con día, y hay quienes hablan de un verdadero boom.

Hoy domingo 22 de noviembre, se hablará de Barragán. Ya la BBC de Londres lo consideró como uno de los 13 artistas más importantes del siglo XX; ya se asegura que fue uno de los mejores arquitectos paisajistas del siglo; ya se ha dicho que su casa es una obra maestra, que la suya es a la arquitectura lo que la obra de Rulfo a la literatura o la de Tamayo a la pintura. Pero, además, en el coro de voces que hablan de su legado, hay un clamor generalizado: que se rescate su obra pública, que se declare patrimonio nacional, que se restaure, que se proteja de las inclemencias naturales y de una peor: la indiferencia.

La conmemoración del décimo aniversario de Luis Barragán tiene lugar en medio de varias batallas: la que libra la Fundación de Arquitectura Tapatía (FAT), que conserva con devoción la casa en Tacubaya y la biblioteca y el archivo personal del artista en Guadalajara; la que libra el jardín de su primera casa, y la que libran investigadores y editores de todo el mundo frente a la Barragán Foundation en Suiza, que hace dos años ``compró'', por 3 millones de dólares, el archivo profesional, los derechos de autor y ``el nombre'' de Luis Barragán. (La Jornada, 10 al 15 de marzo de 1998).

Con la celebración de una misa hoy al mediodía en el Convento de las Capuchinas en Tlalpan; con una mesa redonda el próximo viernes 27 y un concierto el sábado 28 en la casa-museo Luis Barragán, la FAT conmemorará el aniversario del artista mexicano.

Juan Palomar Verea, presidente de la FAT, habla desde Guadalajara: ``En este aniversario haremos un balance de lo que se ha hecho para preservar y hacer accesible el legado que nos dejó Luis Barragán. Trataremos de fomentar el conocimiento de lo que representa para la cultura mexicana. Y ver hacia adelante''.

El centro de su preocupación actual, dice, es preservar lo que queda de la obra de Barragán, defender sus casas y su obra pública. Concretamente en Guadalajara, trabajan el rescate de la Capilla Abierta en Jardines del Bosque, que hoy funciona como registro civil. Están promoviendo también que ciertas obras y casas deterioradas en Jalisco encuentren dueño y no sean alteradas, además de otras obras urbanísticas que necesitan ser rescatadas.

La FAT, agrega, está consolidando el acervo documental que ha reunido con los años y que constituye el archivo personal de Luis Barragán.

En la ciudad de México han estado al frente de la defensa de la integridad del jardín en la Casa Ortega, así como de las fuentes que realizó en Las Arboledas.

No sólo una tarea museográfica

La idea, comenta Juan Palomar, es que la tarea de la fundación no sea sólo museográfica o de preservación sino prospectiva y de búsqueda de nuevas potencialidades, a partir de la rica herencia que el artista legó a México. Se trata ``de una tradición viva, visible. Que los chavos y estudiantes, lejos de acercarse a la obra de Barragán para copiarla, encuentren alimento y estímulo para hacer su propia obra. En la casa-museo pretendemos que las actividades le den vigencia al sitio como lugar para encuentro de la cultura, como espacio que convoque a nuevas expresiones artísticas''.

Recientemente se terminó la restauración de los talleres de enfrente, en la misma calle de Francisco Ramírez, que también son obra de Barragán y que están destinados a las actividades académicas.

Palomar habla, además, de las declaratorias: ``Hemos tratado de que se hagan las más pertienentes para proteger una obra que es escasa y cada vez más sujeta a vaivenes, pero necesitamos mucho apoyo de las autoridades y de la gente de la cultura. Es necesario hacer declaratorias de la obra pública que queda en el Pedregal, en Las Arboledas, en Los Clubes. Y también proteger legalmente la obra y el legado documental de otros arquitectos como Ignacio Díaz Morales''.

La preocupación anterior se explica después de la adquisición por parte de una empresa suiza, la Fehlbaum Company, de los derechos autorales, el archivo profesional y el ``nombre'' de Luis Barragán, pero sobre todo, de su exigencia en el sentido de que es necesario ``pedir autorización'' a esa empresa para poder escribir el nombre del arquitecto, exponer su obra, imprimir sus fotografías o editar libros. A partir de entonces comenzaron las demandas contra editores. Sin embargo, se sabe que la llamada Barragán Foundation perdió recientemente la demanda que interpuso a la editorial italiana Electa (Monacelli, en su versión inglesa), propiedad del poderoso empresario Berlusconi, por la publicación del libro ``Luis Barragán 1902-1988 obra completa'', de Antonio Riggen.

Sobre esa otra batalla, en la que la FAT desempeña un papel protagónico, dado que la empresa suiza alega derechos también sobre el archivo personal que permanece en Guadalajara, Palomar Verea informa que no se ha llegado a un acuerdo pero que la postura de la FAT es firme: ``Tenemos claro el trabajo que asumimos. Seguimos haciendo lo nuestro, no nos vamos a paralizar, pero tenemos una actitud conciliadora y de apertura para llegar a un convenio que sea útil a todo el mundo. Que Luis Barragán sea vigente y no una moda, que se entienda como fuente permanente de riqueza cultural en beneficio de todo el mundo y en primer lugar de los mexicanos. El interés sigue creciendo a nivel internacional. Todos los días llegan gentes de los más diversos países, que investigan, hacen su tesis, desean hacer exposiciones. La casa-museo se consolida como un lugar que hay que visitar en México''.

Todo se dirige, concluye Palomar, ``a que se ponga en su lugar a uno de los creadores más importantes del siglo XX''.