La Jornada 22 de noviembre de 1998

Mujeres poetas en el País de las Nubes, fiesta en la Mixteca

Mónica Mateos, enviada, San Marcos Arteaga, 21 de noviembre Nunca los cabellos de mujer fueron tan cortos en comparación con las ideas que virtieron las 100 participantes en el Sexto Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, que comenzó el pasado jueves en esta comunidad mixteca.

Sin maquillaje, sólo vestidas de camaradería y con las metáforas en la punta de la lengua, escritoras de diversas edades, provenientes de varios estados del país, así como de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Costa Rica, Colombia y Ecuador, fueron recibidas entre porras y música por adolescentes de la preparatoria número 3 de Huajuapan de León, ante la mirada curiosa de decenas de niños que preguntaban a sus madres: ``¿qué es poeta?''.

La respuesta la descubrirían ellos mismos en el recital inaugural de este encuentro, organizado por el Centro de Estudios de la Cultura Mixteca, con el apoyo del Instituto Oaxaqueño de las Culturas, la revista Yucuritzá, la Universidad Pedagógica Nacional plantel Oaxaca y la Coordinación Nacional de Descentralización del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).

Frente a la presidencia municipal germinaron palabras que nombran el mundo que es observado por ojos femeninos: ``no es el cuerpo el que me oculta de Dios, es mi alma... y soy un poco muerte y soy un poco mía''.

El silencio de la noche nítida fue puesto a punto de ebullición con las imágenes eróticas, místicas o tiernas del primer grupo de poetas que compartió sus deseos, sus lágrimas, sus oraciones a Chiapas: ``Santo perro que gruñes al alba/ apiádate de las cuencas vacías/ de las almas cegadas por el trueno/ ¡no saben dónde han muerto!/ ...y ladra, ladra bien fuerte/ para que nadie descanse en paz.''

Así empezó la fiesta en que el Grupo de las 100 se despojó de sus tradicionales oficios: esposas, madres, novias, cocineras, enfermeras, secretarias, amantes, jefas, maestras, niñas bien, y se dedicó a convivir con las habitantes de San Marcos Arteaga, quienes abrieron sus casas para hospedar a las mujeres transformadas en hadas, circes, vírgenes, princesas, sirenas y medusas.

Emilio Fuego, impulsor de este ``sueño loco'', señaló que el encuentro demuestra que ``la cultura son las ganas de estar unidos en un pueblo, en comunidad'', y aplaudió el hecho de que el ambiente que aquí se vive sea ``como estar teniendo un hijo'', porque hay nerviosismo, emoción y pasión.

Mujer es también quien tiene la autoridad política en este pueblo anfitrión. La presidenta municipal, Maricela Acevedo, agradeció a las poetas ``por venir a compartir con nuestros niños sus palabras, que les dejarán recuerdos que en muchos de ellos harán despertar sus sueños dormidos a los cuales les falta iniciativa''.

Explicó lo que a simple vista se percibe: el pueblo está conformado por residencias construidas con buenos materiales, que sirven de hogar tanto a los padres como a los hijos y esposas de quienes ``han tenido que emigrar a Estados Unidos para buscar mejores oportunidades económicas''.

San Marcos no tiene más de 10 calles del centro hacia cada uno de sus cuatro puntos cardinales, pero ya no existen las casas de adobe y techo de palma que recuerdan los viejos del lugar.

``Los cambios los queremos también en la cultura, por eso nos entusiasma recibir a las mujeres poetas que seguramente pronto nos obsequiarán sus obras inspiradas en nuestro pueblo'', señaló Paz Cruz Ceballos, presidenta del Consejo de Mayodormos, encargado de mantener encendida la fiesta con música y comida de la región.

A la par de los recitales poéticos, se imparten conferencias que explican a las visitantes las tradiciones y significados de la cultura mixteca, como la leyenda de la guerrera Seis Mono, cuyas aventuras sagradas están inscritas en un antiguo códice náhuatl que actualmente es propiedad de la Universidad de Oxford, Inglaterra.

El viernes por la mañana, luego de celebrar un aniversario más de la Revolución Mexicana y aclarar que ``una revolución no es síntoma de una sociedad enferma, sino la reacción justa del pueblo contra gobiernos corruptos'', niños y jóvenes invitaron a las poetas a desfilar por las calles empedradas de su comunidad.

Por la noche, un cadáver exquisito se hilvanó en los infaltables cuadernos de las poetas, quienes se adueñaron del retazo que más les gustó de los mil y un versos de sus colegas que, en el país de las nubes, se reconocieron en una sola voz: ``la sal azul del mar es polvo de estrellas... ¿hacia dónde es adentro?... no hay que asustarse, no hay tigres en el jardín... pide más y no des nada... el amor es una máscara, esperma no escuchado... si fueras abandono serías deseo perpetuo... me gusta la sangre en brama... lo único que verdaderamente he dado al mundo es sangre, nadie me ha amado por una palabra''.