La Jornada 21 de noviembre de 1998

Otorgan ascenso a Domiro García; ya es general brigadier

Con fundamento constitucional, y atendiendo ``preferentemente al mérito, aptitud y competencia profesionales'' de los militares de alto rango, el presidente Ernesto Zedillo confirió el ascenso a general brigadier del general Domiro García Reyes, quien en 1994 tuvo a su cargo la seguridad, como subjefe del Estado Mayor, de Luis Donaldo Colosio Murrieta, asesinado el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana.

Del ascenso de García Reyes dio cuenta la Secretaría de la Defensa Nacional, en un comunicado en el que se informa de los ascensos conferidos por el mandatario a 36 generales y otros oficiales, entre los que se encuentra el ex responsable de la seguridad del candidato presidencial asesinado.

Desde el magnicidio, García Reyes ha desempeñado cargos administrativos dentro de la Sedena, y recientemente había sido transferido a Valladolid, Yucatán.

Asimismo, fueron ascendidos a generales brigadieres los generales Marcial Rafael Macedo de la Concha, procurador general de Justicia Militar, y Rolando Eugenio Hidalgo Eddy, quien participó en el primer consejo de guerra en contra del general Francisco Gallardo y que siempre se pronunció a favor de la Sedena.

Como procurador de Justicia Militar, Macedo de la Concha es el encargado de llevar los casos del general Gallardo -recluido en la prisión militar acusado de enriquecimiento ilícito-- y de siete integrantes del Ejército Mexicano condenados a muerte.

Antecedentes

Luego del crimen de Colosio Murrieta, García Reyes fue ampliamente cuestionado por permitir la proliferación de ``grupos de seguridad'' en torno al candidato presidencial del PRI, sobre todo en el mitin de la colonia Lomas Taurinas.

Entre los grupos presentes el día del asesinato, resaltaba el de Vallas y Orden, a cargo de Fernando de la Sota Rodalléguez, un policía de negros antecedentes, investigado incluso en Estados Unidos por sus presuntos nexos con el narcotráfico, y a quien García Reyes contrató.

Incluso, en 1996 el ex procurador de la República Antonio Lozano Gracia y el ex fiscal especial del caso, Pablo Chapa Bezanilla, lo ubicaban como seguro responsable del complot contra Colosio y además tenían lista una consignación de expediente para solicitar una orden de aprehensión en su contra, si Othón Cortez Vázquez era sentenciado como el segundo disparador.

Esta intención se vino abajo luego de que Cortez Vázquez fue absuelto. Empero, Domiro García Reyes fue llamado a declarar por el Ministerio Público Federal, pues la PGR consideró que el hecho de que Colosio fuera victimado en presencia del responsable de su seguridad personal era ``más que suficiente'' para requerir su testimonio.

En agosto de 1996 se generó un conflicto entre la PGR y el general, pues en el libro Domiro, realizado a partir de una entrevista que le hizo el periodista Joaquín López Dóriga, se citaba que aquél se sentía ``condenado de antemano por el Ministerio Público Federal'', apreciación que la procuraduría calificó de ``completamente falsa'', pues refirió que el MPF no podría condenar ``absolutamente a nadie'', facultad exclusiva de los jueces.

Más aún, la PGR señaló: ``En el caso concreto del General Domiro García Reyes, el Ministerio Público Federal no ha formulado acusación alguna en su contra''. (Enrique Méndez)