Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Como un vértigo, una gran alegría y sobre todo una gran esperanza, calificó el maestro Sergio Valdez los diálogos por la paz con justicia y dignidad que se reanudarían ayer en San Cristóbal de Las Casas.
Entrevistado junto con Luis Fernando Menéndez Medina, Aureliano López Ruiz, Manuel Hernández Pérez y Miguel Hernández Pérez, los procesados políticos, y detenidos injusta e ilegalmente desde el 11 y 13 de abril de este año con ocasión del desmantelamiento del municipio autónomo Ricardo Flores Magón, y agrupados ahora en La Voz de Cerro Hueco, me explicaron que en un taller de varios días, en el penal de Tuxtla Gutiérrez, los presos políticos indígenas se esforzaron por comprender la naturaleza, significado, contenidos y trascendencia de los diálogos con la sociedad civil y la Cocopa, y asegurar mediante un mural, una ponencia y tres representantes, su participación en las tres mesas de trabajo que se llevan a cabo.
Como me dijo el maestro Checo Valdez, coordinador y asesor del mural colectivo Vida y sueños de la cañada Perla, que describía la paz, la armonía, la unidad y la felicidad que estaban construyendo las comunidades indígenas del municipio de Taniperla, esta obra fue destruida con significativa saña y directamente por el Ejército la madrugada del 10 de abril; las imágenes de estos hechos dieron la vuelta al mundo, incluso por Internet. El nuevo mural del municipio autónomo Tierra y Libertad, con el que se pretende expresar la alternativa de las fuerzas democráticas ante la crisis del Estado y las propuestas de los presos políticos sobre política económica y social alternativa -pintado y ejecutado colectivamente con la misma metodología y técnicas participativas- tiene como detalle particular que en él no aparece ninguno de los comandantes del EZLN sino solamente los milicianos, lo que indica simbólicamente la voluntad de paz que embarga a estas comunidades y pueblos indios.
En sus propuestas, que en un acto simbólico fueron entregadas por los presos a la sociedad civil el pasado jueves, La Voz de Cerro Hueco expresa que está decidida a apoyar, promover y ayudar a realizar la consulta nacional por la paz que propuso el EZLN en la Quinta Declaración de la Selva Lacandona, y reivindica con fuerza el derecho que tienen los procesados políticos a participar en ella.
En primer lugar, porque no son delincuentes y porque piensan que por estar presos no se les va a tomar en cuenta. A pesar de los ultrajes e injusticias padecidas, de manera impresionante, reafirman su voluntad por participar de por vida en la construcción de la paz en México: ``No nos intimida -dicen- la militarización. Al contrario, nos fortalece en nuestra idea de alzar nuestra palabra y exigir nuestros derechos. Nos convencemos más de la necesidad de un espacio para el diálogo, en el que podamos decir nuestra palabra.
Donde nos escuchen la sociedad civil, los gobiernos y los medios de comunicación. Pero el diálogo debe tener garantías para que se cumpla y se respeten los acuerdos. La mediación es muy necesaria. También es necesario que nosotros, los que somos la sociedad civil, hagamos nuevas estrategias para luchar por la paz''.
Luego de hacer un recuento de los costos sociales en derechos humanos de la militarización, y de llamar la atención de la sociedad civil sobre lo que consideran ``el laboratorio principal (en Guerrero) de las estrategias de contrainsurgencia que practican los militares'', y de advertir sobre el hecho de que ``muchos puestos de gobierno están siendo ocupados por militares en retiro'', La Voz de Cerro Hueco demanda una mediación nacional integrada por personas de confianza que tengan conocimientos para entender a los pueblos indígenas y las estructuras de poder que hacen funcionar al Estado mexicano, y una mediación internacional en la que intervengan la ONU y personalidades con experiencia en conflictos de este tipo.