Octavio Rodríguez Araujo
EZLN, gobierno y sociedad

El 20 de noviembre se inicia formalmente una nueva etapa en la estrategia del EZLN. Digo formalmente porque en realidad esta nueva etapa inició desde hace tiempo, y no por voluntad del EZLN, sino por la del gobierno, a partir de que desconoció su propia firma en los Acuerdos de San Andrés.

Esta nueva época, en la estrategia del EZLN sugiere un compás de espera, por cierto pleno de amenazas, mientras termina el gobierno de Zedillo y con él, su estrategia, muy distinta a la del EZLN.

La estrategia del EZLN y la de Zedillo son contrapuestas y paralelas. De no ser porque los periodos de gobierno en México son sexenales, ambas, como las rectas paralelas, se encontrarían en el infinito, según dicen los matemáticos; es decir, nunca. La estrategia del EZLN, ante la incapacidad del gobierno para llegar a arreglos posibles en un marco de dignidad, justicia y democracia, se ha reducido (y ampliado, paradójicamente) a la renovación del diálogo con la llamada sociedad civil; la del gobierno, en cambio, se ha reducido (cada vez más) a la ausencia de diálogo no sólo con el EZLN sino con la sociedad en pleno, ya que el presidente de México ha discurrido y reiterado que su política económica no variará, aunque se traduzca, como lo demuestran todas las fuentes de información, en mayor pobreza y desigualdad social.

Mientras tanto, la Cocopa -lo que queda de la mediación después de desaparecida la Conai (también por la estrategia del gobierno)- se encuentra en un papel sui generis, ya que sus dos interlocutores no restablecen el diálogo suspendido nuevamente porque así lo ha decidido el gobierno, obligando con ello al EZLN a declarar que a él tampoco le interesa el diálogo con aquél.

Una paradoja de la estrategia gubernamental es que fortalece la del EZLN. Esto es: mientras aquel reduce una vez más el presupuesto de gastos, libera el precio de la tortilla (después de haberlo hecho drásticamente con la canasta básica en años anteriores), aumenta el precio de las gasolinas, mantiene los topes salariales y reduce la capacidad de la economía para generar empleo; es decir, mientras el gobierno hace más pobres a los pobres sin importarle siquiera los costos políticos (Gurría), el EZLN se acerca a la sociedad y, más allá de la necesaria definición de los Acuerdos de San Andrés, la invita a debatir y a actuar en función de los intereses de la población para auspiciar una conciencia generalizada sobre el significado real y concreto de las políticas neciamente neoliberales del gobierno.

Aunque los tiempos de los indios de Chiapas y del EZLN sean distintos a los del gobierno (véase entrevista de La Jornada al Subcomandante Marcos, realizada por Elena Gallegos), en los hechos, y por el compás de espera que se han planteado los zapatistas en su nueva estrategia, ésta influirá para la sucesión presidencial del 2000. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que está dirigida a crear una mayor conciencia en la sociedad contra las políticas neoliberales defendidas por Zedillo; esta conciencia convendrá, necesariamente, al partido, los partidos o fracciones de ellos (incluido el PRI) para que enarbolen como bandera para la sucesión un proyecto no neoliberal o anti-neoliberal.

Es así que el EZLN, aunque no se lo haya propuesto, estará incidiendo en la sucesión presidencial, precisamente por haber restablecido, de manera directa, el diálogo con la sociedad, es decir con los votantes del 2000. Y también porque con su actitud de acercamiento con la sociedad ha puesto todavía más en evidencia al gobierno en su falta total de respeto y de reconocimiento a la sociedad.

Una diferencia importante entre la estrategia del EZLN y la gubernamental es que la primera está con la historia y la segunda, en contra. Esto es, cada vez son más los que se oponen a políticas como la de Zedillo (el Papa, el Banco Mundial, el BID, el PRD, la corriente renovadora del PRI, algunos panistas, etcétera), mientras que el EZLN, aunque no sume necesariamente este tipo de simpatías, camina en el mismo sentido: con la historia, con la historia de los pueblos en su larga lucha por vivir mejor.