Nadie está de acuerdo con el proyecto oficial de aumento de impuestos, ni con el Presupuesto de Egresos. No lo aceptan los empresarios ni los trabajadores de la ciudad ni los del campo, tampoco las clases medias. Entonces ¿por qué insistir en ello?
La única respuesta se podría encontrar en el documento donde la Corriente Renovadora del PRI propone un cambio en la política económica. Allí se repite varias veces el concepto dogmatismo cuando se habla de la insistencia de la actual administración en seguir en forma rígida con la política económica neoliberal.
El aumento de impuestos no está en razón de obras de beneficio social, ya que también se reduce el gasto público. Esto indica que el propósito central de las propuestas de la Secretaría de Hacienda consiste únicamente en reducir la cantidad de capital circulante, es decir, una medida exclusivamente monetarista.
Una de las más contundentes críticas a la propuesta gubernamental la expresó el presidente de la Coparmex, Gerardo Aranda, al señalar que la solución de fondo sería una reforma fiscal completa, la cual no se ha realizado hasta ahora. Lo sobresaliente de esta crítica es que se supone que la Coparmex agrupa al sector más beneficiado por la política económica oficial.
Las únicas voces de apoyo a la política oficial han surgido del PRI, pero en el seno de ese partido hay también importantes corrientes en desacuerdo, que hasta ahora no se manifiestan abiertamente.
Lo que falta por conocer es quién será el valiente legislador que, sin abandonar las filas de su partido, vote en contra de los proyectos oficiales de Ley de Ingresos y de Presupuesto de Egresos o que, por lo menos, demande cambios cuando las iniciativas sean revisadas en comisiones. Parece una situación semejante a la de la fábula de los ratones que desean ponerle el cascabel al gato.
Entre los priístas que se han animado a expresar sus comentarios está Humberto Roque Villanueva, ex presidente de su partido y ahora aspirante presidencial. Dijo que debe haber equilibrio entre el ingreso y el gasto. Propuso que, con la finalidad de que los ciudadanos estén seguros de que así ocurre se debe modificar el artículo 74 constitucional para que los proyectos de Ley de Ingresos y de presupuesto se discutan al mismo tiempo.
La cosecha
No fue la lista tan amplia como parecía, pero sí se trata de una relación amplia de aspirantes a la candidatura del PRI a gobernador del estado de México. Quienes finalmente se decidieron a registrarse son: Yolanda Sentíes, Arturo Montiel -quien renunció a la presidencia estatal del partido- Héctor Ximénez, Heberto Barrera, Humberto Lira Mora, Manuel Cadena y José Merino Mañón... Este último se convirtió en la mayor sorpresa, pues se le mencionó mucho como probable en el proceso de hace seis años, pero muy poco en el actual. Sin embargo se decidió y renunció para ello a un cargo de larguísimo título, dependiente de la Secretaría de Energía, relacionado con la privatización de petroquímicas... En tono de broma se comentó que desea convertirse en gobernador, pero más librarse de esa pesada y censurada tarea de quitar partes a Pemex...