La Jornada 17 de noviembre de 1998

Un agente en servicio por cada mil 300 civiles: firmas de seguridad

Daniela Pastrana Ť De los 90 mil policías que tiene a su cargo la Secretaría de Seguridad Pública, sólo hay unos 11 mil preventivos en activo por cada uno de los tres turnos de trabajo --33 mil, aproximadamente--, según cálculos de las empresas privadas de seguridad confirmados por un alto mando de la SSP. Esto significa que en la ciudad de México un policía se encarga de la seguridad de mil 300 ciudadanos, si se considera la población flotante que cada día se desplaza a la capital.

La cifra, indicó Alejandro Desfassiaux, presidente del grupo Multisistemas de Seguridad Industrial y vicepresidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada, podría no significar mucho, ya que hay ciudades como Londres, en las que se cuenta con un policía por cada 100 mil habitantes. ``El problema es de eficiencia'', dijo en entrevista.

Explicó: ``En Londres puede haber un boby (policía estatal) por cada 100 mil habitantes, pero es una figura respetada. En metrópolis como Nueva York , donde los índices delictivos son muy altos, se necesita un uniformado para detener a un delincuente, porque tienen la capacitación para hacerlo. Pero en la ciudad de México la corporación está tan mal preparada que son necesarios 11 elementos para detener a un criminal. Así, la desproporción con el número de efectivos reales de la Policía Preventiva es terrible''.

En su oficina de la colonia Polanco, el empresario reiteró que el origen de las fallas de la policía en la capital es estructural. Simplemente, dijo, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) tiene que empezar por ordenar su casa y recuperar las funciones públicas de los cuerpos complementarios -Auxiliar y Bancaria e Industrial--, que actualmente ``operan como empresas y no como corporaciones del Estado''.

Más allá de la discusión sobre la ley de empresas de seguridad privada para el DF, la cual se encuentra en la etapa de dictaminación en la Asamblea Legislativa, y de la ``competencia desleal'' que pueda representar para ellas el hecho de que las policías complementarias ofrezcan servicios privados, Desfassiaux advirtió un problema mayor: la deficiente distribución de los elementos de Seguridad Pública, en gran medida por la desviación de las funciones de estas corporaciones complementarias.

El empresario ofrece cálculos: ``En total, la SSP dice que cuenta con 90 mil uniformados, pero hay que restarles 25 mil de la Auxiliar y 35 mil de la Bancaria porque no tienen funciones públicas, pues prestan servicios privados. Además, hay que descontar a los integrantes de los agrupamientos, que son 3 mil 500, y a los que están asignados a funciones en embajadas y consulados. Así que en el consejo calculamos que sólo hay unos 11 mil policías en servicio de la ciudadanía en estos momentos, los cuales están divididos en tres turnos''.

Elementos públicos, seguridad privada

El mismo cálculo fue planteado posteriormente a un alto mando de la SSP, quien aclaró que en realidad hay 11 mil elementos en cada uno de los tres turnos. Sin embargo, confirmó en general el planteamiento del empresario de seguridad.

En la entrevista, Desfassiaux insistió en que es fundamental regular las funciones de las policías complementarias, ya que resulta ridículo que las propias delegaciones tengan que pagar a la Secretaría de Seguridad Pública por su servicio, como en el caso de los famosos policletos, que son elementos de la Auxiliar o la Bancaria, contratados por los delegados para el cuidado de algunas zonas de sus demarcaciones.

El problema, dijo el empresario, es de origen, pues en el caso de la Auxiliar, que se creó por decreto en 1941, a partir de la desaparición de la unión de veladores del DF, está establecido que ``no tendrá ni la partida presupuestal ni los derechos de la Preventiva''. Sin embargo, cuenta con una estructura de salarios superior a la de la propia SSP.

En el caso de la Bancaria e Industrial, fundada cuatro años después también por decreto, se estableció que sería un batallón de la preventiva. Pero la falta de definición en las funciones, señaló Desfassiaux, les permite operar como empresas de seguridad privada, a pesar de pertenecer a la estructura pública.