La Jornada 16 de noviembre de 1998

Ultimátum de Gertz Manero a jefes policiacos

José Galán Ť El jefe de la policía del Distrito Federal, Alejandro Gertz Manero, dio un ultimátum a los 52 jefes de sector y a toda la corporación en general, para frenar en una semana los índices de delincuencia que en los últimos diez días --luego de la destitución de 16 altos mandos-- se han incrementado 20 por ciento, en lo que calificó como ``una guerra a la sociedad'' por parte del hampa y sus cómplices dentro de las instituciones de seguridad pública.

Reconoció: ``la policía capitalina es una corporación que no está cumpliendo con su tarea, y necesitamos saber con quiénes contamos y con quiénes no''. Reveló que todas las medidas que ha adoptado hasta ahora ``han sido bloqueadas por los mandos medios, que se resisten a cualquier tipo de control''. El hampa organizada y sus probables cómplices dentro de las poli- cías ``le declararon la guerra a la sociedad. No podemos tolerar ni un momento más esa situación''.

Dentro de siete días, agentes de policía, oficiales, jefes de sector o de región que no presenten resultados ``contundentes'' contra la delincuencia serán destituidos sin excusa de por medio, mientras que los uniformados que respondan y muestren su honestidad en la ``participación frontal en esta guerra recibirán el apoyo sin reticencias de toda la corporación'', afirmó Gertz Manero, quien demandó la participación de la sociedad en la lucha contra la corrupción y la ilegalidad dentro de la policía.

Para Alejandro Gertz Manero, ``quienes controlan el delito en esta ciudad desbocaron sus dependientes para incrementar el índice (de criminalidad) de manera brutal'', sobre todo a partir del despido de 16 altos mandos por faltas graves en el cumplimiento del deber, ``indicando de ese modo que no están dispuestos a permitir que se les aplique ningún sistema de control, ni que haya intervención en el manejo que tienen de la criminalidad en la ciudad'', particularmente en dos niveles: la falta de respeto al cumplimiento del deber y la colusión en actividades ilícitas.

Mientras que los nombres de quienes han sido ya identificados en esta cadena de complicidades, corrupción y criminalidad permanecen en secreto, sujetos a investigación porque, dijo el jefe de la policía, ``sé nombres y cargos'', los crímenes en los que se ha notado una participación importante de policías y hampones son el asalto a personas, el robo a vehículos y autotransportes, el asalto a camiones de carga y el robo a comercios y casas habitación.

``Este reto es intolerable y la respuesta debe ser tan contundente como el chantaje al que nos pretenden someter a todos los habitantes del Distrito Federal'', dijo. ``Por lo mismo, he solicitado a las organizaciones no gubernamentales y a los habitantes de la ciudad que se comuniquen a los teléfonos 060, 080, 242 5004 y 242 5032 para que nos proporcionen información sobre situaciones de peligro y sobre conductas irregulares o irresponsables de la policía para combatirlas de inmediato''.

Anunció, además, que hoy saldrá una convocatoria de reclutamiento a nivel interno, entre la propia policía, como externo para la sociedad civil, así como el establecimiento de un sistema de emergen- cia para capacitación de mandos, ``que nos permita colocar en las estructuras policiacas a personas que realmente estén dispuestas a combatir el delito y no a coludirse con él''.

El funcionario recordó que a su llegada a la dependencia se estableció un proyecto de seguridad pública con base en tres aspectos: honestidad, participación ciudadana y productividad, y que fijó la desconcentración; la búsqueda del apoyo de las ONG y de los comités ciudadanos; el envío a la Contraloría de adquisiciones por adjudicación directa -tipo caso Ericsson--, y la declaratoria de ``desierto'' de los concursos de semáforos, motopatrullas y helicópteros, ``por carecer de la objetividad necesaria''.

Para poner en funciones tal sistema Gertz Manero decidió el despido de 16 mandos. Como consecuencia creció la delincuencia 20 por ciento, y ahora todos los elementos están emplazados a presentar resultados en una semana.


Ricardo Olayo Ť Los relevos de mandos medios y altos en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se deben a la falta de colaboración con el titular Alejandro Gertz Manero, sostuvo ayer el jefe de gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas, quien estableció que el gobierno está lejos de quedar satisfecho con la disminución de los índices de criminalidad que hay hasta ahora.

Las resistencias en las filas de la policía no se dan en forma organizada, en todo caso funcionan de manera aislada y se han manifestado en obstáculos al cumplimiento de programas y de instrucciones de los superiores, explicó Cárdenas al acudir al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), invitado a participar por los alumnos de la institución.

Estableció que la inseguridad pública es ``la síntesis del conjunto de crisis que atraviesa no sólo nuestra ciudad y nuestro país, sino la civilización humana en estos tiempos de globalización'' y planteó cinco condiciones para mejorar la situación.

Entre ellas, un esfuerzo nacional y local para romper los lazos entre corrupción, política y crimen, en cualquier lugar en que se detecten, y que ésta sea una tarea de largo aliento.

Dijo además que se requiere de un cambio en la orientación de la economía nacional, para crear empleo, elevar en forma paulatina los salarios y absorber la marginalidad.

Otra de las condiciones tiene que ver con el inaplazable saneamiento de los cuerpos policiacos, paralelo al combate a la corrupción y la impunidad; además, profesionalizar los cuerpos una vez que estén saneados para enfrentar con éxito las estructuras internacionales del crimen organizado, que son dueñas de recursos financieros y materiales muchas veces superiores a los de las autoridades.

Como quinta condición estableció la participación ciudadana ``más y más activa contra la criminalidad'' para lo cual se hacen esfuerzos por ganar la confianza de los ciudadanos en la acción de la policía.

La inseguridad pública tiene una raíz común, resumió, porque se da en un mundo que se adentra en las desigualdades, el desempleo, las emigraciones masivas, el entrelazamiento sin ley entre finanzas, corrupción política y crimen organizado.

``El resultado son ciudades, incluida la nuestra, donde una minoría con ciertos ingresos y derechos se siente cada vez más asediada por una mayoría excluida de empleo seguro, de ingresos fijos, de derechos sociales y donde la privación extrema de los unos se mezcla con la creciente inseguridad de los otros, de modo que el disfrute de todos, se ve cada vez más cuestionado y deteriorado'', indico.

La inseguridad también es muestra del deterioro de las antiguas reglas, sin el establecimiento de otras nuevas ``se tiene el crecimiento de la ilegalidad, la inseguridad y el crimen organizado en casi todas las ciudades del planeta''. Parece mentira que la seguridad haya llegado a ser en este fin de milenio una demanda social tan extendida, un derecho tan amenazado, indicó.


Premios y castigos

A la primera semana de noviembre, el Consejo de Honor y Justicia de la Secretaría de Seguridad Pública ordenó la destitución de 484 uniformados por faltas a la Ley de Seguridad Pública, la comisión de diversos delitos y la presunta colusión con el crimen organizado, nueve de ellos tan sólo en lo que va de noviembre.

A cargo del primer superintendente José Manuel Oroná Banderas, la comisión resolvió, además, amonestar a tres policías, cambiar de adscripción a ocho y proceder con el arresto de 129 gendarmes de todos los rangos. De igual forma, 72 efectivos fueron absueltos de presuntos ilícitos, mientras que 29 más se encuentran a la espera de una resolución sobre su caso.

Por otra parte, el órgano interno resolvió otorgar 74 condecoraciones al valor policial, 11 de ellas post mortem, así como resolver a favor una propuesta de ascenso. Otorgó dos condecoraciones al mérito y acordó la entrega de estímulos y recompensas por disposición y eficacia a 585 uniformados.

Desechó por improcedentes mil 37 peticiones por considerarlas actos propios del servicio, y una más porque no hubo bases para emitir un dictamen. (José Galán)