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c: Las sociedades pueden crear sus ángeles, pero no imponer valores

s: Como lo de Internet no esta legislado, "contiene todo el porvenir"

Angélica Abelleyra ¿Existe todavía alguien que no crea en los ángeles? ¿O es que los iconos del aire y los sueños devinieron sólo moda como adornitos en la sala, para embellecer carteles y camisetas y ser hilo conductor de historias de anhelos que Wim Wenders sabe muy bien inventar, y otros refritear?

Un filósofo francés cree en ellos y desde hace más de un lustro los encuentra disimulados en voces polifónicas que hallan eco en un libro que es a la vez un tratado de teología, un discurso filosófico y un bello objeto de arte donde los ángeles son los mensajeros que, para bien o para mal, establecen un vínculo social en un entorno como el actual en el que domina la comunicación.

Pasar de producir a comunicar>/b>

Ese convencido por los seres (¿irreales?) es Michel Serres, autor de La leyenda de los ángeles (La Légende des Anges), publicación a cargo de Flammarion (1993) de la que lamentablemente aún no existe edición en español, pero en torno de la cual las autoridades culturales de Francia en México tratarán de buscar editores nacionales interesados en traer a nuestra lengua ese volumen colmado de reflexión y de reproducciones de cuadros de Botticelli, Giotto y Fra Angelico como fotografías de otros ``ángeles'' representados por el avance de las nuevas tecnologías y sus redes informáticas que encuentran paralelo en la proliferación de los mundos de la mendicidad, la errancia y la pobreza.

Profesor de las universidades de París y de Stanford, miembro de la Academia Francesa, especialista en la historia de las ciencias y organizador de proyectos de estudios a distancia mediante Internet, Serres es autor de la serie Hrmes (Minuit, 1969-1980) y de los títulos Les origenes de la géométrie (Flammarion, 1993), Le Parasite (Grasset, 1980), Contrat naturel (Franois Bourini, 1990) y del centenar de volúmenes publicados por Fayard con el nombre Corpus des oeuvres de philosophie en langue franaise.

En el contexto de una breve rueda de prensa, el filósofo desarrolló algo de sus disertaciones en torno de los mensajeros del planeta y sobre su interés en activar los ``cortos circuitos'' que generan las reflexiones entre la ``angeleología'' y las nuevas tecnologías.

``La razón por la cual escribí un libro sobre los ángeles hace años tiene que ver con una época de mi vida.

``Al final de la Segunda Guerra Mundial hubo una ausencia de discusión filosófica sobre los cambios industriales que se vivían. Hacia los años cincuenta, tanto los filósofos conservadores como los revolucionarios estaban fascinados por los problemas de la producción industrial y tuve la intuición entonces que la cuestión fundamental iba a trasladarse de la producción hacia la comunicación porque pasaríamos de una sociedad de producción a una de comunicación.

``En la década de los sesenta escribí cinco libros titulados Hrmes, el dios griego de los mensajeros, de los traductores, incluso de los comerciantes y de los ladrones. La discusión era, ¿cuál es el dios de nuestra sociedad?, Prometeo o Hermes, el representante de la producción o el de la comunicación.

Apostar por Hermes

``Mi apuesta fue por Hermes y creo que la gané porque si bien en aquellos años mis libros pasaron inadvertidos, con el tiempo hemos visto que nuestras sociedades son más de comunicación que de producción, porque cada vez más personas trabajamos en la elaboración de mensajes y la manera de transmitirlos, que en producir objetos.''

Posteriormente, Serres optó por ``cavilar no sólo alrededor de ese Hermes llamado por el pueblo ággelos (en griego, mensajero) sino en meditar sobre los millones de seres por medio de los cuales él pudo interpretar las herramientas de la comunicación: los ángeles, a partir del discurso más antiguo respecto de ellos en la Edad Media, la angeleología''.

La carga religiosa de aquellos no queda de lado en las cavilaciones de Serres. ``Aparecen en todo tipo de creencia, entre los griegos lo mismo que entre los judíos y los católicos. ¿Han notado que la palabra religión significa lo que nos une? Así que la palabra ángel tiene algo que ver también con el vínculo social, con lo que nos une... vínculos invisibles que en ocasiones se tornan visibles, de acuerdo con cada tiempo histórico.

``Nuestra sociedad en su totalidad está fundada en fenómenos extraños y lo que es extraordinario es que aquélla realiza el mismo movimiento que las otras sociedades. Si antes todo estaba basado en las religiones como si ellas fueran el stock primitivo del cual pudiéramos sacar realidades, después sucedió con las ciencias y posteriormente con los objetos.

``Hoy estamos en el siglo de la comunicación en el que los medios pueden crear sus propios ángeles, pero no imponer valores'', explicó.

Reflexionar sobre los nuevos mensajes

``Si la televisión difunde sólo imágenes de violencia y un niño de 14 años ha visto ya 20 mil asesinatos por la pantalla, podríamos condenar a la tv. Pero hay ciertos canales que se dedican a la cultura así que también podríamos señalarla como una buena herramienta.

``Por ello, la televisión puede transportar mensajes con todos los valores posibles y la lógica del canal no es la lógica del mensaje por eso todos los críticos de los medios de comunicación masiva se equivocan de lógica. Hoy debemos plantearnos la pregunta del status del mensaje y reflexionar sobre la nueva realidad creada por los nuevos mensajes.''

-¿Qué clase de ángeles son estos mensajeros de Internet y de la realidad virtual que hoy proliferan como formas de comunicación en el mundo?

-No lo sé, habrá que inventarlos. Es evidente que la angeleología no tiene todas las respuestas a las preguntas que nos planteamos. Habrá que continuar en esta meditación. Mi libro fue producto de un momento de reflexión, pero el problema con Internet es que no está legislado y cuando en la historia existe un espacio no legislado, contiene todo el porvenir. Se trata por ello de un problema jurídico'', cerró sin más un apresurado Serres, quien hoy impartirá una conferencia en el IFAL sobre querubines, tronos y serafines. La cita es en Río Nazas 43, colonia Cuauhtémoc, a las 19 horas.

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Angélica Abelleyra ¿Existe todavía alguien que no crea en los ángeles? ¿O es que los iconos del aire y los sueños devinieron sólo moda como adornitos en la sala, para embellecer carteles y camisetas y ser hilo conductor de historias de anhelos que Wim Wenders sabe muy bien inventar, y otros refritear?

Un filósofo francés cree en ellos y desde hace más de un lustro los encuentra disimulados en voces polifónicas que hallan eco en un libro que es a la vez un tratado de teología, un discurso filosófico y un bello objeto de arte donde los ángeles son los mensajeros que, para bien o para mal, establecen un vínculo social en un entorno como el actual en el que domina la comunicación.

Pasar de producir a comunicar>/b>

Ese convencido por los seres (¿irreales?) es Michel Serres, autor de La leyenda de los ángeles (La Légende des Anges), publicación a cargo de Flammarion (1993) de la que lamentablemente aún no existe edición en español, pero en torno de la cual las autoridades culturales de Francia en México tratarán de buscar editores nacionales interesados en traer a nuestra lengua ese volumen colmado de reflexión y de reproducciones de cuadros de Botticelli, Giotto y Fra Angelico como fotografías de otros ``ángeles'' representados por el avance de las nuevas tecnologías y sus redes informáticas que encuentran paralelo en la proliferación de los mundos de la mendicidad, la errancia y la pobreza.

Profesor de las universidades de París y de Stanford, miembro de la Academia Francesa, especialista en la historia de las ciencias y organizador de proyectos de estudios a distancia mediante Internet, Serres es autor de la serie Hrmes (Minuit, 1969-1980) y de los títulos Les origenes de la géométrie (Flammarion, 1993), Le Parasite (Grasset, 1980), Contrat naturel (Franois Bourini, 1990) y del centenar de volúmenes publicados por Fayard con el nombre Corpus des oeuvres de philosophie en langue franaise.

En el contexto de una breve rueda de prensa, el filósofo desarrolló algo de sus disertaciones en torno de los mensajeros del planeta y sobre su interés en activar los ``cortos circuitos'' que generan las reflexiones entre la ``angeleología'' y las nuevas tecnologías.

``La razón por la cual escribí un libro sobre los ángeles hace años tiene que ver con una época de mi vida.

``Al final de la Segunda Guerra Mundial hubo una ausencia de discusión filosófica sobre los cambios industriales que se vivían. Hacia los años cincuenta, tanto los filósofos conservadores como los revolucionarios estaban fascinados por los problemas de la producción industrial y tuve la intuición entonces que la cuestión fundamental iba a trasladarse de la producción hacia la comunicación porque pasaríamos de una sociedad de producción a una de comunicación.

``En la década de los sesenta escribí cinco libros titulados Hrmes, el dios griego de los mensajeros, de los traductores, incluso de los comerciantes y de los ladrones. La discusión era, ¿cuál es el dios de nuestra sociedad?, Prometeo o Hermes, el representante de la producción o el de la comunicación.

Apostar por Hermes

``Mi apuesta fue por Hermes y creo que la gané porque si bien en aquellos años mis libros pasaron inadvertidos, con el tiempo hemos visto que nuestras sociedades son más de comunicación que de producción, porque cada vez más personas trabajamos en la elaboración de mensajes y la manera de transmitirlos, que en producir objetos.''

Posteriormente, Serres optó por ``cavilar no sólo alrededor de ese Hermes llamado por el pueblo ággelos (en griego, mensajero) sino en meditar sobre los millones de seres por medio de los cuales él pudo interpretar las herramientas de la comunicación: los ángeles, a partir del discurso más antiguo respecto de ellos en la Edad Media, la angeleología''.

La carga religiosa de aquellos no queda de lado en las cavilaciones de Serres. ``Aparecen en todo tipo de creencia, entre los griegos lo mismo que entre los judíos y los católicos. ¿Han notado que la palabra religión significa lo que nos une? Así que la palabra ángel tiene algo que ver también con el vínculo social, con lo que nos une... vínculos invisibles que en ocasiones se tornan visibles, de acuerdo con cada tiempo histórico.

``Nuestra sociedad en su totalidad está fundada en fenómenos extraños y lo que es extraordinario es que aquélla realiza el mismo movimiento que las otras sociedades. Si antes todo estaba basado en las religiones como si ellas fueran el stock primitivo del cual pudiéramos sacar realidades, después sucedió con las ciencias y posteriormente con los objetos.

``Hoy estamos en el siglo de la comunicación en el que los medios pueden crear sus propios ángeles, pero no imponer valores'', explicó.

Reflexionar sobre los nuevos mensajes

``Si la televisión difunde sólo imágenes de violencia y un niño de 14 años ha visto ya 20 mil asesinatos por la pantalla, podríamos condenar a la tv. Pero hay ciertos canales que se dedican a la cultura así que también podríamos señalarla como una buena herramienta.

``Por ello, la televisión puede transportar mensajes con todos los valores posibles y la lógica del canal no es la lógica del mensaje por eso todos los críticos de los medios de comunicación masiva se equivocan de lógica. Hoy debemos plantearnos la pregunta del status del mensaje y reflexionar sobre la nueva realidad creada por los nuevos mensajes.''

-¿Qué clase de ángeles son estos mensajeros de Internet y de la realidad virtual que hoy proliferan como formas de comunicación en el mundo?

-No lo sé, habrá que inventarlos. Es evidente que la angeleología no tiene todas las respuestas a las preguntas que nos planteamos. Habrá que continuar en esta meditación. Mi libro fue producto de un momento de reflexión, pero el problema con Internet es que no está legislado y cuando en la historia existe un espacio no legislado, contiene todo el porvenir. Se trata por ello de un problema jurídico'', cerró sin más un apresurado Serres, quien hoy impartirá una conferencia en el IFAL sobre querubines, tronos y serafines. La cita es en Río Nazas 43, colonia Cuauhtémoc, a las 19 horas.

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