La Jornada 16 de noviembre de 1998

Se prorrogó dos meses y medio el emplazamiento a huelga de azucareros

Elizabeth Velasco Ť La dirigencia del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Alcoholera de la República Mexicana (SNTA) prorrogó anoche su emplazamiento a huelga hasta el 31 de enero próximo, a fin de buscar un acuerdo con la contraparte patronal en torno a un incremento salarial de 55 por ciento para 55 mil jornaleros del ramo, aumento de prestaciones y pago de 270 millones de pesos que los empresarios adeudan en fideicomisos de vivienda, salud y otros rubros.

En condiciones adversas y agresivas, y luego de treinta días de infructuosas negociaciones entre el sindicato y ocho grupos industriales del ramo nucleados en la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera, que lidera el senador Alberto Santos de Hoyos, Enrique Ramos García, líder de los azucareros, calificó a esta negociación como ``la más difícil en la historia del ramo''.

Todavía en los primeros minutos de este día, los empresarios aún no habían formulado un ofrecimiento satisfactorio para los trabajadores; sin embargo, en ánimo conciliatorio, ambas partes decidieron continuar las pláticas en la sede de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

Fue el pasado 13 de octubre cuando el secretario de Trabajo y Previsión Social, José Antonio González Fernández, instaló la Convención Revisora del Contrato Ley de la Industria Azucarera, previo emplazamiento a huelga presentado por el sindicato para la satisfacción de sus demandas, que se formulan en momentos en que ``la industria azucarera se encuentra en el desastre y le debe a todo mundo: al Instituto Mexicano del Seguro Social, a los cañeros y al gobierno, razón por lo cual ha tenido que pignorar el dulce'', indicaron fuentes del sindicato.

Desde que se iniciaron las negociaciones, los azucareros han enfrentado el dilema de no utilizar la máxima arma de lucha obrera debido a que ``los patrones esperan cualquier pretexto para consumar el cierre de las fuentes de empleo''.

Pese a que por cuarto año consecutivo se obtuvo una zafra récord de 5 millones 174 mil toneladas, la invasión en el país de alta fructuosa y de maíz de Estados Unidos a precios subsidiados ha provocado que cerca de un millón de toneladas del producto mexicano no encuentren mercado y, por ende, existe el inminente riesgo de cierre de 20 ingenios --de un total de 62-- que emplean a 11 mil trabajadores.

Las fuentes sindicales consultadas informaron que el panorama para los azucareros es cada vez menos alentador, ya que el fantasma del desempleo se cierne sobre ellos si las autoridades competentes continúan permitiendo el ingreso indiscriminado del producto estadunidense, que recibe un subsidio de 60 por ciento y ha impactado el precio del dulce nacional, que carece de cualquier tipo de subsidio.

Tan desventajosas condiciones para los productores de azúcar comenzaron a partir de la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), cuando se acordó a ``favor'' de México una cuota de exportación a Estados Unidos de tan sólo 25 mil toneladas, contra 600 mil toneladas que el vecino del norte comercializa en el mercado mexicano.

Por otra parte, el potencial de la industria nacional del dulce no es explotado íntegramente por las ocho empresas de ese ramo industrial, ya que a los propietarios de los ingenios -en su mayoría también de la industria del refresco, como en el caso del Grupo Escorpión, de Enrique Molina-- ``lo único que les importa es tener una materia prima barata''.

Así, ``se ha impedido la diversificación y el aprovechamiento de subproductos de la caña como el etanol, para uso automotriz; la melaza, como alimento para ganado; la proteína unicelular; el bagazo como material de construcción y otros derivados''. Además de estas variables que han puesto en desventaja a una industria que enfrenta la paradoja de su alta productividad y producción récord por cuarto año consecutivo frente a la falta de mercado, ``elementos agresivos, como el afán globalizador que tiende a minimizar a los sindicatos hasta su desaparición'', rodearon la negociación.

Al respecto, las fuentes consultadas informaron que ``existe el riesgo de pulverizar al sindicato o el intento de transformarlo en un sindicato blanco, luego de que se desplegara una andanada contra los contratos ley, a los que hace tiempo les tienen fobia los empresarios, quienes además tratan de llevar a cabo una contrarreforma a la legislación laboral que pende como la espada de Damocles contra los trabajadores''. Añadieron que esta andanada es producto de la creciente dependencia de México respecto de los centros financieros de poder, como el FMI y el Banco Mundial, y de la imposición de reglas a favor de los grandes capitales en detrimento de la clase trabajadora.