Premio Continental de Danza, entre abucheos e injurias
César delgado Martínez, especial para La Jornada Jamás el Palacio de Bellas Artes se había convertido en un sala plagada de gritos de protesta, abucheos, silbidos, injurias e inconformidades.
El motivo fue la decisión del jurado (integrado por Guillermina Bravo y Lidya Romero de México, Michel Caserta de Francia, Valerio Cesio de Argentina y Daniel Shapiro de Estados Unidos), de otorgar el primer lugar de la categoría ``A'' a Rolando Beattie en el ``XIX Premio INBA-UAM''.
La apuesta del público -el gremio dancístico, en su mayoría- era por la obra Antes que amanezca, de José Rivera. La actitud del jurado provocó que los espectadores salieran indignados y el acto protocolario de la premiación no llegara a su fin.
¿La memoria no tiene camino de vuelta?, de Beattie con un lenguaje gastado, una estructura endeble, una interpretación mediocre y una temática confusa, sólo demostró la decadencia del ``creador''.
Mientras que la pieza de Rivera hizo gala de un sentido del humor incisivo, que no escondió la problemática del ser gay en una sociedad machista. Los once bailarines vestidos de mujer, con un nivel interpretativo extraordinario, dieron vida a una obra con una dramaturgia sólida, una artisticidad fuera de lo común y una profundidad que algunos no alcanzaron a percibir por su ignorancia o por su homofobia.
Tal vez el jurado se escandalizó. (¡Tan propios ellos!) No alcanzaron a percibir la profundidad del discurso dancístico de Rivera. Se quedaron con la imagen de la frivolidad de las ``vestidas'', sin lograr penetrar en el dramatismo -por cierto bien resuelto- de la muerte a causa del Sida o el asesinato de un gay. Sus modelos anquilosados acerca de la danza imperaron sobre la frescura y el oficio de un talentoso creador, que hace de la dramaturgia del cuerpo, el texto y la utilización del vestuario y la música un hecho artístico orgánico, integral y completo.
El desenlace violento del pomposamente llamado ``V Concurso Continental de Danza Contemporánea'' (que no cuenta con esta representatividad) se veía venir. Todo empezó con la selección de las obras finalistas. Parece que escogieron lo peor. Piezas realizadas con un oficio depurado, una destacada creatividad y una poética que fue más allá de las modas, fueron eliminadas. Obras de Leticia Alvarado, Cecilia Lugo, Esther Lopezllera y Marco Antonio Silva fueron echas a un lado.
En la categoría ``B'' el primer lugar fue para Pintado en caja de música de Gilberto González, una obra fuertemente influenciada por el creador francés Phillipe Genty, que no logró cuajar.
Una contradicción del jurado fue que en las dos categorías el segundo lugar se declaró desierto. Las preguntas que muchos se hicieron fueron: ¿Habrá quedado ese premio entre las obras que no se seleccionaron? ¿Esto beneficia a la danza mexicana?
En el acto fallido de la premiación no hubo argumento alguno, para sustentar las arbitrariedades de un jurado seleccionado por la Coordinación Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes con criterios políticos y no artísticos.