Figuras de estilo..., un registro mundial en colecciones francesas
Angélica Abelleyra.- Múltiples miradas hacia el hombre, con acentos en la risa, la tragedia, la locura, la sensualidad, la muerte y el juego, integran Figuras de estilo. 50 años de fotografía en las colecciones francesas, una exposición, curada desde tierra gala, para que en México seamos testigos del registro visual que los artistas hacen del mundo que han tenido enfrente. Así, desde el enfoque dulcificado hacia el rostro y el cuerpo femeninos, pasando por el crudo testimonio de la guerra, el juguetón reflejo del ser surrealista y un retrato chocarrero de un Alfred Hitchcock gesticulando como el verdadero monstruo que nunca se tomó en serio, la colectiva arrancó el programa de exhibiciones en la Casa de Francia, que a partir de este lunes 16 se encontrará abierta a todo público.
Agnes de Gouvion Saint-Cyr -inspectora general para la fotografía de la delegación de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura de Francia- es la curadora de la reunión de alrededor 60 imágenes y, en el texto editado con este motivo, desgrana los variados caminos que ha tomado la foto a lo largo del último medio siglo en que transcurren no sólo creadores de tierra gala sino también mexicanos, estadunidenses, brasileños e ingleses que ya forman parte de colecciones de museos como el Centro Georges Pompidou o el Nacional de Arte Moderno de París.
La especialista parafrasea a un poeta, Paul Eluard, y nos trae a la memoria esa labor que realizan los "iluminadores con luz"; esos que -dijo aquella figura fundamental del surrealismo- se dedican a "guiar, abrir a los ojos más rebeldes (y) enseñar a ver igual que se enseña a leer y mostrar el camino de la letra hacia el espíritu".
Así, en las salas del inmueble de la Zona Rosa se despliegan representaciones de la posguerra, de la filosofía de lo absurdo que amparó a los seguidores de André Breton, y refrenda también la constante experimentación que han signado los fotógrafos desde hace décadas. Man Ray y sus retratos de Kiki de Montparnasse, la triología de mujer-violín-máscara africana; escenarios donde William Klein ubica a los surrealistas enmarcados por un cuerpo femenino tendido en la mesa entre frutas, vino y pan; Pierre Boucher, que entierra el torso desnudo de una muchacha cuya piel iguala a la arena; André Kertész y su manejo de sombras en sus propios retratos; Henri Cartier-Bresson y su ojo para captar tristeza y desolación en el México que conoció allá en los años treinta; Maurice Tabard y sus solarizaciones para crear conceptos de modernidad en su trabajo ligado al mundo de la moda; Robert Capa, Raymond Depardon y Sebastia Salgado en su vocación común de testimoniar la condición humana en situaciones límite de ausencia de comida y paz...
La presencia mexicana es patente con el decano de la foto en nuestro país: don Manuel Alvarez Bravo y su bello Retrato de lo eterno (1935) en que un haz de luz ilumina partecitas del rostro y túnica de una mujer en plena tarea de mesar con sensualidad su cabello.
Traspasado este periodo inmerso en el testimonio social que fue patente en la amplia difusión de la fotografía en revistas como Life y Paris-Match, Figuras de estilo contempla otros hallazagos más lúdicos y técnicamente experimentales, con fotogramas, collages y solarizaciones que, recuerda la curadora, sirvieron para modificar la esencia de las cosas y, como dijo el estadunidense Henry Holmes Smith, permitieron "poner el poder de la ilusión descriptiva al servicio de la alusión". Ejemplo de ello son las tomas de Jeanloup Sieff, Olivier Rebufa y Pierre y Gilles, quienes desde diversos ángulos optan por la ironía y la burla que generan la sonrisa.
(Figuras de estilo, organizada por el Munisterio de la Cultura y de la Comunicación de Francia, el Fondo Nacional de Arte Contemporáneo y el Centro Georges Pompidoy y el Museo Nacional de Arte Moderno de ese país, continuará abierta al público hasta el 9 de enero de 1999, en Havre 15, colonia Juárez, sede para la nueva Casa de Francia).