La Jornada 15 de noviembre de 1998

Acepta EU la oferta sobre el desarme ``incondicional'' del régimen de Hussein

Afp, Ap, Dpa y Reuters, Washington, 15 de noviembre Ť El presidente estadunidense Bill Clinton afirmó que aunque Irak ``retrocedió'', su gobierno considera que esto no es suficiente y seguirá vigilando que la nación árabe acata estrictamente las disposiciones de la ONU en materia de desarme. Con esto, Estados Unidos aceptó la oferta que Irak presentó al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, en la que aceptó reanudar ``incondicionalmente'' su cooperación con la comisión especial de la ONU para el desarme (Unscom).

El mandatario admitió, no obstante, que el fin último de su país es que el régimen de Saddam Hussein llegue a su fin al asegurar que el gobernante sigue siendo ``un obstáculo para el bienestar de su pueblo y una amenaza para la paz y la seguridad en el mundo''

El secretario de Defensa, William Cohen, admitió hoy que Clinton había dado órdenes de atacar Irak la misma noche del sábado, pero que las acciones se suspendieron luego de la flexibilización de Irak.

Clinton, quien lucía fatigado tras haber consultado hasta altas horas de la noche con sus principales asesores para decidir la postura de su gobierno ante la nueva oferta de Irak, aseguró que el hecho de que aunque Bagdad ``retrocedió'' en su postura no será suficiente, pues ahora la nación árabe deberá demostrar que cumplirá, efectiva e incondicionalmente, con las disposiciones de la ONU en materia de desarme.

Añadió que Estados Unidos permanecerá listo ``para actuar'' hasta que se ratifique ``el total acatamiento'' de los compromisos iraquíes.

En un principio, Washington rechazó la oferta iraquí, a pesar de que Annan y miembros de delegaciones de países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas habían considerado que la oferta iraquí cumplía con todas las exigencias de la organización.

Bill Clinton señaló que las aclaraciones brindadas por Bagdad el sábado parecían suficientes para que ``Estados Unidos suspenda cualquier acción militar, dando a Irak la oportunidad de cumplir con sus obligaciones''.

Afirmó que su gobierno está de acuerdo con los términos en los que Irak decidió reanudar su cooperación con la Unscom, pero exigió a Bagdad cinco condiciones: solucionar todos los asuntos planteados por la Unscom y la Agencia Internacional de Energía Atómica; proporcionar libre acceso a los inspectores de la ONU a todas las instalaciones iraquíes que juzguen conveniente, y facilitarles todos los documentos que soliciten. También demandaron aceptar todas las resoluciones de la ONU referentes a la destrucción de sus armas de destrucción masiva y, sobre todo, ``no interferir con la independencia o capacidad profesional de los inspectores de armas''.

Si bien la oferta iraquí de reanudación de su cooperación con la Unscom aceptaba explícitamente los cuatro primeros puntos, Bagdad insiste en discutir con la ONU la conformación de los equipos de la Unscom. La decisión de los iraquíes de suspender su cooperación con la comisión fue una manera de exigir la restructuración del organismo y la destitución de su titular, el australiano Richard Butler, a quien el régimen iraquí ha acusado de estar bajo las órdenes de Washington, y de negar sistemáticamente que Irak ha destruido sus armas químicas y bacteriológicas con el único fin de perpetuar las sanciones económicas que pesan desde hace ocho años sobre el país, a raíz de la invasión a Kuwait que originó la Guerra del Golfo.

El viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz reiteró el rechazo de su gobierno a las condiciones estadunidenses. Señaló que el que Washington pretenda exigir a Irak hacer aclaraciones sobre sus relaciones con la Unscom es una medida encaminada a ``lanzar una agresión militar contra el país y mantener las sanciones económicas''. También aseveró que las negociaciones de Bagdad son sólo con la ONU, y por ello Estados Unidos no tiene por que imponer condiciones.

Critica Aziz las intenciones de desplazar al gobernante de Irak

Aziz también fustigó el hecho de que Clinton, en su declaración de hoy, haya admitido que lo que su gobierno desea es que caiga el régimen de Saddam Hussein, lo que según el funcionario iraquí constituye una ``flagrante violación de las convenciones y las leyes internacionales''.

Clinton aseguró que a pesar de la flexibilización de Bagdad en lo referente a su cooperación con la Unscom, Saddam Hussein sigue representando un obstáculo para el bienestar del pueblo iraquí y una amenaza para la paz y la seguridad de la región y del resto del mundo. ``A largo plazo, la mejor forma de abordar esa amenaza es a través de la instalación en Bagdad de un gobierno que represente y respete a su pueblo y no lo reprima, y que esté comprometido con la paz en la región'', precisó.

Hace unos días la secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, reconoció que el objetivo último de Washington es derrocar a Saddam Hussein. Anteriormente, Clinton admitió también que Estados Unidos ha ``incrementado'' la ayuda que otorga a las ``fuerzas del cambio en Irak'' al ayudar a la reconciliación de dos facciones opositoras kurdas del norte del país. Entonces, los voceros de la Casa Blanca se apresuraron a decir que Clinton no había llamado al derrocamiento del mandatario iraquí, sino que se limitó a señalar que estaba dispuesto a ``trabajar con fuerzas o grupos de oposición para propiciar un régimen más democrático en Irak''.

Por otra parte, el Consejo de Seguridad de la ONU anunció hoy que tomó conocimiento y aceptó la oferta iraquí para reanudar su cooperación con la Unscom, luego de haber mantenido reuniones durante el sábado y el domingo para zanjar divisiones que persistían entre los miembros del organismo.

Tras anunciar el acuerdo al que llegó el Consejo de Seguridad, Annan advirtió sobre cualquier futuro incumplimiento, por parte de Bagdad, de las disposiciones de la ONU. Añadió que ``en unos días los expertos de la Unscom regresarán a Irak para reanudar sus inspecciones''.