PAN 28.96%
PRD 17.93%
PT 5.2%
PVEM 1.1%
PRI 45.95%
Así quedaron, en términos absolutos, los porcentajes de los cinco partidos políticos con registro nacional en las quince elecciones del año por terminar (aunque faltan por oficializarse los conteos en los cuatro estados donde hubo elecciones el pasado fin de semana).
Una estimación de los resultados en las catorce entidades -cuyos padrones electorales suman 18.5 millones de ciudadanos- refleja que sólo 54% de los posibles votantes respondieron a los llamados partidistas.
Las apuestas
PAN
Cifró sus esperanzas en obtener triunfos en Aguascalientes, Veracruz y
Sinaloa, además de refrendar su supremacía en Chihuahua.
PRD
Originalmente, la dirigencia perredista sólo reconoció en Veracruz y
Oaxaca las entidades donde podría triunfar. Las demás entidades no
eran prioritarias y en éstos le apostaron al voto de los
abstencionistas.
PRI
Arrancó con escenarios ``de alta competencia'' en Chihuahua, Veracruz,
Aguascalientes, Oaxaca y Puebla. Fuera de ellas -decían en el CEN del
PRI-, las demás están bajo control. El monrealazo y el
anayazo nunca fueron previstos.
El color del 98
Más allá de los espectaculares triunfos del PRD en Zacatecas y
Tlaxcala, o del excepcional repunte del PRI en Chihuahua, los comicios
de este año han dibujado pocos cambios en el comportamiento del
electorado y una extraña irrupción del voto diferenciado, aún por
disecccionar.
El escenario tripartidista que abrió la elección federal de 1997 -la
distancia que separaba al PRI del PAN y del PRD se había estrechado-
quedó trastocado después de los comicios de este año.
1998 era clave en el calendario electoral hacia el 2000. Entre los
estrategas de la oposición se estaba haciendo común la teoría de ``los
tercios'' y la hipótesis de que el partido que obtenga el tercio mayor
en la próxima elección federal, ganará la presidencia de la República
y el control del Congreso.
Pero si algo ha quedado después de estos comicios es que la batalla
del 2000 tendría poco de competido, en caso de que este comportamiento
electoral se consolidara.
Las elecciones de 1998 demostraron que los tres partidos han
consolidado su voto duro y que la amplia franja de los indecisos
constituirá el próximo espacio de disputa.
Otro rasgo hasta ahora, no se han producido conflictos políticos
graves por los resultados electorales.
La agenda
Estuvieron en juego
10 gubernaturas
999 presidencias municipales
283 diputaciones locales de mayoría
PRI
Conservó las gubernaturas de Durango, Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas,
Sinaloa y Puebla. Recuperó Chihuahua.
Ganó 775 presidencias municipales y 219 diputaciones locales de
mayoría en los catorce estados.
PAN
Ganó la gubernatura de Aguascalientes.
Triunfó en 43 presidencias municipales y 86 diputaciones locales de
mayoría.
PRD
Ganó las gubernaturas de Tlaxcala y Zacatecas.
Obtuvo la victoria en 117 presidencias municipales y 17 diputaciones
locales de mayoría.
PT
Ganó nueve presidencias municipales y dos diputaciones locales.
PVEM
Ganó dos presidencias municipales.
Las claves del año
Los números fríos
-El PRI, con su voto duro, cosechó casi cuatro y medio millones de
votos. Con esto recuperó siete puntos porcentuales en relación con la
elección federal del año pasado.
-El PAN poco más de dos millones.
-El PRD no rebasó el millón y medio. A pesar de haber ganado dos
gubernaturas, no pudo consolidar el ascenso electoral que tuvo en
1997.
Los matices
-El PRI ha obtenido los votos suficientes como para mantener su
hegemonía nacional.
-El PAN mantiene el desaceleramiento que registró en 1997.
-El PRD puede presumir de un crecimiento exponencial en entidades
donde prácticamente no superaba los cinco puntos.
La innovación
-El método del PRI para seleccionar sus candidatos. Siete fueron
escogidos en ``consultas abiertas''. A los dedazos
correspondieron derrotas.
El peso del sindicato
-La injerencia de los gobernadores en la selección de los candidatos
priístas. Y el imparable derroche de recursos públicos en favor de las
planillas tricolores.
Otras minucias
- El PT perdió su joya: la capita de Durango.
- En tres estados -Zacatecas, Tlaxcala y Veracruz-, se conformaron
alianzas entre partidos que involucraron a PRD, PT y PVEM. La alianza
veracruzana, que llevó a Ignacio Morales Lechuga como candidato,
resultó un fracaso.
- Ahora son más visibles las votaciones diferenciadas: un candidato
gana la gubernatura, pero el partido que lo respalda no triunfa en
distritos y alcaldías con la misma contundencia.