Masiosare, domingo 15 de noviembre de 1998


Saldos electorales en la ruta al 2000


Los votos de castigo del 98


Alberto Aguirre M.


PRI 45.95%

PAN 28.96%

PRD 17.93%

PT 5.2%

PVEM 1.1%

Así quedaron, en términos absolutos, los porcentajes de los cinco partidos políticos con registro nacional en las quince elecciones del año por terminar (aunque faltan por oficializarse los conteos en los cuatro estados donde hubo elecciones el pasado fin de semana).

Una estimación de los resultados en las catorce entidades -cuyos padrones electorales suman 18.5 millones de ciudadanos- refleja que sólo 54% de los posibles votantes respondieron a los llamados partidistas.

Las apuestas

PAN

Cifró sus esperanzas en obtener triunfos en Aguascalientes, Veracruz y Sinaloa, además de refrendar su supremacía en Chihuahua.

PRD

Originalmente, la dirigencia perredista sólo reconoció en Veracruz y Oaxaca las entidades donde podría triunfar. Las demás entidades no eran prioritarias y en éstos le apostaron al voto de los abstencionistas.

PRI

Arrancó con escenarios ``de alta competencia'' en Chihuahua, Veracruz, Aguascalientes, Oaxaca y Puebla. Fuera de ellas -decían en el CEN del PRI-, las demás están bajo control. El monrealazo y el anayazo nunca fueron previstos.

El color del 98

Más allá de los espectaculares triunfos del PRD en Zacatecas y Tlaxcala, o del excepcional repunte del PRI en Chihuahua, los comicios de este año han dibujado pocos cambios en el comportamiento del electorado y una extraña irrupción del voto diferenciado, aún por disecccionar.

El escenario tripartidista que abrió la elección federal de 1997 -la distancia que separaba al PRI del PAN y del PRD se había estrechado- quedó trastocado después de los comicios de este año.

1998 era clave en el calendario electoral hacia el 2000. Entre los estrategas de la oposición se estaba haciendo común la teoría de ``los tercios'' y la hipótesis de que el partido que obtenga el tercio mayor en la próxima elección federal, ganará la presidencia de la República y el control del Congreso.

Pero si algo ha quedado después de estos comicios es que la batalla del 2000 tendría poco de competido, en caso de que este comportamiento electoral se consolidara.

Las elecciones de 1998 demostraron que los tres partidos han consolidado su voto duro y que la amplia franja de los indecisos constituirá el próximo espacio de disputa.

Otro rasgo hasta ahora, no se han producido conflictos políticos graves por los resultados electorales.

La agenda

Estuvieron en juego

10 gubernaturas

999 presidencias municipales

283 diputaciones locales de mayoría

PRI

Conservó las gubernaturas de Durango, Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas, Sinaloa y Puebla. Recuperó Chihuahua.

Ganó 775 presidencias municipales y 219 diputaciones locales de mayoría en los catorce estados.

PAN

Ganó la gubernatura de Aguascalientes.

Triunfó en 43 presidencias municipales y 86 diputaciones locales de mayoría.

PRD

Ganó las gubernaturas de Tlaxcala y Zacatecas.

Obtuvo la victoria en 117 presidencias municipales y 17 diputaciones locales de mayoría.

PT

Ganó nueve presidencias municipales y dos diputaciones locales.

PVEM

Ganó dos presidencias municipales.

Las claves del año

Los números fríos

-El PRI, con su voto duro, cosechó casi cuatro y medio millones de votos. Con esto recuperó siete puntos porcentuales en relación con la elección federal del año pasado.

-El PAN poco más de dos millones.

-El PRD no rebasó el millón y medio. A pesar de haber ganado dos gubernaturas, no pudo consolidar el ascenso electoral que tuvo en 1997.

Los matices

-El PRI ha obtenido los votos suficientes como para mantener su hegemonía nacional.

-El PAN mantiene el desaceleramiento que registró en 1997.

-El PRD puede presumir de un crecimiento exponencial en entidades donde prácticamente no superaba los cinco puntos.

La innovación

-El método del PRI para seleccionar sus candidatos. Siete fueron escogidos en ``consultas abiertas''. A los dedazos correspondieron derrotas.

El peso del sindicato

-La injerencia de los gobernadores en la selección de los candidatos priístas. Y el imparable derroche de recursos públicos en favor de las planillas tricolores.

Otras minucias

- El PT perdió su joya: la capita de Durango.

- En tres estados -Zacatecas, Tlaxcala y Veracruz-, se conformaron alianzas entre partidos que involucraron a PRD, PT y PVEM. La alianza veracruzana, que llevó a Ignacio Morales Lechuga como candidato, resultó un fracaso.

- Ahora son más visibles las votaciones diferenciadas: un candidato gana la gubernatura, pero el partido que lo respalda no triunfa en distritos y alcaldías con la misma contundencia.