El próximo año, más de $10 mil millones contra el crimen organizado
Roberto Garduño, enviado, y Luis Boffil, corresponsal, Mérida, Yuc., 14 de noviembre Ť El año próximo, las autoridades encargadas del combate al narcotráfico y a la delincuencia organizada ejercerán un cuantioso presupuesto de 10 mil 147 millones de pesos (mil millones de dólares), informó el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, quien resaltó: ``si comparamos el monto de los recursos totales (tenemos) un crecimiento del orden de cerca de 5 mil por ciento'', en relación con 1995.
Al término de la sexta Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, el funcionario federal aceptó que en México existe un importante subregistro de los actos delictivos, a la par que se amplía el crecimiento de las bandas de criminales que cometen ``delitos altamente agresivos para la sociedad, como son el secuestro y el homicidio''. Y a este círculo se añade el ``elevado índice de impunidad''.
Cuestionado sobre el origen de la creciente delincuencia en México, Labastida hizo un pausa, y no le quedó más que responder que ``las causas de la delincuencia en el país son múltiples. Hay una alta impunidad... la existencia del desempleo y otra, que no se puede perder de vista, es la revalorización de la escala de valores (éticos y morales) de los mexicanos''.
Ante los responsables de las 32 procuradurías de justicia del país, que previamente se habían comprometido a restructurar sus policías porque en ellas ya permea diariamente la colusión con los delincuentes, el encargado de la política interior señaló que los índices delictivos se agravan por la relación entre perseguidores del delito y delincuentes:
``Los delincuentes son cada vez más sofisticados y más agresivos en sus acciones ilícitas, están a veces mejor organizados para realizar sus actividades y cuentan con recursos que en muchos casos destinan a corromper a integrantes de las instituciones públicas, particularmente de la policía, encargada de velar por la seguridad de toda la ciudadanía''.
Se incrementó la corrupción
Amplia fue la argumentación de Labastida Ochoa para justificar por qué el año próximo se pretende destinar una cifra de dinero tan fuera de lo común al combate a la impunidad en que se manifiesta y mueve la delincuencia en México.
``Debemos reconocer, hablando con objetividad, que en esta materia tenemos aún un grave problema, porque el crimen y la impunidad crecieron rápidamente en los últimos años, debido, entre otras razones, al incremento de las actividades del narcotráfico, al rezago extraordinario en la tecnología y el sistema de comunicación integral y de una estructura de investigación e inteligencia coordinada.
``Hemos vivido la consecuencia de reformas insuficientes que derivaron en leyes permisivas, bajo presupuestos asignados a la procuración de justicia, y ello permitió que existiera la corrupción y se ampliaran los márgenes de impunidad'', adujo.
Esa perniciosa realidad se refleja, según los argumentos del secretario de Gobernación, en que durante 1997 se denunciaron ante el Ministerio Público casi un millón y medio de delitos, pero ``esto no quiere decir que sea la cifra total de los delitos cometidos, diversos indicadores señalan que, muy probablemente, cuando menos un delito adicional se registró, se ejecutó, sin denunciarse ante agencias del Ministerio Público''.
De los argumentos que esgrimió el funcionario, uno fue clave para entender en la clausura de la conferencia sobre procuración de justicia que la impunidad se impone a la sociedad: en el transcurso del año pasado fueron expedidas 150 mil órdenes de aprehensión, y sólo 85 mil se cumplieron.
Para el funcionario, el acuerdo de coordinación de las policías a nivel interestatal, de ninguna manera significa que la Secretaría de Gobernación o alguna otra dependencia como la Procuraduría General de la República (PGR) pretendan derogar la autonomía de las entidades federales ``ni atenta contra las competencias legales que tienen en materia de seguridad pública; se trata, por el contrario, de establecer mecanismos y formas de sumar esfuerzos, de multiplicar los resultados, de apoyarnos entre todos...''
Recursos nunca antes contemplados
Como se esperaba entre los procuradores asistentes al encuentro, Francisco Labastida trajo una noticia importante para los encargados de perseguir los delitos. Recordó que en 1995, el gobierno de Ernesto Zedillo destinó 200 millones de pesos para el programa de combate a la delincuencia, y que cuatro años más tarde la propuesta que se envió al Congreso de la Unión será que estos recursos superen en 5 mil por ciento la referida cantidad. Y también constituiría un aumento de 200 por ciento en relación con el dinero que se destinó en 1998 para dicho rubro.
Esto, ``si aprueba dicho presupuesto el honorable Congreso de la Unión: que el monto de los recursos destinados a seguridad pública el año entrante sea de 10 mil 147 millones de pesos''.
De esa cifra, el gobierno federal aportaría casi 800 millones, y los gobiernos de los estados el resto. El funcionario entonces trajo a colación la situación económica, fiscal y financiera del país.
``Se hace en circunstancias particularmente difíciles, desde el punto de vista fiscal, para la economía y las finanzas públicas federales, porque como saben todos ustedes, la caída en los precios del petróleo significó para el país una pérdida del orden de 3 mil 500 millones de dólares, equivalente a más de 35 mil millones de pesos''
De los 10 mil 147 millones de pesos que propone el gobierno federal al Congreso para ser ejercidos en las labores de combate a la delincuencia, dijo Labastida, 7 mil 400 se destinarán a los gobiernos de los estados y el resto a la PGR y a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), con los siguientes fines:
Redes de comunicación de alta seguridad, ampliación de cárceles -donde la meta definida para el 2000 es de 35 mil nuevos espacios-, registro de datos de huellas dactilares y de los delincuentes probables y sentenciados (con sus rasgos físicos y órdenes de aprehensión, ``obviamente con llaves de seguridad, con candados de seguridad en todo el sistema, lo que permitirá el diseño, la estrategia y la inteligencia para impedir que el crimen avance extraodinariamente durante el año entrante''), y un sistema de información sobre armamento.
Múltiples, las causas de la criminalidad
La presencia de Francisco Labastida, junto a su ``amigo'' Víctor Cervera Pacheco, en la reunión de los procuradores, propició una gran expectación. Al finalizar la conferencia un nutrido grupo de reporteros rodeó al secretario de Gobernación y los condujo en vilo hasta uno de los pasillos del hotel donde se realizó la ceremonia. El funcionario estaba nervioso y aceptó, ``pero vamos a una sala de prensa'', asentía sofocado por los empujones y codazos del tumulto, y de lo que su guardia personal dio la mayor parte.
Sentado, sin permitir que ninguna grabadora se colocara cerca de su rostro, el secretario dijo que el narcotráfico es un grave problema nacional.
-¿Cuáles con las causas de la delincuencia? -le espetó un reportero local.
-Las causas de la delincuencia en el país son múltiples, y de ahí la integralidad del Programa de Seguridad Pública. Hay una alta impunidad que hay que atacar a fondo. Por otro lado, hay que atacar las causas indirectas que pueden influir, que no son siempre lineales, pero influyen, como la existencia del desempleo, que se ha reducido.
``Por otra parte está la falta de atención a las necesidades sociales, y otro asunto que es de largo plazo, pero que se debe atacar y no se puede perder de vista, es la revalorización de la escala de valores de los mexicanos. Privilegiar y entender la conformación de las actitudes y de los valores que han dado sustento a los mexicanos y a las familias individualmente''.
Afirmó que el año próximo se ``podrá observar una reducción en promedio de la delincuencia en todo el país'', pero que va a depender de las acciones que implementen las autoridades encargadas para el caso. Ese es el punto medular para resolver el grave problema de los mexicanos.
Abundó: los índices se reducen siempre y cuando haya la seguridad de que los encargados de aplicar la ley sólo se dedicarán a eso. ``Quienes están del lado de la justicia, deben permanecer en él''.