La Jornada 12 de noviembre de 1998

Gerry Adams: debe emerger la ``verdad oculta'' sobre el domingo sangriento

Gabriela Fonseca y Jesús Aranda Ť Gerry Adams, presidente del partido nacionalista Sinn Fein, brazo político del Ejército Republicano Irlandés, resaltó la importancia de que ``se sepa la verdad oculta'' sobre el domingo sangriento, como se conoce a la matanza de católicos norirlandeses desarmados -a manos de soldados británicos-, que participaban en una manifestación pacífica, en 1972.

En una conferencia de prensa en el aeropuerto capitalino tras su llegada a nuestro país, Adams se declaró complacido de que el primer ministro británico Tony Blair decidió reabrir el caso y desestimar dictámenes de investigaciones previas sobre el hecho, que absolvían a los soldados británicos y acusaban a los católicos de haberlos atacado, de modo que ``se culpaba de la matanza a las víctimas''.

Recalcó que todo intento de solucionar un conflicto armado requiere de un ``proceso curativo'', y en este caso es esencial que haya una admisión, por parte del gobierno británico, de los asesinatos del Domingo sangriento, a los que distinguió de las otras muertes vinculadas con el conflicto del Ulster.

Adams reconoció que existe un estancamiento en torno del proceso de paz norirlandés, debido a la insistencia de Londres y de los partidos unionistas de que el ERI sea el primero en entregar las armas, y aseveró que esos actores han convertido la cuestión del desarme de los republicanos en un ``obstáculo artificial''. Agregó que el único modo de avanzar en el proceso pacificador es que todas las partes respeten sus compromisos, y sobre todo, se abstengan de crear trabas falsas.

Señaló que aparte de la excarcelación de algunos prisioneros y el retiro de algunas tropas británicas, los católicos no han experimentado ningún efecto positivo del acuerdo, por lo que subrayó que para que el proceso de paz avance debe haber cambios.

Aun así, se declaró convencido de que vendrá una paz entre republicanos y unionistas, el respeto entre las dos islas, y el fin del poderío británico sobre Irlanda del Norte.

Adams resaltó lo que considera similitudes entre los pueblos irlandés y mexicano, como son la religiosidad y el deseo de independencia, y el hecho de tener a un vecino muy poderoso.

Felicitó también los esfuerzos mexicanos para ayudar a los países golpeados por el huracán Mitch, y se unió al pedido de varias naciones y personalidades de condonar o reducir las deudas externas de los países más afectados por la tragedia. Afirmó que la preocupación por los ``hermanos y hermanas'' en Nicaragua, Guatemala, Honduras y El Salvador es compartida por los irlandeses.

Sobre Chiapas, Adams aseguró que por ser un huésped y por haber dedicado su vida a la lucha contra ``las interferencias'' debe ser cuidadoso para hablar de esos temas. Pero destacó que la posición del Sinn Fein ante todos los temas de conflicto es que deben resolverse mediante el diálogo honesto.

Dijo que el proceso de paz norirlandés no es, necesariamente, un modelo para resolver conflictos de otras partes, pero afirmó que ``tiene elementos que podrían ser útiles en su situación''. El proceso de paz norirlandés, indicó, requirió estudiar previamente intentos pacificadores en Africa del Sur y Oriente Medio.


Merry Mac Masters Ť En 1847, en mi país tuvimos lo que se llamó el 47 negro, una de las peores hambrunas, que condujo a la reducción de la población de Irlanda a la mitad. Ese mismo año, Estados Unidos inició lo que Abraham Lincoln describiría como una guerra injusta contra el pueblo de México. Hombres irlandeses que en esos momentos se encontraban en las fuerzas estadunidenses desertaron para unirse a las fuerzas mexicanas, a fin de luchar por la libertad de los mexicanos. Su líder era un hombre de nombre Reilly. A cambio de sus esfuerzos a favor del pueblo mexicano, 50 de esos hombres irlandeses fueron ejecutados aquí por las fuerzas estadunidenses.

De esta manera, Gerry Adams, presidente del Sinn Fein, ala política del Ejército Republicano Irlandés (ERI), mostró los lazos históricos que existen entre México e Irlanda, al inaugurar anoche la exposición Verdades ocultas. Domingo sangriento, 1972, integrada por el trabajo de 15 fotógrafos testigos de aquellos sucesos, y la presentación del libro-catálogo, en el Centro de la Imagen. De modo que esto no es solamente un asunto de ``reclamar nuestro pasado a fin de compartir y adueñarse del futuro'', sino ``también es un asunto de los mexicanos de asimismo recuperar su pasado'', continuó el representante del Belfast Oeste, Irlanda del Norte.

Al agradecerle a todos que se hayan involucrado en ``luchas'' a fin de preservar la meta de la justicia y la libertad como parte de la condición humana, Adams fue literalmente interrumpido por el grito de consignas que recordaban tanto el Domingo sangriento como el 2 de octubre, el ERI y el EZLN. Una vez terminada esa intervención espontánea, el orador retomó el hilo: ``Okey, viva México, viva Irlanda. Thank you''. Para entonces le había sido entregada una bandera del Batallón de San Patricio. Y antes de retirarse totalmente de la vista del amplio público que colmó el patio del Centro de la Imagen, también recibió una invitación al encuentro entre el EZLN y la sociedad civil los próximos días 20, 21 y 22 de noviembre en San Cristóbal, Chiapas.

Adams había intercambiado palabras con los asistentes al acto al preguntar si había alguien de Irlanda. Como varios levantaron el brazo, les habló en irlandés. Enseguida dijo creer que ``cada uno de los presentes tiene una historia que contar, así como toda la humanidad. Y nosotros contamos esa historia a nuestra manera y en nuestro propio lenguaje, a amistades, familiares, vecinos y conocidos. La dignidad y el respeto que vienen de contar y escuchar esas historias son probablemente tan viejos como la condición humana''.

``La conquista de un pueblo, por una nación, por un país, por un Estado, por otro, es errónea. Inevitablemente conduce a la represión, al conflicto, a la muerte, al daño, al pesar y al sufrimiento. Lo que pasó en mi país, en Derry, en enero de 1972, estuvo mal. También estuvo mal que la gente de Derry, y especialmente las familias de aquellos que fueron asesinados o heridos, se vieran impedidos para contar su historia. Cuando se nos niega algo que nos viene por naturaleza, y que damos por un hecho, se nos vuelve ultraimportante. De manera que la gente, y especialmente las familias, se rehusaron a ser silenciados por uno de los gobiernos más fuertes que, bajo (Margaret) Thatcher, fue uno de los regímenes más represores de la Europa Occidental. Hombres y mujeres, hermanos y hermanas, padres y madres y abuelos, ordinarios y decentes, rehusaron ser silenciados en cuanto a lo que había pasado con sus familias y con su ciudad en el Domingo sangriento. Esta exposición, entonces, tiene que ver con el contar su historia, con su exigencia del derecho a la verdad, y también con la retención de ese pasado y la aspiración a un mejor futuro''.

A su vez, Tony Doherty, cuyo padre Patrick fue uno de los asesinados, dijo en nombre de las familias de los víctimas de la matanza, que la presente exposición servirá para denunciar la mentira propagada desde entonces en el sentido de que los fallecidos habían sido responsables de su deceso. Agregó que Verdades ocultas debe ser vista como parte de una lucha permanente por la dignidad y los derechos humanos en Irlanda. Para terminar citó al ``revolucionario Che Guevara'': venceremos.

También presentes en la inauguración, estuvieron la curadora de la muestra, Trisha Ziff-Meyer, Rita O'Hare, vocera del Sinn Fein en Estados Unidos, Elaine Brotherton, familiar de uno de las víctimas, y Patricia Mendoza, directora del Centro de la Imagen. También fue inaugurada la muestra fotográfica Joaquín Santamaría. Mirada con vaivén de hamaca.