1. El desfase que se ahonda entre un gobierno que no sirve (más que a los intereses trasnacionales y de unos cuantos empresarios salinistas) y un pueblo que se organiza en medio de un creciente descontento social, habrá de ser uno de los temas centrales del histórico encuentro entre los campesinos indígenas zapatistas levantados en armas y los miembros de la sociedad civil que acudan a San Cristóbal el 20 de noviembre para organizar la consulta convocada por el EZLN.
2. La Quinta Declaración de la Selva Lacandona (20 de julio), expresaba la decisión de los zapatistas de presentar a una consulta pública la iniciativa constitucional de la Cocopa en materia de derechos y cultura indígena, que da cumplimiento a los acuerdos de San Andrés, y a la que ha buscado oponerse el gobierno por motivaciones oscuras, y al llegar el momento del encuentro entre el EZLN y los grupos de la sociedad que van a contribuir a la consulta, la situación en el país es cada vez más preocupante.
3. La consulta de los zapatistas va a ser para que los mexicanos decidan si ha de darse cumplimiento a los acuerdos de San Andrés de 1996 e incorporarse a la Constitución los derechos de los pueblos indios o si, por el contrario, procede la propuesta de Ernesto Zedillo de dar marcha atrás en lo pactado y desconocer no sólo San Andrés sino de paso el Convenio 169 de la OIT, que garantiza la autonomía de pueblos y comunidades y sus derechos fundamentales. Y por lo mismo debe plantear el problema de si los cambios en el futuro van a ser decididos por todos en amplias consultas o plebiscitos, como acontece en los países con vocación democrática, o si seguirán siendo determinados por unos cuantos respondiendo a intereses que no son los nuestros.
4. La consulta ha de ser sin embargo mucho más que eso, dadas las circunstancias actuales. Debe ser una de las mayores movilizaciones, por la que los mexicanos expresen su voluntad de levantar un país democrático y mostrar su resistencia a un grupo gobernante que con mentiras y engaños se rehúsa no sólo a reconocer los derechos de los pueblos indios sino los de todos los ciudadanos.
5. El gobierno actual piensa que por la vía de la propaganda puede seguir confundiendo a los mexicanos, y ya no logra ni autoengañarse. Ernesto Zedillo, al utilizar al Ejército para reprimir a las comunidades indígenas, lo llevó a su peor desprestigio, y ahora pretende lavar la imagen de las fuerzas armadas mandándolas a Honduras a levantar los cuerpos y escombros dejados por la tormenta tropical Mitch, como si alguien pudiera ignorar que los militares siguen recibiendo las órdenes irracionales de incrementar su hostigamiento a las comunidades indígenas con un despliegue de efectivos y armamento de alto poder que no sólo viola la ley del 11 de marzo sino que evidencia el temor esquizofrénico del gobierno a un pueblo descontento.
6. La experiencia de los últimos años ha dado a los mexicanos la certeza de que no pueden confiar en las instituciones del Estado (ya que no existe en México un estado de derecho), que no pueden tampoco atenerse a que los cambios en el país se produzcan por las negociaciones de las cúpulas partidistas con el gobierno y han aprendido que es la propia sociedad civil la que debe organizar las nuevas formas de vida social y hoy están ante un escenario excepcional.
7. Los sectores del gobierno; de las organizaciones sociales y de los empresarios; del PAN y de otros partidos, y de la Iglesia misma que han apostado por el aplastamiento del zapatismo y de la sociedad civil emergente, y en consecuencia por la imposición de los programas económicos oficiales, pueden ahora recibir con vigor un mensaje que exprese la voluntad de los mexicanos de edificar un país diferente.
8. El EZLN abrió una nueva brecha en la historia mexicana al levantarse en armas en 1994, entre otras cosas para que la sociedad civil pudiera expresarse y asumir sus responsabilidades. Los pueblos indios han dado desde entonces un ejemplo admirable al resistir al hostigamiento económico y militar del gobierno de Zedillo y, como si no fuera poco, las comunidades de la Selva y de las Cañadas han seguido organizándose de manera autónoma mostrando cuáles son las posibilidades del cambio que tiene que venir en México: un cambio que es posible y que debe venir de abajo a arriba. Están dando una nueva esperanza a México que la sociedad civil tiene que retomar y amplificar.
9. El caso de la escuela de La Realidad, en la selva Lacandona, destruida a principios de este año por un helicóptero de Televisión Azteca, y que por decisión de la comunidad será reconstruida con fondos civiles por la Fundación Rosario Ibarra, llevando el nombre de Jesús Piedra Ibarra, en homenaje al joven desaparecido desde 1976, es ejemplar del nuevo proceso que vive el país y al que el gobierno no puede ya oponerse.
10. La consulta es una oportunidad histórica, acaso la última en este siglo, que los mexicanos no pueden ni deben desaprovechar para que, al manifestarse en favor de los acuerdos de San Andrés y de los derechos de los pueblos indios consagrados en la Ley Cocopa, se pronuncien también a favor de la paz, en contra de la militarización del país y por una transformación democrática de México. Para que al decirle no al gobierno, le digan sí a la esperanza: a la decisión de edificar todos un México distinto.