La Jornada 12 de noviembre de 1998

Los tres ríos, zona con presencia teotihuacana, hipótesis de Adams

Renato Ravelo, enviado, Campeche, Camp., 11 de noviembre Ť ``Kin ds'saik te'ex u kimaki oolal U noj najil xook ti cam pech'', dijo el rector de la Universidad Autónoma de Campeche, Jorge Alberto Abud Flores, para dar a entender: ``les doy la más cordial de las bienvenidas de la casa grande de enseñanza de Campeche'' a los participantes en el octavo Encuentro de Investigadores de la Cultura Maya.

En el auditorio Justo Sierra, de la UAC, se llevó a cabo la inauguración del encuentro en el que participan 34 académicos de México, Estados Unidos, España, Honduras, Alemania, Japón, Nicaragua y El Salvador.

Presenciaron el acto universitarios y personas interesadas que abarrotaron el auditorio. En el presídium estaban Mercedes de la Garza, directora del Museo Nacional de Antropología; Ricardo Encalada, promotor del acto por la UAC, así como Fernando Ortega, titular de Educación del estado, en representacién del gobernador José Antonio González Curi.

La conferencia inaugural estuvo a cargo de Richard Adams, de la Universidad de Texas, con el prometedor título ``Nuevas perspectivas sobre la civilización clásica de los mayas''.

Si bien al finalizar su ponencia grandes misterios permanecían en la oscuridad, en su español pronunciado con dificultad, la conferencia de Adams fue un claro ejemplo de la investigación que se hace en la materia: 15 años de pasión, miles de dólares y galones de antirrepelente, para abrir una pequeña ventana por la que se cuelen nuevas tesis.

Exploración de tres lustros

El trabajo de Adams se desarrolló durante década y media en la región conocida como de Los tres ríos, que abarca unos dos mil kilómetros cuadrados, delimitados al poniente por el río Azul, en Guatemala, y por el río Booth, de Belice, al oriente.

Zona de cuatro sitios y ciudades mayores: Río Azul, Kinal, La Honradez y La Milpa. Allí el equipo de Adams descubrió un par de estelas en las que se revela o deriva la relación histórico-militar de las ciudades con Tikal, la construcción de la ciudad de Río Azul en menos de 25 años -lo que implicaría la importación de equipos de trabajo-, así como el crecimiento poblacional en 430 por ciento (hasta llegar a 300 mil personas), lo que supone un fenómeno migratorio quizá proveniente del estado regional de Tikal.

En otra de las estelas estudiadas por Adams, del año 690 dC, por el contrario no se menciona una conexión con la familia gobernante de Tikal, aunque sí se alude a una posible visita del rey de La Milpa, con lo que se indica que posiblemente la ciudad de Río Azul no formaba parte de Tikal.

Durante el clásico tardío -periodo cercano a la segunda estela-, sostiene Adams, ``casi todas las zonas rurales estaban ocupadas por familias de la aristocracia y por campesinos. Esto resulta muy parecido a lo que pasaba en sociedades feudales de Japón, Africa y Europa, y ocurre en un periodo de desintegración política. Así, existen paralelos formales y de proceso. En urbanismo, hay un crecimiento fuerte en los centros menores y de poblaciones asociados con ellos''.

De la lectura histórica de las estelas, así como de relacionar vasijas encontradas en la zona, el equipo de Adams finalmente deduce una presencia teotihuacana, de carácter migrante:

``Tenemos una historia demográfica que muestra fluctuaciones debido a cambios de clima, crecimiento natural, migración y desastres sociales y ecológicos. Parece que tenemos consultores militares en Centroamérica, hay guerras entre los estados regionales y guerras civiles. Aunque nada de esto es nuevo para nosotros, para los mayas en su tiempo sí lo fue; y para nosotros que estudiamos su arqueología nos revela nuevos detalles.''