Sin libertad, sería imposible valorar el bien y el mal
Pablo Espinosa Ť Silencioso, el mal atraviesa la vida. ``De alguna manera -reflexiona Carmen Beatriz López Portillo en entrevista-- va atravesando el ser que somos y la sociedad en que vivimos, sin que lo notemos. Se expresa de muchas formas, desde la indiferencia y la apatía, la desesperanza, la duda simulada, hasta la violencia, la enfermedad, el hambre, la muerte''.
Es menester, entonces, reflexionar en torno de ese tema. Con propósito tal, la Universidad del Claustro de Sor Juana, de la cual Carmen Beatriz López Portillo es rectora, realiza desde ayer, con actividades diarias hasta el viernes 13, las quintas Jornadas Culturales ``Reflexiones en torno al mal'', en la que participan por igual filósofos que cheffs, críticos de arte que concertistas, bailarines que sicólogos, periodistas, pintores y escritores. El jueves, que es cumpleaños de Sor Juana, por ejemplo, se presentará un espectáculo de danza butoh, así como cada una de estas jornadas culmina, luego de mesas redondas, conferencias, exposiciones, con actividades artísticas en disciplinas varias. Todo esto en la sede de esta universidad: Izazaga 92, Centro Histórico.
``Queremos abordar el tema del mal haciendo, primero, una reflexión en torno de la referencia directa de la libertad. Es decir, si no hay libertad no podríamos valorar el bien y el mal. Si no tuviéramos conciencia de nuestra libertad no habría tampoco esta posibilidad de valoración. De ahí que finalmente la reflexión en torno del mal sea una reflexión sobre el ser humano, acerca de la libertad y los referentes: para hablar del mal forzosamente tenemos que hablar del bien. Pensar el tema no en función de un bien o un mal absolutos, sino insertos en un espacio y un tiempo determinados. En libertad.
``Es así que queremos mirar el mal, desde las perspectivas que posibilita el ámbito de nuestra universidad: desde la sicología, la comunicación, el arte, la cultura, la filosofía, la literatura pero también la gastronomía. Nos interesa este tema no sólo para reflexionar, sino para conducirnos de una cierta manera. Pensar un poco como Dostoievski: que finalmente todos somos responsables de todo y, como dice en Los hermanos Karamazov, yo más que todos. Se trata, entonces, de un ejercicio de reflexión y también de un ejercicio de voluntad para que no se quede esto sólo en el ámbito de lo académico, sino que sirva también para conducirnos y podamos contribuir a mejorar este mundo''.
Se trata, conviene Carmen Beatriz López Portillo, ``de una reflexión en pleno lindero del milenio. Es una reflexión en torno de lo que hemos hecho de nosotros. Es una reflexión desde el ámbito del humanismo, que es la vocación de este centro de estudios. Como en muchas de las propuestas y actividades culturales de esta universidad, el tema y eje central es la libertad, es lo que da sentido a estas jornadas''.
Vivir vale la pena
Carmen Beatriz López Portillo apunta: ``Somos seres que tenemos la capacidad de valorar algo: que la vida vale la pena ser vivida. También sabemos que no hemos de vivirla de cualquier manera. Podemos ser de muchas maneras, podemos modificar nuestro modo de ser porque nuestro ser no está hecho de una vez y para siempre. Somos seres que se cumplen siendo, eligiéndose, siendo con otros.
``Sin un mínimo de imperfección, es decir de diversidad, no tendríamos nada qué decir, nada más qué ser, hacer o saber. El conocimiento, carente de objeto, moriría de tedio. Reduciríamos el discurso a afirmar, tautológicamente, que somos lo que somos. Repetición monótona del silencio.
``Tal vez, como afirma Sor Juana en el Primero sueño, el mérito está en que, aun sabiendo que no sabemos, aun ignorando lo que somos, se cumpla la recta determinación de la conducta en una actitud abierta al asombro, a la búsqueda, a la interrogación, en absoluto y radical respeto al ser que somos y al ser del otro.
``Podemos expresar lo que somos justamente por la relación con la alteridad, que se describe en la pluralidad, que cobra sentido en su devenir histórico.
``Lo perfecto tiene una sola atribución; sólo lo imperfecto tiene la posibilidad de alterarse, tiene razones para convertirse en otro, ofrece posibilidades infinitas al discurso. Es la alteridad la que permite la distancia para aspirar a convertirse en objeto de conocimiento.''
Las quintas Jornadas Culturales de la Universidad del Claustro de Sor Juana, ``Reflexiones en torno al mal'', iniciaron ayer por la mañana. Entre otras actividades, se presentarán la pianista Guadalupe Parrondo, la cantante Tania Libertad, el filósofo José María Pérez Gay, así como, en otra parte de este encuentro, especialistas en ``El inframundo de los alcoholes y las botanas'' o bien en ``Los engaños coloridos de la mesa'' y ``Las angustias de los tentempiés''.
No hay, pues, mal que por bien no venga, dirían los clásicos.