La Jornada 10 de noviembre de 1998

El jardín de la casa de Luis Barragán, invadido visualmente por un edificio

Renato Ravelo Ť El jardín que impactó a José Saramago en su visita a México este año, el de la casa que construyó Luis Barragán cuando ensayaba su estilo, ya no es el mismo. La armonía del recinto, cuya declaración como patrimonio artístico está en trámite, cuya mágica intimidad el ahora Nobel celebró, ha sido invadida por una construcción anexa de cuatro pisos que responde a las necesidades de vivienda de una familia, pero que carece de las licencias de construcción de la Delegación Miguel Hidalgo. A pesar de lo anterior, extrañamente las obras no se han detenido en lo que es una paradoja para celebrar 10 años de la desaparición física del arquitecto tapatío.

La Casa Ortega

El inmueble, ubicado en la calle de Francisco Ramírez, conocido como la Casa Ortega, fue la primera habitación de Barragán en Tacubaya. Construida en 1940 y adquirida por Barragán después, su remodelación fue de alguna manera ensayo de sus propuestas. Junto, en la casa marcada con el número 28, cuatro pisos de construcción se elevan sobre el muro que separa el jardín.

El próximo 22 de noviembre se cumplirán diez años de la muerte de Luis Barragán, y las actividades organizadas en su memoria estarán inmersas en la controversia de la Casa Ortega. Rara manera de recordar a Barragán (Guadalajara, 1902), quien proyectó lo mismo jardines y plazas en el Pedregal, que fraccionamientos en Satélite (incluidas sus torres que creó con Mathias Goeritz), el Faro del Comercio en Monterrey o la propia Casa Museo Barragán, que es un laberinto de silencios y estancias.

Entre las actividades que programa la Casa Museo Luis Barragán, que dirige Norma Soto, se incluye una mesa redonda sobre la importancia de su legado, a efectuarse el 27 de noviembre.

El día del aniversario un concierto del Cuarteto Latinoamericano recordará al arquitecto en el convento de las Capuchinas Sacramentarias, en Tlalpan, que Barragán reconstruyó en 1952. El 28 de noviembre dicho concierto se repetirá en la Casa Museo Luis Barragán.

La Casa Ortega se encuentra actualmente en dictamen para ser considerada patrimonio artístico, tal y como la Casa-Museo Luis Barragán, que está adjunta. Soto explica que el hecho de que la casa colindante elevara una construcción de cuatro pisos atenta contra el valor artístico de la obra de Barragán, en la que se ensayaron por primera vez algunos de los rasgos característicos de su legado que rebasó fronteras, para ser considerado premio Prinker y Premio Nacional de las Artes en 1980.

En este año, cuando Saramago visitó la casa museo de Barragán, pasó al jardín ahora afectado, donde se le iba a realizar una entrevista. En su momento, la reportera Adriana Malvido reprodujo sus palabras: ``este jardín es como si fuera el mundo, como si el mundo estuviera encerrado aquí, como si no hubiera más mundo''.

La Casa Ortega, como se le conoce, recibe su nombre de la familia que la habitaba. El trabajo de Barragán consistió en la remodelación de algunos espacios, pero su típica solución a las escaleras -por ejemplo- aparece en algunas partes del recinto que remata en un jardín que transporta a otra ciudad, a otro estado de ánimo.

Habitación familiar

Junto a la casa de Barragán, quien diseñó el estudio de Francis Ford Coppola, desde principios de este año se levanta una construcción. El dueño de la misma, Rogelio Solís, argumenta que los cuatro pisos que se construyen los hace para sus tres hijas casadas, quienes actualmente rentan. Dice que los problemas de inseguridad de la ciudad los obligan a considerar vivir juntos.

Reconoce que se le ha multado y cancelado en varias ocasiones, por falta de permiso para construir, pero asegura que está en trámites con la Dirección de Obras Públicas para que se le otorgue el permiso definitivo. Al momento de la entrevista telefónica dice no recordar el nombre de la persona, en la delegación, que atiende su asunto.

Respecto de la posición de daño, argumenta que ellos están bastante retirados de lo que denomina ``su taller de escultura y arquitectura. No lastimamos sus ideas de urbanismo. No sé por qué quieren tumbarle niveles''.

Desde 1929 el terreno pertenece a la familia Solís, cuando desde Michoacán vinieron huyendo de la guerra de los cristeros, los abuelos. Para Rogelio Solís, de 56 años, el jardín en cuestión está descuidado y en la disponibilidad que muestra a colaborar -en todo excepto en derrumbar pisos a la construcción- dice que ellos podrían encargarse de cuidarlo, o ayudar a construir alguna fachada en común.

Laberinto de trámites

Desde abril de este año la directora de la Casa Museo Luis Barragán tuvo una reunión con el director de Obras Públicas de la delegación, que en ese tiempo era Miguel Rubio, con la directora de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes, Maya Dávalos, así como con José Manuel Bárcenas, representante de los propietarios de la Casa Ortega.

Norma Soto llevó al funcionario delegacional y a la directora del INBA a visitar la casa habitación de Luis Barragán, para denunciar la aparición de una construcción que consideraban que atentaba contra la obra de Barragán de ``valor patrimonial nacional''.

Además, se argumentó que la obra no cumplía con las normas de construcción de la ciudad de México en cuanto a colindancias, apertura de vanos sobre propiedades colindantes y altura, entre otras.

A esa visita siguió la entrega de fotografías a la subdirección de Licencias de Construcción, entonces a cargo de Fernando Guillén Oliveros, acompañadas de un documento que explicaba el daño en cuestión. El 17 de abril dos inspectores llegaron para localizar la construcción.

Casi un mes después, el 12 de mayo de este año, Rubio y Guillén informaron a Soto que la obra en construcción carecía de permiso de la Delegación Miguel Hidalgo, por lo que se procedería a su demolición. Algunos días después fueron colocados sellos de clausura.

Los trabajos en casa del señor Solís, ante la indiferencia de la delegación, han continuado. Hizo modificaciones. Por ejemplo, cada piso tenía una ventana que daba al jardín, misma que tapió para quedar como aparece en la foto que aquí se publica.

Solís acudió con personas de la Casa Museo Barragán, en junio, para presentarse como propietario del inmueble de Francisco Ramírez 28, reconocer que carecía de los permisos para construir, explicar lo que en su opinión lo respaldaba para edificar y objetar cualquier posibilidad de demolición. Intentó llegar a un acuerdo compensatorio, tal y como en entrevista manifestó, en relación con el cuidado del jardín.

El edificio de Francisco Ramírez, luego de esa reunión infructuosa para conciliar los intereses del señor Solís y los de los responsables de cuidar el legado de Luis Barragán, no paró su construcción. Las denuncias que el representante de los dueños de la Casa Ortega y Norma Soto han hecho fueron infructuosas.

Soto dirigió una carta al actual titular de la subdirección de Licencias de Construcción, Fidencio Márquez Pacheco, en la que señala las dificultades para ser escuchados por las autoridades competentes: ``el día de hoy, 1 de octubre de 1998, volvimos a ser testigos de que los trabajos de construcción continúan en la obra ubicada en Francisco Ramírez 28; hoy, al igual que todos los días anteriores, nos topamos con camiones descargando material de construcción''.

Efectivamente, en la construcción de Francisco Ramírez 28 los trabajos no se han detenido, si bien en el caso del edificio de cuatro pisos ya se trabaja en la cancelería y en una nueva construcción que se erige a la entrada del alargado terreno. Esa parte no colinda con la Casa Ortega.

Desde la azotea de la Casa Ortega se pueden ver los trabajos que unos cinco trabajadores hacían, la semana pasada, en los terminados del edificio en cuestión. Marcos de aluminio para las ventanas eran colocados.

El INBA se ha mantenido al margen, ya que la construcción aún no es considerada patrimonio nacional y hasta el momento no ha emitido comunicado oficial, si bien Maya Dávalos ha estado al tanto del desarrollo de los acontecimientos.

La Delegación Miguel Hidalgo, por medio de su oficina de comunicación social, reitera que la construcción carece de permisos, pero no confirma su demolición.