Sin beca ya no se puede vivir en este país: Gerardo de la Torre
César Güemes Ť Jugo de naranja y de tomate a partes iguales, limón al gusto, sal, pimienta y un toque de azúcar. Esa es la receta personal de Gerardo de la Torre para acompañar el mezcal. La mezcla viene al caso por su nuevo libro, Tobalá y otros mezcales oaxaqueños (Daga Editores), que será presentado esta noche.
-Es peculiar que dé a conocer ahora Tobalá... justo cuando las bebidas de alto octanaje han pasado a un plano muy secundario en su cotidianeidad.
-Pues me he retirado un poco, no mucho. Además, lo bailado ¿quién te lo quita? Luego, por razones de nacimiento he frecuentado Oaxaca a lo largo de mi vida. Una de las inclinaciones, sobre todo a partir de que me entero de la preferencia de Lowry por el mezcal, fue buscar los mismo paraísos que él. ¿Qué habrá sentido con tanto mezcal en las venas? Vamos a ver si llego a los estadios que el maestro consiguió. Y lo que pasa es que ese tipo de bebida la dejé. Oaxaca y el mezcal han estado siempre presentes en mi vida. Tobalá... es mi homenaje a la región y al bebedizo.
-Es un libro rápido al modo en que el mezcal es un alcohol rápido.
-Lo es en el sentido de que son cuentos muy breves, de lectura muy fácil. Sin embargo es un volumen de larguísima gestación, hay textos que hice hace 20 años. De hecho todo lo que hago es de gestación lenta, todo me lleva años. Ahora con la beca del consejo hay que trabajar un poco más de prisa, porque se requiere cumplir con los plazos establecidos, si no, te quitan la beca. Como ya sin becas no se puede vivir en este país, hay que escribir más rápido.
-¿Cómo es eso, Gerardo? ¿De verdad un apoyo económico hace que la escritura sea más veloz?
-Lo es en una primera versión. Eso sí se puede. Y luego se detienen las cosas para corregir, rescribir y quedar medianamente a gusto con lo que se hace.
-De manera que el Sistema Nacional de Creadores de Arte funciona.
-Sobre todo cuando se tienen más de 50 años, cuando ya es difícil conseguir empleo y el free-lance no abunda. Yo tengo la facilidad y la ventaja que desde muy joven comencé a hacer guionismo para cine, televisión e historieta. Y así andamos todos, con la honrosa excepción de Taibo II que vive nada más de sus libros.
-Quizá en México sólo él ahora, y antes Spota.
-Más o menos, recuerda que Spota era el presidente de la Comisión de Box.
-Ciertamente una de sus actuales labores principales es la escritura de guiones. ¿Se es feliz de ese modo?
-Lo soy, los hago desde el 69, con Fantomas. Luego me dediqué a la televisión, comenzando con Plaza Sésamo y series alfabetizadoras. Han sido cientos de trabajos de esa índole. Lo malo de este momento es que uno se echa encima compromisos para entregar por ejemplo una novela y al mismo tiempo hay que entregar guiones. Eso es algo francamente latoso, pero es trabajo. Afortunadamente 95 por ciento de todo lo que he realizado en guión se ha grabado. He visto mis programas en televisión y en cine. A lo largo de todo este lapso he hecho un promedio de 600 guiones con buenos resultados.
-¿Qué tiempo le queda para escribir su obra?
-Todo aquel en el que no estoy con un guión. Y también debemos considerar que no siempre se tiene trabajo como guionista. Me la paso tomando notas que desarrollo fragmentariamente para los cuentos y las novelas. Ese trabajo me lo facilita mucho la computadora. Atravieso una etapa muy fragmentaria pero a partir del día 15 de este mes espero dedicarme a novelar.
-¿Qué viene, maestro?
-Una tetralogía que para mí es un proyecto muy querido y muy ambicioso: Los comunistas.
(Tobalá y otros mezcales oaxqueños se presenta hoy a las 21 horas en la Escuela de Escritores de la Sogem, con los comentarios de José Antonio Alcaraz, Bernardo Ruiz, Roberto Bravo y David Magaña.)