PARA LEER

¿Hemos contestado ya a todas las preguntas? ¿Se ha alcanzado toda la sabiduría merecedora de retenerse? ¿Se llegará algún día a una teoría completamente definitiva, que suponga el fin de nuestras investigaciones? ¿Hemos dejado ya atrás la era de los descubrimientos? ¿Es la ciencia actual un mero rompecabezas que se limita a aportar nuevos detalles a teorías ya existentes? ¿Podrían los científicos aprender realmente todo lo que habría que aprender? ¿Podrían hacer desaparecer el misterio del universo? ¿Cuáles son los límites de la ciencia, si es que hay alguno? ¿Es la ciencia infinita o es tan mortal como cualquiera de nosotros?

Esas son algunas de las preguntas que el periodista John Horgan -colaborador fijo de la revista Scientific American- plantea en sus entrevistas con algunos de los principales investigadores del mundo anglosajón (Estados Unidos y Gran Bretaña), con el propósito de ``comprender el estado anímico de los científicos modernos''.

El resultado del recorrido de Horgan por universidades, laboratorios y cubículos es una serie de entrevistas -la mayoría publicadas originalmente en la citada revista a partir de 1989- con físicos, biólogos, matemáticos, filósofos y neurocientíficos, las cuales fueron reunidas en el polémico libro El fin de la ciencia. Los límites del conocimiento en el declive de la era científica, publicado recientemente en español por la Editorial Paidós, dentro de su colección Transiciones.

Así, en los diversos capítulos Horgan aborda el fin del progreso, la filosofía, la física, la cosmología, la biología evolucionista, la ciencia social, la neurociencia, la complejidad, la limitología y la ciencia máquina, hasta llegar a un epílogo que lleva por título ``El terror de Dios''.

Independientemente de que se esté de acuerdo o no con el autor y la falta de consenso entre los investigadores entrevistados, John Horgan presenta un panorama de lo que ocurre en los llamados ``campos de frontera'' que no deja de ser interesante. (PV)