La Jornada 8 de noviembre de 1998

Sindicalismo más democrático, pide a mexicanos líder obrero canadiense

Fabiola Martínez Ť El líder del Congreso Laboral Canadiense (CLC), Robert White, hizo un llamado a los dirigentes obreros de México a impulsar un sindicalismo ``más abierto y democrático'', como la única alternativa para el desarrollo de los países y de las condiciones de vida de los trabajadores de América.

``Trato de ser cuidadoso y no sugerir las formas de cómo deben avanzar los obreros mexicanos, pero definitivamente el movimiento laboral debe ser de carácter democrático y con sindicatos fuertes, ante el avance de los empleos precarios, informales y de tiempo parcial. No hay fórmulas mágicas, pero debemos dar pasos juntos para cambiar las cosas. Si mañana empezara la revolución, quisiera estar en ella'', dijo.

White, también presidente de la comisión de Derechos Humanos de la Central Internacional de Sindicatos Libres, explicó que el avance del poder adquisitivo de los trabajadores canadienses (con salarios de 5 a 7.25 dólares por hora, superiores incluso a los de Estados Unidos) ha sido posible por la democratización de las organizaciones gremiales.

Sin embargo, a pesar de que somos un país industrializado, persisten los problemas de atención social, principalmente hacia los niños, como una consecuencia inmediata de los recortes a los gastos sociales para compensar los desequilibrios financieros.

Al ofrecer la conferencia El movimiento laboral canadiense frente al TLC, el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas y la Globalización, White insistió en que la globalización de la economía ``no funcionará'', en tanto se excluya de este proceso las cláusulas de tipo social y de respeto a los derechos humanos ``que tomen en cuenta el grave problema de la pobreza''.

Comentó que al igual que en otros países de la región, las transnacionales ``no llegan a México a mejorar las condiciones de vida de la población, sino a sacar ganancias a costa de los trabajadores''. Se estima, indicó el dirigente canadiense, que existen 51 grandes multinacionales que poseen en conjunto la misma riqueza que la de 100 países.

En la ponencia denominada Nuevo desorden mundial, White apuntó que con los mercados financieros del mundo ``en las garras del miedo y pánico'' y los derrumbes de las monedas, ``los mercados financieros mundiales no son nada distintos a los casinos clandestinos del bajo mundo, gobernados por la emoción cruda y el apuro por ganar a las apuestas a corto plazo''.

Sin embargo, la consecuencia de ello es el impacto en los trabajadores: cuando las economías reales se achican, invariablemente aumenta el desempleo y bajan los sueldos.

Lo que necesitamos ahora, señaló White, es un esfuerzo sostenido de elaborar una nueva serie de reglas, tanto nacionales como internacionales, para gobernar un sistema financiero que está peligrosamente fuera de control.

``Los intereses de la familia humana tienen que tener la prioridad encima de los intereses estrechos de las finanzas internacionales'', apuntó.