También habrá comicios en Puebla y Sinaloa
Elena Gallegos, enviada, y La Jornada de Oriente, Puebla, Pue., 7 de noviembre Ť Con claras tendencias a favor del PRI para la gubernatura y una cerrada disputa por las principales ciudades, los poblanos se aprestan a renovar este domingo los poderes Ejecutivo y Legislativo de la entidad, así como las administraciones de 217 ayuntamientos. Sin embargo, es ``la batalla de Puebla'' -como la definió Manuel Bartlett hace unas semanas- la que concita la atención de partidos, analistas y observadores. Se da ya por hecho que el PAN perderá la Angelópolis.
La jornada está marcada por las aspiraciones del gobernador a contender por la candidatura de su partido a la Presidencia de la República y el deseo de muchos de ponerle todo género de obstáculos en ese camino.
Para Bartlett es imprescindible que los comicios se desarrollen sin incidentes y sin la menor sospecha de anomalías, pero al mismo tiempo necesita que su partido alcance un triunfo contundente que le permita arrebatar al PAN las más importantes posiciones que obtuvo hace tres años. Eso lo colocaría como un ganador en el ánimo de sus correligionarios en todo el país.
Respecto a la gubernatura no tiene de qué preocuparse. El priísta Melquiades Morales se ha mantenido en el primer lugar de las preferencias y lleva una ventaja de al menos 20 puntos sobre su más cercana contendiente, la panista Ana Teresa Aranda.
Se calcula que mientras el primero logrará entre 50 y 52 por ciento de la votación, la segunda obtendrá entre 30 y 32. Sin embargo, Aranda ha insistido en que se encuentran en un ``empate técnico'' y que ganará si la gente sale a sufragar.
El perredista Ricardo Villa Escalera, aparece en casi todas las encuestas debajo de las tendencias de su propio partido. Se pronostica que su porcentaje se ubique en 10 puntos, y eso por el efecto de atracción de Emilio Maurer. Los demás candidatos -PT, PVEM y PCP- no han sido considerados.
Otra situación que impactará el proceso, es el debilitamiento de Acción Nacional en la ciudad de Puebla, que se atribuye a la ``torpe e inexperta'' gestión del alcalde Gabriel Hinojosa y a una ``equivocada'' selección de candidato, de quien se ha dicho que ``nació muerto. Ello ha traído un enorme desánimo entre simpatizantes, quienes no olvidan que en las elecciones federales del 97 no pudieron obtener ninguno de los 15 distritos.
Por eso, aquí se da como un hecho no sólo la pérdida de esta importante capital para el PAN, sino que ese partido podría alcanzar apenas el tercer lugar en las preferencias de los electores. Más aún, nadie descarta por completo que Maurer dé la sorpresa y obtenga el triunfo sobre Mario Marín, a pesar de que en los últimos sondeos -publicados el 30 de octubre- el priísta tenía una cómoda ventaja sobre sus opositores.
Y es que otra de las peculiaridades de la contienda es sin duda el fenómeno Maurer quien efectuó una inusual campaña en la que regaló leche y jugos de su empresa Tamariz, así como cubetas con su imagen y el logotipo del PRD. A la mejor usanza priísta.
Paradójicamente, lo más impactante de su estrategia fue haberse presentado como ``un no político que desbancará a los políticos''. Su trayectoria al frente del equipo de futbol Puebla, su enfrentamiento con Televisa como presidente de la Federación Mexicana de Futbol y su paso por la cárcel le han sumado el apoyo de una masa de votantes inimaginable para el partido que representa. De nada sirvieron las decenas de denuncias -buena parte de ellas ciertas- sobre su fama de ``girar cheques sin fondo'' y tener ``cuantiosas deudas''. Se prevé que tampoco influirá en los resultados que obtenga el rechazo que de su candidatura hicieron los votantes históricos de la izquierda poblana.
Varios estudios de opinión efectuados estos días indican que en la recta final Maurer arrebató gran parte de sufragios al panismo y tumbó al candidato de ese partido, José Antonio Díaz, al piso de su voto duro.
Maurer también habría quitado al propio PRI una buena cantidad de posibles votos entre la clase media, y hasta hay quien afirma que aquí ocurre el efecto tijera. Esto es, que la curva de preferencias por Marín habría caído en la misma medida que aumentaba la del Maurer, cruzándose ambas en un punto, lo que favorecería al perredista.
En cuanto a las otras 216 alcaldías en disputa, el PAN parece estar en condiciones de retener unas 14 de las 22 que ganó en los comicios de 1995. Entre éstas, San Martín Texmelucan, Tehuacán, Atlixco, San Pedro y San Andrés Cholula. Donde el panismo podría salir derrotado, además de la capital, serían Huauchinango y Huejotzingo.
El PRD pronostica que no sólo conservará los siete pequeños municipios que obtuvo en 95, sino que está en condiciones de triunfar en 13 más. Menciona como ejemplos a Zacatlán e Izúcar de Matamoros.
Son los priístas, empero, los que han hecho las declaraciones más optimistas, y han llegado a señalar que se llevarán carro completo, aunque en corto admiten que podrían perder hasta 30 municipios y cuatro de las 26 diputaciones de mayoría. Según esas previsiones, el PAN sólo conservaría tres de las nueve que ganó hace tres años y el PRD podría lograr una: el distrito 6 de esta capital.
Las dirigencias estatales del PAN y el PRD citaron a conferencia de prensa para que los informadores conocieran el testimonio del actuario Adrián Esquivel Aguilar, quien denunció que en el distrito 3 de esta capital el PRI colocó entre 460 y 480 funcionarios de casilla, de un total de 2 mil 88.
Tanto priístas como panistas intercambian acusaciones de estar sembrando incertidumbre para desalentar la afluencia a las urnas. Unos y otros aseguran que el oponente saldrá beneficiado si se incrementan las cifras de abstencionismo y sólo se asegura el voto duro de cada partido. La tendencia en elecciones locales en esta entidad ubica el índice de participación en 50 por ciento del total de 2 millones 535 mil votantes distribuidos en 4 mil 844 casillas.
La Comisión Estatal Electoral aseguró esta tarde que gracias al Sistema de Resultados Electorales de Puebla (Sirep) estará en condiciones de ofrecer resultados de 50 por ciento de las casillas al filo de la medianoche de este domingo. El lunes 9, contará con 80 por ciento del total.
David Aponte, enviado, Culiacán, Sin., 7 de noviembre Ť El PAN puso en marcha una estrategia para vigilar la jornada electoral y evitar la inducción y ``compra priísta'' del voto. Con brigadas ubicadas en los sitios de entrada a las ciudades de la entidad, los panistas tratarán de evitar el acarreo de votantes y la distribución de despensas y materiales de construcción, según acuerdos tomados por los comités directivos municipales de ese partido.
Por separado, los representantes generales del PRD en las casillas también estarán al tanto de los incidentes de la jornada, con el fin de evitar cualquier anomalía proveniente de los militantes priístas.
En la víspera de los comicios, el PRI asumió el compromiso de juego limpio. ``Nuestros militantes no van a realizar ninguna acción fuera de la legislación electoral'', dijo Alfredo Villegas Arreola, coordinador de 34 diputados federales priístas que observarán los comicios de este domingo. Incluso, dio a conocer que el priísmo estatal llegó a un acuerdo con el PAN y el PRD para celebrar una elección de respeto, principalmente para no inhibir la afluencia de los ciudadanos a las urnas y, posteriormente, no descalificar los resultados de la elección.
Al igual que los panistas, el PRI de Sinaloa organizó brigadas que vigilarán la jornada electoral, provistas de cámaras fotográficas y de video. ``La estrategia es para evitar provocaciones. Con ello, los priístas van a tomar fotos de los panistas y los panistas van a hacer lo mismo con nosotros'', comentó un miembro del comité de campaña priísta.
Los panistas dispusieron de un manual para que los militantes y representantes generales realicen recorridos en todas las casillas desde este sábado y durante el proceso electoral.
La directiva estatal del PRD giró instrucciones a sus representantes generales para que reporten de inmediato cualquier tipo de anomalía o intento de coacción del voto en el curso de la jornada.
Durante los comicios, PRI, PAN y PRD disputarán la gubernatura del estado, 18 alcaldías y las 40 posiciones del Congreso local, con la participación de elementos del Ejército Mexicano en la custodia de las instalaciones del órgano electoral y el traslado de las actas, urnas y boletas, de conformidad con un proyecto aprobado por el Consejo Estatal Electoral.
En el plan de seguridad, el órgano electoral explica que el objetivo del mismo está encaminado a ``garantizar elecciones en el marco de la paz social, así como generar las condiciones propicias para que los órganos electorales, partidos y ciudadanos cuenten con la segura, suficiente y oportuna participación que corresponde a otras autoridades en el proceso comicial''.
Con una lista nominal de un millón 418 mil ciudadanos, los partidos políticos buscarán incrementar sus posiciones políticas en la entidad. Para la vigilancia de las casillas, el PRI acreditó a 12 mil 52 representantes, el PAN nueve mil 103 y el PRD ocho mil 131 representantes.
Las autoridades electorales de Sinaloa acreditaron a más de 500 observadores electorales de diferentes organizaciones especializadas, como Alianza Cívica, y de grupos universitarios y empresariales.
Actualmente, el PRI tiene en su poder la gubernatura, 12 presidencias municipales y 22 diputaciones; el PAN gobierna en cinco alcaldías, entre ellas la capital de la entidad y Mazatlán, y ocupa 13 curules; el PRD tiene a su cargo el ayuntamiento de Angostura y tres diputaciones, y el PT un asiento en el Congreso local.
Para el gobierno del estado contienden Juan S. Millán, del PRI; Emilio Goicoechea Luna, del PAN, y Rubén Rocha Moya, del PRD-PT-Partido Verde. Los tres candidatos tienen posibilidades de triunfo, según sus equipos de campaña.
Los primeros resultados de la jornada electoral llegarán al CEE a las 20 horas del domingo, a través del Programa de Resultados Electorales Preliminares. El titular del órgano electoral, Roberto Sergio Ayala Castro, dijo que hacia la medianoche la autoridad electoral tendrá un avance considerable del cómputo.