EL TONTO DEL PUEBLO Ť Jaime Avilés
Los teatros contra la guerra

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Una desmesurada acusación ``periodística'' contra Samuel Ruiz, un asesinato en La Frailesca y un nuevo conflicto en Ocosingo -saldo del caos de esta semana en Chiapas- sugieren que, en el marco del redoblado hostigamiento militar contra las comunidades indígenas, Gobernación y el ``gobierno'' de Roberto Albores han decidido tensar todas las cuerdas para impedir, no importa a qué precio, el encuentro de la sociedad civil con el EZLN y del EZLN con la Cocopa del 20 al 22 del mes en curso.

Desde Canadá, una coalición de ONG escribe a este diario para quejarse porque Emilio Rabasa fue a Quebec y perdió, e hizo perder, más de tres horas a sus oyentes, repitiendo sus conocidas barrabasadas.

En vísperas de una semana decisiva en el Congreso de la Unión, donde el PAN se suicidará políticamente si legaliza el mayor fraude financiero de la historia de México, habrá que dormir, como dice Eduardo Galeano, ``con un solo ojo'', y estar muy atentos y muy atentas a lo que suceda lo mismo en San Lázaro como en el entorno de San Cristóbal.

Habida cuenta de la renovada gravedad de la situación -Marcos dice que anda ``pidiendo su calaverita''-, hablemos de teatro.

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Congregados por una preocupación común -la Unidad Artística y Cultural del Bosque-, diversos creadores del teatro y de la danza rechazaron, se pronunciaron a favor de un debate nacional sobre la cultura, en el marco de la Cámara de Diputados. El que viene es el texto que fue leído en presencia de Gerardo Estrada, director de Bellas Artes y de su principal destinatario.

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Lic. Rafael Tovar y de Teresa,

presidente del Consejo Nacional

para la Cultura y las Artes (CNCA)

No somos un grupo. No nos consideramos parte de una entidad corporativa. No constituimos una de ``las comunidades'' del teatro y/o de la danza. Pero nos hemos reunido, como ciudadanos, para comunicarle con respeto y transparencia que no estamos de acuerdo con el proyecto de destrucción-reconstrucción de la Unidad Artística y Cultural del Bosque (UACB), que el CNCA, a través de usted, está proponiendo.

Agradecemos la invitación que nos formuló para hacerle conocer, de viva voz, nuestras objeciones.

1) Por su ubicación privilegiada en el Paseo de la Reforma, tan cerca del corazón de Chapultepec, el terreno que ocupa la UACB ha sido, tradicionalmente, uno de los más codiciados por los especuladores inmobiliarios de la ciudad de México. En el mediano plazo, la ``remodelación'' que el CNCA está impulsando no haría sino allanar el camino a los inversionistas privados que desean transformar la Unidad en un centro comercial, para consumo exclusivo del turismo de lujo y de los habitantes de Las Lomas y Polanco.

2) La UACB fue concebida, según consta en la ley que dio origen al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), como un espacio destinado a brindar espectáculos culturales y recreativos de la más alta calidad para la población de menores recursos económicos. La ley que así lo dispone sigue en vigor. El CNCA, en consecuencia, no puede violarla.

3) La custodia de los espacios que forman parte del patrimonio cultural de la nación mexicana, de acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 -aprobado por el Congreso de la Unión y convertido en ley por ello-, es responsabilidad única, exclusiva e irrenunciable del Estado. El Estado no puede actuar en contra de las normas jurídicas vigentes, para que la UACB, en los hechos, quede al arbitrio de las leyes del mercado.

4) El deterioro físico en que se encuentra actualmente la UACB es consecuencia de una política del Ejecutivo federal que la condenó al abandono en los últimos sexenios. Hoy, el propio Ejecutivo federal, por medio del CNCA y del INBA, declara que no cuenta con recursos para ``salvar'' este espacio patrimonial de la nación mexicana, y afirma que la tarea sólo puede ser llevada a cabo por los grandes capitales de la iniciativa privada. Rechazamos tajantemente este argumento.

5) La ``remodelación'' de la UACB que usted idealmente nos ha expuesto, pretende suprimir por completo las instalaciones dedicadas a las actividades formativas de los jóvenes. Para ellos, el CNCA no ha contemplado una alternativa real. Las escuelas de teatro y de danza que han sido trasladadas al Centro Nacional de las Artes (CNA) no responden a las expectativas ni a las necesidades de los estudiantes.

6) Prueba de la inoperancia del CNA es que allí no se realiza trabajo de experimentación, mientras en la UACB, en las antiguas instalaciones de la Escuela de Arte Tea-tral, hoy en día y desde hace mucho tiempo, más de veinte grupos de artistas escénicos utilizan a toda hora el edificio conocido como ``ensayódromo''. En ese maltrecho espacio se han montado algunas de las piezas más importantes que en este momento están en cartelera o a punto de ser estrenadas. El proyecto de ``remodelación'' de la UACB es sumamente vago en este punto. Se limita a decir que, en un futuro nebuloso, ``se garantizarían alternativas (de espacios) de igual o mayor calidad... a los que de manera informal se han venido prestando a los grupos independientes''. Esto no significa nada.

7) Es aún más alarmante el destino que correrían alrededor de veinte grupos independientes de danza -los más importantes del país-, que usan los salones de la Escuela Nacional de Danza Folclórica (ENDF) para sus prácticas y montajes. Al confinar la ENDF en un recinto escolar estrecho y destartalado, en una zona de alta criminalidad, cerca del Toreo de Cuatro Caminos, el CNCA cree haber resuelto en el papel, cosa que no es cierto, las necesidades de las y los estudiantes de danza folclórica. Peor todavía, nada ofrece a los grupos independientes que gravitan en torno de la ENDF. Para éstos, la única perspectiva real es la calle. ¿La ``remodelación'' de la UACB implica, por fuerza, la muerte para la danza contemporánea en México? No podemos aceptarlo.

8) En el espacio que ocupan las escuelas que junto con los teatros integran la UACB, se quiere edificar un conjunto de quince salas de cine, dotado con un restaurante, una tienda de libros y discos y un estacionamiento. A cambio, se nos dice, los inversionistas construirían siete salas de teatro ``equipadas con tecnología de primer mundo''. No obstante, en palabras de usted, los precios de entrada seguirían siendo accesibles para los sectores populares, y la programación seguiría estando a cargo del INBA. Ello sólo garantiza, a nuestro juicio, que este compromiso sería respetado mientras usted permaneciera en el cargo público que hoy detenta. ¿Y el día de mañana?

9) Se nos presenta, como un hecho consumado, que los arquitectos Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León serán convocados por el CNCA para diseñar y ejecutar la destrucción-reconstrucción de la UACB. Estos maestros son coautores del CNA, mole cuya funcionalidad espacial es altamente ineficiente, lo que vuelve innecesaria cualquier polémica acerca de su presunta belleza. En consecuencia, nos opondríamos a que ellos fuesen, fatalmente, los encargados de realizar una obra que requeriría, en su caso, de arquitectos especializados en las exigencias del teatro y de la danza.

10) Todas las descripciones verbales que hemos recibido hasta la fecha nos sugieren que la nueva UACB sería un conjunto de edificios e instalaciones sostenido por un muro de carga ideológica en favor de la simulación. La UACB no puede ser rescatada de las ruinas en que fue sumergida por el calculado abandono del gobierno federal, para que de ellas surja un monumento suntuario en honor de una administración que se irá dejando a 83 por ciento de la población en la pobreza.

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Señor presidente del CNCA:

Coincidimos con usted, con las autoridades, los trabajadores, los creadores y los ejecutantes del teatro y de la danza que se han manifestado al respecto, en que es lamentable el estado físico de la UACB y en que es indispensable reparar sus instalaciones. Nadie puede, con sensatez, recomendar lo contrario.

La UACB requiere, muy probablemente, de una obra de cirugía mayor, que por ello mismo tiene que ser emprendida con los máximos cuidados y en forma progresiva, prestando especial atención a las repercusiones sociales, ambientales, económicas y culturales que impactarán la vida cotidiana de la ciudad de México.

El proyecto no puede sujetarse a los plazos fatales de la política sexenal. Rechazamos por inválido el argumento según el cual si los trabajos de demolición no son iniciados ``en diciembre o en enero, a más tardar'', el gobierno federal ya no podrá ``entregar'' la nueva UACB, debidamente acabada, antes del primero de diciembre del año 2000.

Hasta el día de hoy, nadie ha mostrado a la opinión pública una sola maqueta, un plano arquitectónico o siquiera un boceto de la magna obra respecto de la que usted ha tenido la gentileza de invitarnos a emitir juicios y opiniones.

¿Cómo podríamos compartir entonces la precipitación y la urgencia que de pronto embargan a las instituciones culturales del Ejecutivo federal, por concluir de cualquier manera una obra que la sociedad no conoce y no ha discutido?

¿Cómo podríamos convalidar un proyecto que necesita romper el cascarón de la ley para ver la luz pública? ¿Cómo podríamos aceptar que de la mano de la iniciativa privada, en contra del estado de derecho y en nombre de la cultura y del teatro, los intereses comerciales de Polanco atraviesen el Paseo de la Reforma y establezcan una cabeza de playa tan cerca del corazón de Chapultepec, fundando un nuevo ghetto económico, marginador y excluyente, en un espacio eminentemente popular?

¿Cómo podríamos atrevernos a poner en peligro de extinción, con nuestra anuencia, un laboratorio de experimentación artística donde han trabajado los creadores más distinguidos del planeta y donde se han hecho algunos de los principales coreógrafos, bailarines, actores, directores, escenógrafos e iluminadores de la escena mexicana? En conciencia, por amor, por convicción, por elemental apego a principios éticos irrenunciables, queremos dejar absolutamente en claro que nos oponemos a la destrucción-reconstrucción de la Unidad Artística y Cultural del Bosque en los términos en que usted la concibe y plantea como única vía para salvarla.

Reconocemos su generosa disposición de invitarnos a esta mesa de diálogo franco y sincero. Pero sabemos, y deseamos subrayarlo con énfasis, que este no puede ser el espacio donde se tomen decisiones capaces de afectar profundamente el perfil de la ciudad de México y la vida cultural de nuestro país.

Como ciudadanos, conviene reiterarlo, nos dirigimos a usted para demandarle que en su calidad de representante del Ejecutivo federal someta el proyecto de la nueva UACB a la consideración del Poder Legislativo. Nosotros no tenemos representatividad para sancionar nada. Esta corresponde, por derecho, al Congreso de la Unión. Allí es donde debe culminar y transformarse en acuerdos fructuosos, el debate que se ha generado a lo largo de casi todo este año en torno de la UACB. Nosotros pondremos todo nuestro empeño hasta conseguir que la Cámara de Diputados se haga cargo del tema como debe ser. Lo exhortamos a colaborar en este sentido, abriendo la información a todos los medios.

En virtud de lo anterior, damos por finalizada nuestra participación en este diálogo. Antes de levantarnos de la mesa, no obstante, nos importa recoger las palabras que usted pronunció en la primera reunión que sostuvimos el 28 de octubre pasado: ``No haremos nada en la Unidad del Bosque, mientras las comunidades no estén plenamente de acuerdo''.

Si usted se mantiene en lo dicho, no nos resta sino pedirle que en prueba de buena voluntad suspenda la orden que ha sido girada ya por el INBA, de desalojar, a más tardar el 18 de diciembre, la Escuela Nacional de Danza Folclórica, las oficinas administrativas de la UACB, el ``ensayódromo'' y los teatros que están en temporada.

Por el contrario, si a pesar de su ofrecimiento, la orden sigue su curso, el CNCA ratificará la invariable vocación autoritaria del gobierno mexicano.

Atentamente.

Jesusa Rodríguez, José Ramón Enríquez, Graciela Henríquez, Héctor Ortega, Ricardo Ramírez Carnero, Ana Ofelia Murguía, Marta Aura, Manuel Stephens, Aydée Lachino, Evoé Sotelo, Aarón Rosas, Nicolás Zamora, Olivia Garduño, Edgar Castelar, Serapio Bedoya y...

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Si deseas apoyar las iniciativas de esta carta, escribe al siguiente buzón electrónico:

[email protected]

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Si la ``remodelación'' de la UACB cuesta mil millones de pesos y el gasto militar del ``gobierno'' es de 18 mil millones de pesos, lo sensato, dice el tonto del pueblo, sería sacar al Ejército de Chiapas. Así, avanzaríamos hacia un verdadero acuerdo de paz y tendríamos mejores teatros.