La Jornada 6 de noviembre de 1998

Declina Gingrich relegirse como líder republicano; dejaría su escaño

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 6 de noviembre Ť Newt Gingrich, presidente de la Cámara de Representantes, asombró hoy al mundo político de esta capital al decidir no sólo ceder la tercera posición más importante del gobierno de Estados Unidos, sino renunciar su recién ganada reelección como representante federal.

``Hoy he tomado una difícil decisión personal. No seré candidato para la presidencia del 106 Congreso'', dijo Gingrich en un comunicado emitido esta noche. Elogió a sus colegas, afirmó que continuará apoyando la causa de su partido para asegurar el triunfo en las elecciones del año 2000, y destacó que era hora de un nuevo liderazgo. Instó a los legisladores republicanos a elegir un líder que pueda ``reconciliar y disciplinar''. Y aunque no mencionó que se retiraba del Congreso, fuentes cercanas al dirigente señalaron que esa es su intención.

La elección realizada el martes sorprendió a los republicanos, cuyas expectativas de aumentar sus mayorías tanto en la Cámara como en el Senado fueron destrozadas -los demócratas aumentaron cinco escaños en la Cámara y lograron no perder en el Senado-, y entre las consecuencias inmediatas se dejó sentir falta de confianza en las estrategias de su liderazgo.

Durante las últimas 72 horas se incrementó el debate interno entre los republicanos, sobre la posibilidad de retar a Gingrich y a sus estrategas. Este viernes, temprano, un aliado de Gingrich, el representante Bob Livingstone, anunció su decisión de competir por la presidencia de la Cámara. Por la noche, Gingrich tuvo una conferencia telefónica con representantes republicanos y les anunció su decisión de retirarse del Capitolio, y con ello abrió un periodo de crisis interna dentro de su partido y una batalla para ocupar la presidencia de la Cámara entre sus colegas.

Sólo 24 horas antes, Newt Gingrich seguía insistiendo que permanecería en su puesto y como líder de la mayoría republicana. Pero según fuentes legislativas, al sondear la posición de sus colegas en estos últimos tres días, se percató que no contaba con suficiente apoyo para mantenerse como líder de la Cámara, y tras considerar la opción de regresar como un legislador más, fuera de la cúpula, decidió retirarse.

Así, la elección legislativa que la cúpula republicana consideraba que no sólo consolidaría su dominio sino que podría llegar a ser el punto fatal para la presidencia de Bill Clinton, se convirtió en un hecho político que ha provocado una crisis entre los republicanos. La elección que podría haber implicado la destitución de Clinton, de cierta manera, ha destituido a su contrincante más poderoso: el presidente de la Cámara.

El presidente Clinton emitió una breve declaración esta noche, donde señala: ``Newt Gingrich ha sido un adversario valioso que participa conmigo en un gran debate nacional sobre cómo preparar a Estados Unidos para el siglo XXI''. Elogió su contribución a la vida política del país, y la Casa Blanca indicó que no comentaría más sobre los asuntos internos del Partido Republicano.

El presidente de la Cámara es el tercer puesto en la sucesión presidencial, según la Constitución, y quien ocupa el puesto está entre los políticos más poderosos de esta capital. Gingrich, quien surgió como vocero de la Cámara en la famosa ``revolución republicana'' de 1994, cuando su partido conquistó la mayoría de las dos Cámaras del Capitolio, por primera vez en unos 30 años.

La coalición legislativa republicana siempre estuvo en conflicto interno entre una corriente ultraconservadora y la ala moderada, y Gingrich debió balancearse entre ambas. Al mismo tiempo, anunció una nueva etapa de la política estadunidense, un ``contrato con América'', que marcaría la ofensiva contra la Casa Blanca. Pero hoy, la ``revolución'' que encabezó Gingrich se convirtió en una insurrección de sus propias tropas.

Ahora, la gran pregunta es ¿quién podrá lograr establecer una nueva coalición dentro del Partido Republicano?

Según representantes consultados por la prensa esta noche, Gingrich les informó que no abandonará la vida política, pero que ya no podía seguir como líder efectivo, especialmente en una Cámara donde los republicanos ahora sólo contarán con un margen de mayoría de sólo seis escaños. Los legisladores republicanos se iban a reunir el 18 de noviembre para seleccionar a su nuevo liderazgo parlamentario. Ahora, con la decisión de su presidente, los republicanos se encuentran en la incertidumbre, con varias figuras compitiendo para remplazarlo.

El futuro de Dick Armey, el segundo en la jerarquía de la mayoría republicana, está en duda. Otros nombres que se mencionan son los de Bob Livingstone, Bill Archer y Tom DeLay, entre otros.