La Jornada 7 de noviembre de 1998

Aumenta la desigualdad en el DF

Juan Antonio Zúñiga M. Ť El impacto de la crisis general de la economía nacional en la ciudad de México ocasionó que actualmente 10 por ciento de la población más rica del Distrito Federal, esto es, unos 850 mil habitantes, detente ingresos equivalentes a los que perciben, en conjunto, 6 millones de capitalinos, indican informes del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

En tanto, un estudio elaborado por la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno del DF señala que siete delegaciones políticas registran entre su población índices de marginalidad ``alta'' o ``muy alta''; otras cinco se encuentran en un nivel medio; en tres más el indicador de pobreza es ``bajo'' y en sólo una -la Benito Juárez- es ``muy baja'', al grado de que su índice de marginalidad es inferior que en cualquier otro municipio del país, asegura.

Los efectos de la política nacional se han reflejado en la ciudad con una mayor disparidad en la distribución del ingreso, prácticamente a partir de la aplicación de medidas ``necesarias pero dolorosas'', que se iniciaron hace 15 años y perduran hasta la fecha.

De tal manera que, de acuerdo con la información del INEGI, el estrato más rico de los habitantes del DF incrementó su participación en el ingreso total generado en la capital del país, de 26.5, en 1984, a 34.1 por ciento, aun a costa de 90 por ciento de sus habitantes, quienes vieron disminuir en diferente medida su tajada en el reparto. Es decir, todos han contribuido a la elaboración del pastel, pero uno de cada diez capitalinos se ha comido una porción cada vez mayor.

Los contrastes socioeconómicos revelados por los informes oficiales son amplios, profundos y violentos de un extremo a otro. El 10 por ciento de la población más pobre del DF sobrevive con una participación de 2.4 por ciento del ingreso total, proporción 20.3 veces inferior a la de 10 por ciento de los habitantes con mayor riqueza. Tal vez por la continuidad de los programas oficiales de combate a la pobreza, aplicados en los últimos 15 años, el estrato más bajo aumentó ocho décimas de punto porcentual su participación en el ingreso total capitalino, al pasar de 1.6 a 2.4 por ciento de 1994 a 1996.

Divididos los hogares capitalinos en estratos de 10 por ciento, en función de sus niveles de ingreso de menos a más, los informes oficiales indican que el segundo nivel participa de 2.9 por ciento del ingreso total; el tercero obtiene 4.4 por ciento; el siguiente 5.2; el quinto obtiene 6 por ciento; el sexto 7.3, y el séptimo, donde podría ubicarse el inicio de la ``clase media'', llega a 9.1 por ciento. Sigue el estrato que obtiene 11.6 por ciento de la riqueza y el noveno alcanza hasta 16.4 por ciento de ella.

Hasta arriba, aunque gráficamente se vea abajo, se ubica 10 por ciento de la población de mayores ingresos de la ciudad, con una participación de 34.1 por ciento del total que se genera en la capital.

Muy ricos, ricos, clase media, pobres y muy pobres conviven en el territorio del DF, pero la mayor presencia de unos y otros produce un fenómeno de desequilibrio delegacional.

En este sentido, el estudio del gobierno capitalino, elaborado por la Sedeco, explica que la crisis económica reiniciada en diciembre de 1994 propició una mayor concentración del ingreso y disminuyó los empleos de mejores salarios, por lo que ``la ciudad presenta diferentes grados de desarrollo y bienestar entre las diversas delegaciones, así como en el centro-norte y la zona rural de las demarcaciones del sur-poniente''.

Así, las delegaciones que pertenecen a esta última subregión capitalina --Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta, Tlalpan, Magdalena Contreras, Alvaro Obregón y Cuajimalpa--, donde se ubica 26.5 por ciento de la población del DF, generan 5 por ciento de los ingresos totales de las empresas comerciales, industriales y de servicios de la ciudad. En estas demarcaciones se da 8 por ciento del empleo capitalino.

En el caso de las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Benito Juárez, Azcapotzalco, Iztapalapa, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo, Iztacalco y Coyoacán, señala el estudio, ``las condiciones de producción, como los niveles de vida de sus habitantes, son más benéficas''. En ellas se encuentra 82 por ciento de los establecimientos productivos, se genera 95 por ciento de los ingresos y 92 por ciento de los empleos.