La Jornada 5 de noviembre de 1998

La Banda de Tlayacapan y el artesano Antonio López comparten el galardón en Artes y Tradiciones Populares

Raquel Peguero Ť El profundo amor con el que hacen su música, enmedio de esa filosofía de ``respeto a la madre tierra como dadora de vida'', ha dado un ``fruto inesperado'' a la centenaria Banda de Tlayacapan: el Premio de Artes y Tradiciones Populares que este año comparten con el chiapaneco Antonio López Hernández, artesano tallador de madera.

La banda tiene más de 125 años de labor, que implica la participación de seis generaciones. Está integrada por 40 músicos cuyas edades oscilan entre los 7 y los 51 años. Ha participado en todo tipo de festivales en el país y en el extranjero, y tiene siete discos grabados.

``Cargados de historia y dignidad, poniéndole sonido al tiempo y música al viento'' como resumió Adriana Malvido el trabajo de la Banda de Tlayacapan (La Jornada 3/XI/ 98), la agrupación fundada en 1870 por Vidal Santa María tuvo una vida azarosa. Desmembrada con el estallido de la Revolución, volvió a reagruparse en 1916, cuando uno de los hijos de Vidal, el teniente coronel zapatista Cristino Santa María reunió a un grupo de adolescentes para que la reintegraran.

Cuenta su actual director, Carlos Santa María Pedraza, cómo la banda recorrió -``mitad en burro, mitad a pie''- casi todo Morelos, ``alegrando los días de los que iban a morir en la bola'' y con la esperanza de no ser ``balaceados a mitad de la función''.

Mucho han cambiado las cosas desde entonces, y la Banda de Tlayacapan se ha erigido en figura representativa de su comunidad. Su música, ``creada en las ideas, en los paisajes, en los festejos, en la vida diaria, es memoria histórica cargada de emociones'', dice Cornelio Santa María Pedraza.

Sienten que el premio es también para la comunidad que los alienta. ``Conservar nuestra tradicional música nos permite vernos como en un espejo, tal como somos, y así conocernos y reconocernos para fortalecer los lazos de cohesión e integración que nos ha permitido a los tlayacapanenses ser depositarios y vigilantes de una herencia cultural de gran valor''.