La Jornada miércoles 4 de noviembre de 1998

ASTILLERO ¤ Julio Hernández López

La tragicomedia que han escenificado José Barroso Chávez y Víctor García Lizama se acerca al momento del desenlace.

El presidente de la Cruz Roja Mexicana ha anunciado que dejará el cargo en enero, luego de una seca pelea contra las palabras presidenciales que semanas atrás sellaron su destino, contra las evidencias de malos manejos económicos en la benemérita institución y de mal juicio respecto a temas de salud pública como el uso del condón.

El otro peleador de los dos montados en el ring, García Lizama, ha comenzado su batalla final, luego de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ha dado entrada a una iniciativa de ley con la que se pretende poner fin al imperio que el ex director de aduanas ha montado para beneficio personal, familiar y grupal a partir del dinero destinado presuntamente para los pobres.

¡Los señores feudales piden democracia!

La pandilla que se ha apoderado minuciosamente de los fondos económicos destinados a la asistencia privada para construir con ellos un persignado feudo inmoral (no es contradicción en esa pía mafia santiguarse antes de recibir beneficios con el dinero destinados a la caridad de otros) se ha envuelto en la bandera de la democracia para emprender la defensa de sus privilegios.

El asunto es sencillo: durante el gobierno capitalino de Manuel Camacho Solís, el citado García Lizama promovió, y consiguió, las reformas legales que le dieron la garantía de convertirse en el jeque inamovible del manejo de los dineros privados destinados a la beneficencia de los pobres.

Con ese objetivo, consiguió que el número de representantes del sector privado en el máximo órgano de gobierno de la Junta de Asistencia Privada (JAP), el Consejo de Vocales, pasase de cuatro a cinco, con lo que tenían mayoría sobre los representantes del ámbito gubernamental, que quedaron en cuatro. Por si los sacros candados no fuesen suficientes para favorecer el cacicazgo de García Lizama, se estableció que el presidente de la JAP sería nombrado por el jefe del gobierno capitalino a partir de una terna propuesta por los propios cinco vocales privados.

Mayor control era innecesario, pero aún así don Víctor se esmeró en multiplicar el número de instituciones de asistencia privada para, así, dar paso al viejo sueño de la humanidad: la democracia plena. Cinco vocales puestos por García Lizama, una terna propuesta por los cinco citados vocales, y un número creciente de nuevas instituciones sujetas a su puño, daban como resultado el milagro democrático: García Lizama de por vida, como una especie de jonguitudismo de la caridad.

Sin embargo (siempre el sin embargo), el grupo de García Lizama se engolosinó con la ingestión del pastel de los dineros de la asistencia privada. La familia por delante, el botín fue consumido. Luego entró al conflicto con la directiva sindical y al forcejeo con el asesor de Cuauhtémoc Cárdenas -quien luego sería oficial mayor del gobierno capitalino- Jesús González Schmall. Y cuando parecía haber salvado los obstáculos y entrar a un proceso de acomodamiento con el cardenismo, en el que habrían intervenido algunos jerarcas católicos y algunas familias influyentes en el terreno religioso, la pandilla yucateca resbaló al pretender engullirse a la única joya que no adornaba su corona: la Cruz Roja Mexicana. Aprovechando el regaño presidencial, susurrado al oído por sanitario secretario, García Lizama creyó llegado el momento de ensanchar sus arcas. En esa faena ha sucumbido Barroso Chávez, pero también se crearon las condiciones propicias para que un golpe ladino dado desde el gobierno de la capital del país busque ahora deshacerse de García Lizama y su grupo de beneficiados.

Firmo, luego recibo beneficios

Ayer mismo, un desplegado aparecido con las firmas de la Asociación Mexicana de Instituciones de Asistencia Privada y de las instituciones asociadas, defiende con pasión el cacicazgo de García Lizama. Al denunciar la iniciativa de ley impulsada por dos diputadas perredistas, los firmantes aseguran que las modificaciones hechas por don Víctor para beneficiarlo a él mismo son ``¡Un avance hacia la democracia!'', y se duelen con rabia de que la iniciativa del sol azteca pretenda dar mayoría al sector gubernamental, con seis representantes frente a los cinco privados que hay actualmente. Además, denuncian que con esa ley se pretende la nominación ``libre'' del presidente de la JAP. Ellos desean que continúe el ``gran acierto'' que consiste en que el gobierno ``ha dejado a las propias instituciones vigilar y cuidar sus propios recursos''.

La rebelión de las buenas conciencias asociadas ha dejado, por lo demás, una amenaza explícita. Advierten los firmantes que con la iniciativa de ley se violan ``derechos adquiridos'' y se lesionan las garantías individuales consagradas por la Constitución.

Por lo pronto, el primer caído en la batalla, Barroso Chávez, prepara sus maletas oficialmente para enero del año próximo aunque, de hecho, ayer mismo inició su verdadero retiro de la Cruz Roja Mexicana.

García Lizama, el otro fragoroso combatiente, aún continuará en la batalla, usando membretes, firmas y desplegados, entablando juicios y reclamos, asegurando que no le mueve otra cosa que el deseo de servir a los mexicanos pobres.

Sea como sea, lo mejor de todo es que, afortunadamente, esta tragicomedia parece estar llegando a su fin. Un personaje de la telenovela ha anunciado ya su salida del aire y otro protesta y se rebela contra un guión inexorable.

Astillas: El diputado Marcos Bucio, quien además de legislador federal es el secretario de gestión social del CEN del PRI, se aventó el pasado lunes una bellísima declaración. Crítico del PRD por el asunto Fobaproa, se pronunció contra el anuncio de ese partido de dar a conocer más nombres de empresarios beneficiados por ese Fondo: ``Quienes actúan así -dijo Bucio- para beneplácito de Pinochet, Díaz Ordaz y otros próceres modernos propician el caos, porque se alimentan del desorden. Crean el conflicto porque la normalidad democrática los aniquila, y huyen del trabajo político y legislativo porque les exige construir y comprometerse, y eso los confronta ante su radicalismo''. Cual dijese el sabio pensador mexicano Brozo: ¡Oooorale!... Tres gobernadores aprovecharon el puente del Día de Muertos para hacer grilla. Cuauhtémoc Cárdenas y Ricardo Monreal dejaron sus oficinas del Distrito Federal y de Zacatecas para ir a Michoacán a apoyar a los candidatos perredistas a alcaldías y diputaciones locales. Vicente Fox anduvo por los mismos lares y, muy orondo, defendió el derecho que tiene de usar su tiempo personal, su tiempo libre, como más le plazca. Años atrás, cuando todavía no llegaba al poder, la oposición mexicana se desgañitaba para denunciar el abuso de poder que cometían los priístas gobernantes al participar en actos de campaña de su partido o inclusive, en simples ceremonias conmemorativas o reuniones internas. Hoy, lo denunciado ayer ya no es motivo de queja. Todo se vale en la lucha por el poder... Investigadores bien calificados han escrito sobre la colección del Villar, que consideran está integrada por ``un 80 por ciento de pedacería de figuras antropomorfas, elementos de pastillaje, y elementos moldeados y modelados''. De la citada colección se estima, con argumentos propios de las ciencias sociales, que varios de los rostros allí conjuntados ``pueden corresponder a murciélagos''. Uno de esos rostros, por ejemplo, tiene ``orejas anchas y puntiagudas, colmillos amenazadores, la lengua de fuera y la nariz ancha, con alveolos bien marcados''. Las descripciones anteriores no corresponden, como podría suponerse, a alguna de las corporaciones policiacas que jefatura el procurador de justicia de la capital del país, Samuel del Villar Kretchmar, sino al ingeniero Eduardo del Villar Kretchmar, quien posee la citada colección privada en su rancho Huapalcalco, en Tulancingo, Hidalgo, y cuyo estudio académico ha sido publicado bajo la firma de la investigadora Enriqueta Manzo Olguín Iguinen, en la revista Huaxteca, el hombre y su pasado, que edita la Fundación Eduard Seler y dirige Joaquín Muñoz Mendoza...

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