Alienación es un término de la psiquiatría que engloba a todas las psicosis. Philippe Pinel lo vulgarizó a fines del siglo XVIII queriendo con ello significar que el enfermo de la mente se ha hecho extraño a sí mismo (alienus). El alienado es un loco, un demente, un sujeto con escasa posibilidad de entender. Los medios de comunicación modernos pueden causar serios trastornos de alienación individual y colectiva.
Mirkarlla y Karmirlla Karistein, por ejemplo, gastaron en marzo pasado más de mil 500 libras esterlinas viendo proyecciones de Titanic en el cine Picture House, de Strattford, barrio al este de Londres. Las mujeres superaron con amplitud a una señora que en Roma andaba en las mismas porque mientras las inglesas asistían al cine dos veces al día (seis horas y 28 minutos en total), la italiana sólo iba por las noches. ``Es que yo trabajo'', se lamentó la perdedora.
Mirkarlla y Karmirlla admitieron que no fueron muy fieles a la película: ``Nos perdimos algunas proyecciones porque nos fue imposible llegar: en dos ocasiones recibimos visitas en casa, otra vez nos enfermamos ambas, y por último el automóvil sufrió un desperfecto justo durante el trayecto al cine''. El director de la sala premió a las devotas con un poster del filme.
Por su lado, la firma J. Hudson and Co., de Birmingham, ya está facturando millones con el silbato de bronce ``Acme Thunderer 58'', que no se fabricaba desde los años 20. Este silbato es el que emplea Kate-Rose Winslett para salvar su vida al final de la película. El primer despacho a todo el mundo fue de 34 mil unidades.
Asimismo, los felices entre los felices participarán en Titanic: the oficial movie tour, muestra itinerante del barco por 20 ciudades inglesas. A partir del próximo 16 de diciembre los interesados podrán cenar en el sofisticado restaurante de primera clase y revivir, sin mojarse, 550 de los efectos especiales de su hundimiento. Para los románticos está previsto que suban a la proa con su pareja y experimentar la sensación de vuelo que Jack y Rose sintieron allí, donde se besaron por primera vez.
-¡Papá! ¡La puerta!, ¿Puedes atender que estoy viendo Titanic?
-Voy, voy...
-Hola, cielo, ¡No sabes! ¿Adivina de dónde vengo?
-¿Del curso de transeguridad bioenergética?
-¡No! ¡De la presentación del video Titanic en la discoteca La Boom...! No sabes lo que te perdiste. Escenografía, ambientación, glamour ¡y todos luciendo el vestuario original de Titanic, diseñado por Deborah L. Scott!
-Justamente estaba escribiendo sobre el tema. Del Titanic al máximo volumen en las tiendas de autoservicio, en las de alquiler de videos, libros, discos, novelas, maquetas del barco y rompecabezas para que lo armen los niños, el árbol genealógico del capitán y el de cada uno de los insignes pasajeros de primera.
-¡Criticón! Siempre criticando... ¿Por qué no escribes de algo positivo? ¿A poco no sabes que acaban de condecorar al director James Cameron con la Orden del Aguila Azteca?
-Y eso está muy bien porque le dio chamba a mucha gente en Baja California.
-Ya, ya. No te enfades que te sube el ácido úrico. ¿Vemos una película esta noche?
-Cualquiera menos Titanic.
-¿Entonces cuál?
-La que escojas. Por mí, Casablanca.
-¿Casablanca? ¡Increíble! La has visto ochenta veces...
-Pero la dignidad y la capacidad de sufrimiento de Nick-Humphrey no tiene parangón en la historia del cine. ¡Al chico Dimetrio no le da el ancho!
-Di Caprio. Chulísimo.
-Di Caprio... ¿Vas a comparar su actuación con la de Bogart cuando admite que la Bergman debe irse con el otro para compartir quién sabe qué opción superior?
--Ni modo. La vida es así. Sé realista.
-¿Así cómo? ¿Después que Dimetrio puso flamenco al esposo con riesgo de su propia vida? ¿Después que a último momento ella se decide por él y casi cae del barco?... Su ¡Rous!, ¡Rous!... Pues ve sabiendo que la Rous acaba de comprometerse con... aquí lo dice, ``...con un ayudante de dirección cinematográfica prácticamente desconocido''. ¡Ya no hay lealtad!
-¡Confundes ficción con realidad! ¡Estás alienado!
-¿Conque alienado, eh? ¡Alienado madres! Ve al super y fíjate en la complaciente serenidad de los que se detienen a ver Titanic. ¡Es como si todos quisieran ser espectadores del hundimiento de los otros! ¿Crees que después no compran angustiados más de lo que necesitan y anhelan tomar un baño calientito?
-Titanic no. Pero Casablanca tampoco. ¿Cuál pues?
-Godzilla.