La Jornada 3 de noviembre de 1998

No ha podido comprobar Cruz Roja la salida de recursos: JAP

Gustavo Castillo Ť El área de Inspección y Vigilancia de la Junta de Asistencia Privada (JAP), la cual realiza auditorías a la Cruz Roja Mexicana, no ha encontrado comprobantes que ``justifiquen'' la transferencia de 2 millones de pesos a la Fundación de Apoyo Social (FAS), ni ``el destino de aplicación de 300 mil dólares que donó la Agencia de Desarrollo Internacional del gobierno de Estados Unidos para ayuda a la población afectada por el huracán Paulina.

En un comunicado de prensa, la JAP afirma que ``no encubrirá a culpables si los hubiera'', en relación con el presunto desvío de 2 millones de pesos y 300 mil dólares que debieron formar parte del patrimonio financiero de la Cruz Roja Mexicana que preside José Barroso Chávez.

Los 2 millones de pesos que le fueron pagados al FAS -autorizados por Barroso Chávez-, presuntamente se transfirieron por ``la supuesta adquisición de medicamentos, almacenaje y transportación de los mismos''.

La JAP menciona en su comunicado que cualquiera que sea el resultado, incluso si éste favorece a José Barroso Chávez, ``se verá obligada a mostrar los documentos que acrediten los gastos en que incurrió la Fundación de Apoyo Social y que fueron motivo del reembolso que, en su caso, le hubiera hecho la Cruz Roja Mexicana por 2 millones de pesos''.

José Barroso Chávez afirmó durante su comparecencia ante el Consejo Nacional de Directores de la JAP, que los 2 millones de pesos entregados a la FAS se deben a que ésta entregó a la Cruz Roja más de 45 millones de pesos en medicamentos e implementos alimenticios procedentes de la organización social AmeriCares.

Según el comunicado, ``esta afirmación complica más las cosas, porque requiere encontrar pruebas de que AmeriCares donó a FAS, que también preside Barroso Chávez, alimentos e implementos alimenticios por la suma indicada, cuando hasta la fecha la institución humanitaria estadunidense ha enviado a los auditores declaraciones juradas ante la aduana de ese país que sólo comprueban la remisión de medicamentos por 32 mil 500 dólares entre la fecha del huracán y el pago que le hizo la Cruz Roja Mexicana.

Además, la junta menciona que los medicamentos enviados meses antes del huracán, la fecha en que ocurrió éste y el día en que ocho presidentes de consejos nacionales de la Cruz Roja denunciaron el probable desvío de recursos, AmeriCares envió medicamentos, cuyo valor no excede de 80 mil dólares.

Por otra parte, el mismo comunicado informa que el tesorero nacional de la Cruz Roja y ``algunos de los presidentes de comités nacionales'' de esa institución han pedido que se investigue un negocio mercantil ubicado en la colonia Polanco, el cual le fue legado a la Cruz Roja y que fue convertido en un edificio de locales y departamentos.

Según esta nueva denuncia, los recursos financieros de la Cruz Roja Mexicana se vieron afectados, ya que de 12 millones de pesos que supuestamente iba a recibir por la venta de los departamentos, sólo le han quedado ``alrededor de siete''.

El fondo del asunto, aun cuando la JAP establece que la situación es confusa, se localiza en que el inmueble debió incorporarse como propiedad de la Cruz Roja Mexicana, sin embargo, se le otorgó poder a inmobiliaria Panguanex para decidir sobre el edificio y con ello los actos de administración y de dominio quedaron a su cargo.

Lo anterior, pese a que la Cruz Roja Mexicana cubrió los gastos de reparación del edificio, el pago de la transformación a régimen condominal, de comisiones y honorarios a los apoderados por 5 por ciento del valor de las ventas y otro tanto adicional a los vendedores de cada departamento.

La JAP señala que será importante averiguar ``los ingresos reales de Panguanex y las utilidades que este negocio mercantil le arrojó; así como en todos los casos el cumplimiento de las leyes de carácter fiscal a las que están sujetas las sociedades mercantiles'', pues si se hubiera transferido la propiedad del inmueble a la Cruz Roja Mexicana, el edificio de Schiller 256 hubiera podido quedar protegido por el régimen fiscal, propio de las instituciones de asistencia privada, lo que hubiera beneficiado directamente a la Cruz Roja.