Ardanza: sin ETA, Madrid ya no tiene ``coartada'' contra la autonomía vasca
El lehendakari José Antonio Ardanza cederá la estafeta de la presidencia de la Comunidad Autonómica Vasca en pleno viraje, de la polarización extrema a la víspera de un proceso de pacificación hasta ahora inédito en Euskadi; de los días en los que todo intento de abordar el tema del diferendo vasco-español era dominado por la absoluta falta de serenidad al actual momento en el que, ahora sí, ``hay que abrir el melón''.
Severo en su juicio a ETA, lo mismo que al gobierno de Madrid, Ardanza considera que ``con la desaparición de Euskadi Ta Askatasuna desaparece la coartada'' que siempre esgrimió España ante las aspiraciones de unidad y soberanía vascas. Tajante dice: ``En las futuras negociaciones, ETA no va ser interlocutor. Como no lo puede ser tampoco el ejército español. Eso no lo aceptaría nadie''.
Optimista, confía en que la tregua del grupo armado independentista ``no es coyuntural, no es una tregua-trampa, no es un hervor de verano'', sino una decisión ``que viene desde hace años''.
Durante su reciente viaje a México, el jefe del Ejecutivo vasco visitó las instalaciones de La Jornada acompañado por sus asesores y colaboradores cercanos, y sostuvo una larga, a ratos apasionada, conversación con directivos y reporteros del diario.
``La fase que se abre ahora -identificó el lehendakari- dejará a un lado a ETA como la piedra en el zapato del Estado español. Esa piedra ahora será el nacionalismo democrático, que reivindicará la autonomía y la integridad territorial vasca democráticamente''.
Pero acto seguido se pregunta el cómo. ``Si todo lo que supone el principio sacrosanto del Estado-nación, la territorialidad, las fronteras, un ejército para defender esas fronteras, las monedas, están desapareciendo en Europa. Napoleón murió hace mucho tiempo''. Y se responde: ``Los nacionalistas sabemos que ahora, cuando aspiras a la soberanía, aspiras a una cosoberanía''.
Estos son extractos de la conversación:
Sin excusa
``El resultado electoral -41 escaños nacionalistas y 34 españolistas, al igual que hace cuatro años- no altera en nada el proceso de paz que se inicia con la tregua de ETA. Lo que sí afecta es el tema de la paz. La existencia de ETA impedía permanentemente que el problema de fondo, que es político y tiene que ver con el encaje de los vascos en el Estado español, se afrontara debidamente. Y no se podía abordar ese debate sereno, en libertad y democracia, porque cada vez que se intentaba abordar ese problema desde el nacionalismo democrático, inmediatamente el Estado y los partidos estatales nos acusaban de darle pie a la radicalidad de ETA, al tiempo que los etarras nos acusaban de traición.
``Ahora que ETA desaparece, o que dice que ya no va a utilizar más la lucha armada, desaparece la excusa.
``Si esa organización hubiera dejado las armas hace dos años, cuando no había confrontaciones electorales, todos hubiéramos abordado esa circunstancia con mucha más ilusión. Los partidos españolistas, pensando que esa decisión de ETA podría generar un incremento del voto nacionalista, desacreditaron esa decisión diciendo que es una tregua-trampa, una tregua oportunista. Lo cierto es que la tregua trae una expectativa a futuro de que hay que abrir el melón. O sea, tenemos que entrar a debatir el conflicto''.
Esto no es una tregua-trampa
-Dice usted que ahora se puede producir un debate sereno. A la distancia llamaba la atención esa falta de serenidad, digamos ese tono de histeria, en el abordaje del diferendo vasco español. ¿Qué sucede ahora que permite desdramatizar la discusión?
-Me han estado preguntando constantemente si creo que la decisión de ETA es seria o es coyuntural. Muchos están queriendo hacer creer que la decisión es una puramente táctica. En ETA viene arrastrándose desde hace tiempo la duda sobre si ya ha terminado el tiempo de la lucha armada y se inicia el tiempo de la política.
``Esto no es un hervor o un sueño de verano; esto viene desde hace años. Y se agudiza a partir de 1992, cuando ETA había puesto ya sus grandes objetivos de poner en crisis al Estado aprovechando los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, y pensaba aprovechar todo el eco internacional que pudiera tener su actuación con todos los cientos y cientos de medios de comunicación presentes ahí. Pero el fracaso fue total porque antes de que se abriera la Expo de Sevilla, en marzo de 1992, fue apresada la cúpula etarra en el País Vasco francés.
``Y la siguiente cúpula de ETA cayó en junio. Fue el mayor golpe policial que esa organización ha recibido a lo largo de su historia. El hecho irlandés está influyendo. Después del asesinato del concejal del Partido Popular en Ermua, Miguel Angel Blanco, la reacción social es de tal envergadura, que ETA empieza a darse cuenta de su pérdida de apoyo. Si a esto se añade que a finales del año pasado toda la mesa nacional de Herri Batasuna fue encarcelada, que en junio o julio cierran el periódico y la radio Egin, y en ningún caso hay una reacción social, se van acumulando muchas cosas''.
¿Nacionalistas? Nosotros, el PNV, antes que ETA
-Después de lo que se había visto en la estrategia de ETA en los meses y años anteriores: golpear, tensar, tensar al máximo la situación... ¿por qué por primera vez ese organismo acepta con una gran confianza hablar con ustedes? ¿Qué garantías se le dieron?
-A ETA lo que se le dijo fue lo siguiente: señores, ustedes creen que tienen el sacrosanto dogma del nacionalismo. Pero antes que vosotros, nosotros somos nacionalistas; y después de que vosotros desaparecéis, nosotros seguiremos siendo nacionalistas. Y vuestras acusaciones permanentes de que nosotros, PNV, somos unos traidores... ese es vuestro problema, vuestro montaje permanente.
-Pero algo ha de haberse pactado que los convenció a ellos (ETA) de que ustedes van a defender unidad territorial...
-Repito, ése no es problema nuestro. Yo he aspirado a la unidad territorial, y nunca lo he ocultado. Pero a continuación diré: no soy ningún imperialista, por tanto, yo no voy a imponer la unidad territorial de Euskadi a nadie, ni a Navarra. Por ello, ese desideratum de la unidad territorial, no sé si algún día será posible, pero si es, es que les hemos convencido a los navarros y a los de Iparralde (País Vasco francés) de que caminemos todos juntos. Y eso, queridos señores de ETA, no es pegando tiros.
-¿Qué negociación hubo antes para llegar al alto el fuego?
-Nada, un compromiso, el de Lizarra, ningún compromiso secreto.
-Aun así, parece demasiado simple pensar que esa gente abandonó su estrategia militar.
-Evidentemente.
Las piedras en el zapato
-¿Cómo entenderlo?
-Vamos a ver. Nosotros hemos conseguido hasta el momento la primera fase: paz con minúsculas, o sea, el compromiso de ETA de no seguir la lucha armada. Lo que sigue, la segunda fase, es fundamental, la paz con mayúsculas, por dos vías: la vía menor, que es resolver la herencia de ETA, sus 500 y tantos presos en las cárceles y los cientos y cientos de personas que están pululando por el mundo. Y la otra herencia, la negativa, la que afecta a los terceros, a los que han sido víctimas de ETA. Hay que resolver ambas con acuerdos políticos entre partidos. Es un compromiso asumido por nosotros, los demócratas, hace años. Pero este es un tema coyuntural que se puede resolver en un año, dos o tres.
El problema de fondo para la paz es la solución del contencioso vasco. Es el reto que preocupa ahora y que va a provocar la crispación política. Desde luego, la piedra en el zapato ya no va a ser ETA, sino el nacionalismo democrático.
-Lo cual representa también una prueba de fuego a la tan cantada democracia española...
-Yo creo que al final, si ambas partes tenemos suficiente ductibilidad y flexibilidad, no debería de ser. Sobre todo si tenemos presente que el contexto político de Europa está alterándose de manera sustancial. El concepto de la ciudadanía exclusiva va desapareciendo. Ya Napoleón murió hace mucho tiempo.
``Ante esto, no vamos a plantear recuperar lo que ya está desapareciendo. El nacionalismo vasco no va a pretender la estatalidad nacional independiente. Aspiramos, sencillamente, a ser nosotros quienes decidamos a futuro en cada momento lo que queremos ser. Ni se me ocurre tener un ejército vasco ni una moneda vasca ni fronteras con aduanas. Sí se me ocurre tener una unidad territorial, no para para poner fronteras, sino para tener elementos de soporte comunes entre todos los vascos. Yo en casa quiero seguir hablando euskera, aunque sepa muy bien que al salir tendré que coger el maletín y saber inglés. Ahora, cuando aspiras a la soberanía, aspiras a una cosoberanía''.
-En Madrid, lo que a veces se ve es una actitud de que se haga la democracia (como decimos en México) en los bueyes de mi compadre: autonomía en Yugoslavia y demás, pero no aquí.
-Ese es el problema de Madrid.
-Pero ahora los vascos han dado un salto cualitativo.
-Un salto que, aunque les cueste admitir, lo hemos dado los nacionalistas.
-¿Y ETA? También ha determinado muchas cosas ¿no?
-Hombre, claro, estaba determinando algo fundamental: le estaba dando la gran coartada a España. Y ahora que asume la decisión de desaparecer, desaparece la coartada, se abren las ventanas y se mira el horizonte.
-En la negociación de paz, ETA tendría que ser un actor.
-ETA no va a ser negociador. Nadie vamos a aceptarle como negociador político. La representación de ETA, políticamente asumida y perfectamente defendida por 14 diputados de HB en el Parlamento, eso sí. Lo otro sería distorsionar una vez más la democracia. Es como si dijeran en España: miren señores vascos, como tenemos problemas de interlocutor, además del PP va a ser el Estado Mayor del ejército. Eso no lo aceptaría nadie.
-¿Qué hay en la agenda de negociación?
-Reformar marcos jurídicos. Es decir, los 41 escaños vascos, nacionalistas, les dicen a los 34 no nacionalistas: señores, juntos somos 75, pero la mayoría es la representación genuina vasca. Sea en el Parlamento o en foros más discretos, para poder hablar a calzón quitado conformemos una voluntad pactada. Y yo le aseguro que el bloque de los 41, incluido Arnaldo Ortegui (líder del bloque EH, antes HB), les dice: no voy a plantear la independencia. Voy a plantear simplemente que se nos reconozca a los vascos el derecho a decidir por nosotros mismos.
-¿Y si no se avanza? ETA no se habrá disuelto gratuitamente...
-Del tema de ETA es mejor que no hablemos, por una razón muy sencilla. A mí no me va a enseñar ETA a ser nacionalista. Creo que esa organización ha sido nefasta para los vascos.