La Jornada 3 de noviembre de 1998

Caen 5.7 mil mdd los activos de Pemex

Elizabeth Velasco C. /II y última Ť El desmantelamiento de la industria petrolera mexicana (petroquímica, refinación y gas) por parte de los gobiernos de la última década ha provocado que los activos de Petróleos Mexicanos (Pemex) valgan 5 mil 771 millones de dólares menos que hace tres años, lo que ha afectado la producción de petrolíferos y petroquímicos, sostiene Rafael Decelis y Contreras, miembro del Consejo Político de la Sociedad Mexicana de Ingenieros y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM.

Con base en datos de 1997, explica que en ese mismo periodo los pasivos de Pemex se incrementaron en 6 mil 601 millones de dólares. La pérdida contable en términos absolutos asciende a 12 mil 172 millones de dólares.

En contraparte, la política monoexportadora de crudo ha orillado a una creciente importación de gasolinas, combustóleo, petrolíferos y otros productos procesados en refinerías estadunidenses y de otros países que no son petroleros.

En el caso de la petroquímica, agrega, cada año se importan 260 mil toneladas de productos terminados con un valor de 775 millones de dólares; en cambio, se exportan 90 mil toneladas, que valen alrededor de 200 millones de dólares.

Asimismo, cada año se compran 690 mil toneladas de materia prima para elaborar productos terminados (plásticos, hules sintéticos, etc.), con un costo de 670 millones de dólares, y se exportan 210 mil toneladas, con un valor de 231 millones de dólares.

Estas importaciones ``absurdas'', señala, son consecuencia de la falta de inversión en el sector, cuyo déficit comercial ascendió el año pasado a 2 mil 363.3 millones de dólares, 15.62 veces mayor al que se tenía en 1987, según un informe de la Asociación Nacional de la Industria Química.

Decelis afirma que también se importan 500 mil toneladas de urea debido a que las plantas petroquímicas están paradas.

El yacimiento de Cantarell, el mayor productor de petróleo y gas de México con 46.2 por ciento de las reservas, ubicado en la sonda de Campeche, ``se está colapsando a gran velocidad'' debido a la sobreexplotación: cada día se extraen más de un millón de barriles mediante 150 pozos productores, para competir con Arabia Saudita y Venezuela en abastecer a Estados Unidos a ``precios competitivos'' y cumplir el convenio marco que el actual gobierno firmó con ese país en enero de 1995 a fin de obtener un préstamo de emergencia.

Los ingenieros responsables de la producción de Cantarell informaron que debido a la sobreexplotación del yacimiento ha sido necesario aumentar la presión con nitrógeno para evitar que baje la extracción de petróleo.

Además del severo daño causado a Cantarell --se está inundando por el exceso de presión para extraer el crudo-- la sobreexplotación ha provocado que ``el gas asociado fluya más rápidamente''. Además, diez por ciento de la producción se quema porque ``el precio de oportunidad es malo y no hay demanda en el país''.

No obstante, están paradas las dos plantas de amoniaco de Cosoleacaque --que utilizan gas-- y todas las plantas de urea, que se produce con amoniaco.

En el área de refinación hay una situación similar, a pesar de que su producción tiene un valor agregado 3.9 veces más alto que la explotación de petróleo crudo.

Según datos de Pemex correspondientes a 1997, en ese año se importó 256 por ciento más gasolina (187 mil barriles por día) que en 1996; las compras de combustóleo llegaron a 100 mil barriles por día, contra 40 mil barriles de 1996.

Estos hechos se han dado a conocer en desplegados firmados por investigadores y economistas de la UNAM (John Saxe Fernández, Sergio Suárez Guevara, Rafael de Decelis), del Instituto Politécnico Nacional, dirigentes de los petroleros, comités y organizaciones ciudadanas, líderes locales del Partido de la Revolución Democrática, técnicos y profesionistas petroleros, telefonistas, integrantes de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y cientos de personas más de distintos gremios que se oponen a la privatización de la petroquímica.

En uno de los desplegados más recientes, dirigido al pueblo de México, al Congreso de la Unión y a los trabajadores (Excélsior, 7/V/98), cuestionan que Pemex haya invertido mil millones de dólares (50 por ciento del capital) en la refinería de Shell en Deer Park Texas, para refinar 115 mil barriles por día, negocio en proceso de ``ampliación'', según el secretario de Energía, Luis Téllez. Un contrato similar al de Deer Park se celebró con Mobil Oil para refinar 350 mil barriles al día. Además, estaría en puerta una nueva ``alianza estratégica'' con otra empresa estadunidense para procesar 250 mil barriles.

En los Estudios sobre creación de industrias plásticas, de la serie Industria Petroquímica, publicados por la Organización de Naciones Unidas, se pronostica que la producción de esta industria (plásticos, fibras sintéticas, hule, caucho y otros) crecerán 58.63 veces, muy por encima de la población mundial, de la producción metalúrgica y de los productos naturales.

Pese a ello, las autoridades insisten en que la petroquímica y la refinación ``no son rentables'' y por ello deben venderse. ``Lo grave es que, si permitimos la privatización, los mexicanos perderíamos nuestra capacidad para desarrollarnos y ser gente de primer nivel y no sólo el pueblo maquilador en que nos quieren convertir'', remata Decelis, también integrante del consejo consultivo de la Federación Mexicana de Profesionales de la Química.