Arturo Cruz Bárcenas Ť Desde pequeño, Edgardo tiene pegue con las mujeres. Se resiste a aceptar esto públicamente, quizá por la discreción que debe guardar todo hombre casado. La mayoría lo conoce por su papel en la telenovela La Chacala. Por sus atributos físicos (a su lado nos vemos escuálidos, famélicos, ¡ay, snif!), la empresa Zermat lanzó al mercado una línea de lencería (calzones y tops, pues) que lleva su nombre.
Este panameño --su nombre real es Edgardo Eliecer Tejada Hinestrosa-- provocó suspiros y gritos, ojos desorbitados, entre las asistentes a ese show. Hizo como que hacía el amor a una morenaza y a una rubia. Sementalazo. Movió las caderas gorilescas cual si le diera la calambrina, luciendo esos coordinados que ``se ajustan a la cadera y a la ingle. Cien por ciento algodón''. Allá va Edgardo... luciendo su cuerpazo, para ellas. Horas de gimnasio, de buena comida, de darse a la tarea de dar brillo al músculo, para demostrar que la apariencia es más que un momento existencial de la esencia, antihegelianamente hablando.
Con el fondo musical de los temas de Gloria Estefan, salseando, Edgardo agradece los aplausos de la concurrencia al grito de ``¡viva México!''. Gracias por aquí, gracias por allá. ``Gracias por entrar conmigo a esta nueva aventura'', decía eternamente agradecido.
En el teatro Metropólitan a reventar, los empleados de Zermat alborotan con pompones, banderitas, globos o alzando las manos. ``Yo pienso que el actor debe de diversificarse. Yo he sido de esa idea toda mi vida. Hay que buscar alternativas para seguir adelante. Para mí ha sido como un sueño el salir en telenovelas, grabar un disco. ¿Mi mujer? No se encela por el trabajo que hago; ahora que si me ve, acá, en acción, pues sí...''.
Edgardo es ocurrente. ``Sí, la verdad siempre se me ocurren cosas. Ahora sueño con grabar un disco, aunque ya hice uno, pero con éste, por causas ajenas a mi voluntad no pasó nada. Tengo un material que voy a llevar a las disqueras, a ver si me pelan. Es una mezcla de música dance con reggae, calipso, soka.
``Pienso que llevar una buena y cómoda ropa interior es una belleza. A mí se me ocurrió; lo propuse y me dijeron: `va', y yo dije: `pues va'. Busco que esa ropa no me quede sólo a mí, sino que sea universal''.
Después de La Chacala no han habido nuevas propuestas para que realice otra telenovela, pero ``yo sigo ahí, como siempre, buscando mi camino, buscando mi destino. Siempre trato de cuidarme y de estudiar. Para que cuando me pidan estar ahí, pues estar bien preparado. Hago mi mejor esfuerzo, para después no arrepentirme por no haber hecho las cosas''.
--¿Es temporal la imagen que proyectas?
--¿La imagen? Depende, depende. Porque si tú te cuidas, tu imagen puede durar mucho tiempo. A todos nos llega una hora. Estoy consciente de eso y no me da miedo. Ni a la muerte le tengo miedo, ¿eh? Lo único que me preocupa es mi familia. No le tengo miedo a los problemas; siempre tengo mucha fe en que voy a seguir adelante. Más vale viejo vivo que joven muerto.
--¿Y el paso del tiempo?
--Lo que preocupa es que pase el tiempo y que las cosas no se den. La juventud es importante, pero desde chavo en mi cabeza me dije: si las cosas no te llegan, pues ¡ya! Sigo tratando en esto o aquello para tener el pan, ¿no?
Dice que del pegue con las chavas no puede exponer nada: ``Yo qué te puedo decir. La verdad, la mayoría de mis amistades son mujeres. Yo creo mucho en la mujer, que es lo más hermoso del mundo; es la primera maravilla. El hombre que la somete es porque le tiene miedo. El mundo gira alrededor de la mujer.
--¿Te han acosado; te sientes un objeto sexual?
--¿Qué...? ¡Ah! Jejejé... jajajá. Bueno, pues yo qué te puedo decir... jajajá... bueno, sí te dicen... pero de ahí no pasa... jajajá... jejejé, jojojó. Si yo lo digo, pues no va pasar nada (con su esposa).
--¿La infidelidad?
--Cuando anda uno de novio todo es chévere. La vida matrimonial sí es bastante difícil. Ya después cada quien saca sus ondas, y todo se pone difícil y hay que saber sobrellevarlo.