La Jornada 31 de octubre de 1998

DEL PERFORMANCE GORE AL CULTO A LOS MUERTOS

Raúl López Téllez, corresponsal, Morelia, Mich., 31 de octubre Ť Pátzcuaro y sus islas, además de Tzintzuntzán, Ihuatzio y Tzurumútaro se encuentran listos para cumplir la cita anual con la muerte, tradición que en Michoacán funde la cosmovisión indígena con la herencia religiosa del conquistador español.

La festividad de noche de muertos en la zona lacustre de Pátzcuaro y centro de la cultura purépecha aún resiste al comercialismo y la ocasión para el reventón que ya ha penetrado en otros lugares.

Desde la noche de este primer día de noviembre, los purépechas adornan sus tumbas con las ofrendas y los alimentos favoritos de sus antepasados, en un ambiente iluminado con grandes cirios para que sólo estén presentes las sombras de la princesa Mintzita, hija del rey Tzintzicha, y la de Itzihuapa, hijo de Taré y príncipe heredero de Janitzio, la principal de las islas del lago de Pátzcuaro, quienes, enamorados, ya no pudieron desposarse por la inesperada llegada de los conquistadores españoles.


Mónica Mateos y Angeles Cruz Ť El círculo de veladoras este año es más grande. La quinta velada en homenaje a las personas muertas por sida se efectuó ayer en la explanada del parque México, un lugar más grande que la tradicional Plaza Río de Janeiro, y aún así resultó insuficiente para quienes acudieron a encender su luz de recuerdo.

Organizada por Amigos contra el sida, inició a las 13 horas con el montaje de más de 30 ofrendas, cada una realizada por igual número de organizaciones de lucha contra el VIH, grupos de autoapoyo, estudiantes y trabajadores del sector salud.

15 años después, la solidaridad crece

La lista de nombres de ausentes es cada vez más larga, pero igual ha crecido la conciencia y solidaridad hacia quienes viven con el virus. A 15 años de que se registró el primer caso de sida en México, la lucha de las organizaciones contra ese mal puede contar ya sus primeras victorias.

Todos están ahí: niños, abuelos, amas de casa, padres de familia, jóvenes de diversas religiones, y todos participan. Conviven alrededor de un círculo del que poco a poco surgen los recuerdos, las anécdotas de fortaleza, la esperanza, para que ``la voz emerja y el dolor se mitigue'', como dijo Julieta Egurrola al presentar a la cantante de música tradicional zapoteca, Claudia Ramírez.

También fueron invitados Margie Bermejo, el grupo de danza gay La Cebra, que dirige José Rivera, y se presentó la obra de teatro El Tenorio cachondo, que interpretaron miembros de las propias organizaciones convocantes.

``Por favor, abrázame...''

En los altares de muertos se desbordó nuevamente la creatividad y se negó el paso a la conmiseración. En primer lugar, las consignas: ``Por favor abrázame aunque tenga sida'', ``La mejor ofrenda es el respeto a la vida'', ``Dame la mano, yo no puedo enfermarte'', ``Aun con sida continúa la vida''.

El optimismo de Ave de México en su ofrenda: cuatro grandes tumbas dedicadas a Vicente Fox, Jorge Serrano Limón, Norberto Rivera y Carlos Castillo Peraza, junto a una cazuela repleta de condones.

El objetivo de todas las organizaciones no gubernamentales que montaron sus ofrendas fue que se concientice que el sida todavía es un peligro, que todos estamos en riesgo, y hay que protegerse combatiendo la enfermedad con la mejor arma: la información.

Las ofrendas premiadas

Este año por primera vez hubo un concurso de ofrendas. Los trabajos premiados fueron los realizados por Arbol de la Vida, Gapes, Casa de la Sal, Curas, Universidad Intercontinental y Amsavih, que con los elementos tradicionales (flores de cempasúchitl, calaveras de azúcar, incienso, veladoras, fruta) lograron simbolizar la solidaridad, el alma de los muertos y la luz de sus caminos.

A la velada también llegaron representantes de ONG guatemaltecas. Una de esas organizaciones pidió unir fuerzas para continuar la batalla contra el sida, que tan sólo en México ha afectado a más de 34 mil personas; la mitad de ellas ya han fallecido.

Ellos están ahí

David Alberto Murillo, coordinador de Amigos contra el sida, antes de empezar la lectura de los nombres de los amigos muertos, invitó a los presentes a no olvidarlos nunca, ``y cuando se humedezcan nuestros ojos es que ellos ya están aquí''.