La Jornada 1 de noviembre de 1998

ALUD EN NICARAGUA POR MITCH; MILES, SEPULTADOS

Reuters, Ap, Afp y Dpa, Managua, 31 de octubre Ť Miles de personas podrían haber quedado sepultadas en varias comunidades nicaragüenses a raíz de un deslizamiento de lodo cerca de la frontera noroeste de Nicaragua con Honduras; de las 2 mil 500 habitantes en diez comunidades al pie del volcán Casitas, sólo 58 muertos y 57 personas con vida habían sido rescatadas esta noche, informó la alcaldesa de Posoltega, Felícita Zeledón.

Fue la primera confirmación oficial de muertes a causa del deslizamiento de lodo en la provincia noroeste de Chinandega, donde versiones radiales extraoficiales habían dicho que hasta 4 mil personas al pie del volcán podrían haber fallecido sepultadas.

En Posoltega viven unas 14 mil personas y el mayor Evenor Carcamo, director del Sistema Nacional de Defensa Civil en la región, indicó que a causa del mal tiempo las autoridades no pudieron trasladarse al lugar por helicóptero durante la jornada para investigar las versiones.

Con todo, el general Joaquín Cuadra, jefe del ejército nicaragüense, informó que la zona de Posoltega ``es uno de los lugares más afectados y no tenemos acceso por aire ni tierra''. En declaraciones a Radio Nicaragua, la alcaldesa Zeledón dijo que algunos socorristas extrajeron 58 cadáveres del lodo y que han sido sacados con 57 personas. ``Es como un desierto regado de cadáveres insepultos'', declaró.

Los deslaves de las laderas del volcán Casitas se produjeron por las constantes lluvias provocadas por lo que fue el huracán Mitch y hasta antes de conocerse el desastre ocurrido en Posoltega, se tenían reportes de que por lo menos 450 personas habían muerto en Centroamérica a causa del meteoro, que llegó a ser uno de los más violentos en la historia del Caribe, pero que ahora se ha convertido en una depresión tropical.

Hasta el momento, el país más castigado por el fenómeno era Honduras, en cuyas costas se estacionó el huracán, con 231 muertos, 179 en Nicaragua y 25 en El Salvador, y el meteoro seguía causando estragos en la región, donde hay cientos de miles de damnificados que sobreviven en condiciones precarias.

El ejército de Nicaragua redobló la ayuda a los damnificados y unidades militares lograron ingresar en áreas cercanas a la capital y a zonas de los departamentos de Granada, Matagalpa y León, que se encontraban incomunicadas.

Ante la magnitud del desastre, el ex presidente Daniel Ortega instó al mandatario nicaragüense, Arnoldo Alemán, a decretar el estado de emergencia nacional para socorrer con mayor eficacia a los miles de desplazados y damnificados.

Héctor Escoto, vocero de la oficina de Defensa Civil, reconoció que las autoridades cuentan con insuficientes medicinas, alimentos y otros artículos básicos para atender a los damnificados, que podrían ser presa de enfermedades contagiosas como el cólera y el dengue.

En Honduras, donde el gobierno declaró la víspera el estado de emergencia, se reportaron saqueos en varios centros comerciales de La Ceiba, Yoro, El Progreso y otras localidades de la zona atlántica, donde la destrucción de gran número de vías de comunicación ha causado un agudo desabasto de alimentos y otros artículos de primera necesidad.

La situación también es grave en Tegucigalpa, la capital, que según funcionarios públicos se encuentra inundada en 80 por ciento, lo que obligó a más de 20 mil personas a abandonar sus hogares y quienes se suman a los más de 200 mil damnificados reportados por los cuerpos de socorro. Tegucigalpa permanece incomunicada con los sureños departamentos de Choluteca y Valle, tras la destrucción de dos puentes, que al igual que más de 70 de otras regiones fueron arrasados por el desbordamiento de los ríos.

El presidente Carlos Flores quien, debido al mal tiempo, quedó atrapado la víspera en la localidad de Sigatepeque --75 kilómetros al este de la capital-- fue rescatado finalmente por un avión estadunidense que aterrizó en la cercana base aérea de Palmerola.

Las autoridades hondureñas ordenaron la evacuación de los habitantes establecidos en las cercanías de la represa de El Cajón, la principal del país y ubicada a 170 kilómetros al norte de Tegucigalpa, ante el persistente aumento del nivel de las aguas, que amenazan con cubrir una zona donde viven miles de personas.

Según datos oficiales, el número de desaparecidos por el paso de Mitch en Honduras --cuyos vientos rebasaron los 300 kilómetros por hora-- asciende 178, pero las autoridades reconocieron que la cifra podría ser mucho mayor.

El gobierno de El Salvador decretó, por otra parte, el estado de emergencia nacional para agilizar la ayuda a las víctimas de Mitch, que allí dejó un saldo de 25 muertos y cinco desaparecidos, mientras unos 7 mil habitantes debieron evacuar sus hogares, ante el riesgo de ser arrasados por las inundaciones que afectan, sobre todo, al departamento de San Miguel y otras regiones del oriente.

También ha habido graves inundaciones en una amplia zona del este de Guatemala, que incluye al departamento de Izabal, donde cerca de mil 500 personas fueron desalojadas por soldados y equipos de rescate, tras el desbordamiento del río Motagua.

Por otro lado, España, Cuba, Gran Bretaña y Estados Unidos figuran entre los primeros países que ofrecieron ayuda a los países afectados por Mitch, que tan sólo en Honduras dejó pérdidas por más de mil millones de dólares.