Acelerar procesos de paz en México y Colombia, pide el Foro de Sao Paulo
Enrique Méndez y Georgina Saldierna Ť El Foro de Sao Paulo estableció anoche que si en el mundo continúan aplicándose políticas neoliberales, limitadoras del desarrollo de los pueblos, no podrá pensarse que éstos puedan vivir en paz. También convocó a los gobiernos de México y Colombia, así como al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a acelerar sus propios procesos de negociación para terminar con los conflictos armados.
Al dar a conocer los acuerdos de la mesa Negociación y Procesos de paz en América Latina, el senador mexicano Carlos Payán Velver dijo que aunque los procesos de paz son largos y cansados, ``también son esperanzadores'' y afirmó que actualmente en el mundo hay voluntad de acabar con los conflictos armados por medio del diálogo y la negociación.
En el foro también se dio la bienvenida al acuerdo de terminar con el conflicto en Irlanda del Norte y expresó la adhesión de sus participantes al programa que establece el proceso de paz en aquel país. Pat Rice, del departamento internacional del Sinnfein, declaró que su partido está dispuesto a negociar con los unionistas y aclaró que actualmente el debate gira en torno al retiro de las armas.
Al final de la jornada, Marco León, de las FARC, confirmó que sus miembros están listos para terminar con la guerra en Colombia y sólo espera que -como hizo esa organización- el gobierno de Andrés Pastrana también muestre voluntad política, pues comentó que aun cuando ``ha mostrado ciertos avances'', en la práctica ``no hay un cambio en la política terrorista de Estado y continúan las masacres cometidas por paramilitares, que son una extensión del Ejército''.
Al narrar sus experiencias, Carlos González, de la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), estableció que parte de la solución propuesta por la guerrilla en su país se fincó en las reformas constitucionales que reconocían la identidad multiétnica y cultural del pueblo guatemalteco, así como el respeto a los derechos humanos y la solución a los problemas agrarios.
Refirió que una vez que el Ejército guatemalteco decidió redefinir sus funciones, se logró fortalecer la participación de la sociedad civil y comentó que a partir de 1999 se constituirá una reunión de seguimiento que vigilará el cumplimiento de los acuerdos entre el gobierno del presidente Alvaro Arzú y la comandancia de la URNG.
González recordó que en 1990, cuando decidieron realizar consultas entre todos los sectores de la sociedad guatemalteca, su organización valoró que la paz era posible, puesto que estaba en el interés de todo el país y no sólo de las fuerzas enfrentadas. ``Fue un año exitoso en el que rompimos tabúes'', dijo.
Por su parte, Wilson Romero, también de la URNG, dijo que los guerrilleros están listos para redefinir su estrategia de lucha y aseguró que tendrán que reformar su posición frente al movimiento social de su país para mantener el objetivo de llegar al poder en beneficio popular.
A su vez, la representación del Frente Farabundo Martí Liberación Nacional de El Salvador detalló que la paz en ese país se logró a partir de los avances en los conflictos armados, aunque ello causó la muerte de miles de salvadoreños.
Mientras, en la mesa de Movimientos Sociales, los dirigentes de partidos políticos concidieron en que debe impulsarse una gran reforma de estas expresiones, así como enarbolar nuevas banderas que puedan ser defendidas conjuntamente.
El secretario general del Partido del Trabajo de Brasil, Arlindo Chinaglia, hizo un llamado para que los miembros del foro realicen un esfuerzo para defender banderas comunes y profundizar en los movimientos sociales en el continente, así como para crear un frente conjunto, pues hasta ahora la ausencia de criterios generales no ha permitido impugnar con éxito hechos como el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba y, en otro momento, el autogolpe de Estado del presidente peruano, Alberto Fujimori.
Por su parte, Alfonso Ramírez Cuéllar, diputado del PRD mexicano, consideró necesario que los partidos de izquierda constituyan plataformas comunes y planteó una disyuntiva a los movimientos sociales: o redimensionan sus luchas y entienden que no pueden llevar a cabo batallas peticionarias, o provocarán un grave retroceso que detendrá los avances democráticos en muchos países.
Los indígenas son vistos como asunto secundario por la propia izquierda
Entre tanto, en la Mesa Indígena el diputado Gilberto López y Rivas dijo que los partidos políticos de oposición han cometido el error de ver al indígena como asunto secundario y de manifestar su apoyo a las comunidades sólo de manera declarativa, pero no en forma concreta.
El PRD, reconoció, tampoco se salva de esta postura y dijo que debió surgir un movimiento armado para concretar los planteamientos indígenas; recordó, incluso, que en el séptimo Foro de San Paulo no hubo una posición clara sobre la problemática de las etnias y se mantuvo una visión etnocéntrica en torno al tema. Lamentó que muchos partidos políticos sólo se preocupen de las comunidades indígenas cuando hay elecciones.
Por su parte Luis Hernández Navarro, colaborador de esta casa editorial, presentó un panorama de la situación en que viven los indígenas mexicanos. Dijo que 50 por ciento de ellos son analfabetos y 85 por ciento de los niños presentan altos niveles de desnutrición, al punto que el 26 por ciento no logra sobrevivir. También resaltó que el 80 por ciento de sus padecimientos son de origen infeccioso-nutricional.
A este panorama agregó que sufren discriminación racial y que la mayor parte de violaciones a los derechos humanos se presenta en las comunidades indígenas.
Al octavo Foro de Sao Paulo asisten dirigentes del Frente Amplio de Uruguay, Partido del Trabajo de Brasil, Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Sinnfein de Irlanda -considerado el brazo político del Ejército Revolucionario Irlandés- y del Partido Comunista de Cuba (PCC).