Hace unos días decíamos que a este gobierno le quedan menos de dos años para privatizar el sector energético mexicano, en apego a la idea de que es mejor que los capitales fluyan libremente en la explotación del petróleo y del gas, en la refinación, en la petroquímica y en la electricidad. Por otra parte, le quedan no más de dos meses para resolver el espinoso asunto del Fobaproa, al menos como desean hacerlo, es decir, colocando en el mismo paquete a los grandes deudores con los medianos y los chicos, a las víctimas de la especulación y el fraude bancario con los victimarios, y salvando, sin distingo alguno, a prestamistas y prestatarios. Si la iniciativa gubernamental sale adelante con los votos de PRI y PAN, sería un hecho inédito en el mundo en desarrollo: se salvaría por tercera ocasión a los banqueros mexicanos. La primera fue la nacionalización de la banca, en 1982, cuando se les rescató de su enorme deuda y el débito público se elevó de 55 mil millones de dólares en 1982 a casi 75 mil millones en 1983. En esa ocasión, entre llanto y lamentos, José López Portillo afirmó ante el Congreso: ``No nos volverán a saquear''. Sin embargo, el crack bursátil de 1987 obligó a un nuevo rescate bancario. Y ahora se pretende salvarlos por tercera ocasión, pues la enorme deuda acumulada por el Fobaproa, como han demostrado hasta la saciedad diversos análisis no oficialistas, es responsabilidad de los grandes grupos financieros del país.
Este tercer salvamento puede costar casi 50 mil millones de dólares y muchos años de miseria. Una muestra de ello es la imposibilidad de elevar la masa salarial pese al significativo crecimiento tanto de la industria como de la productividad.
Además, detrás del Fobaproa no sólo está el salvamento del grupo de especuladores que pretenden colarse junto con sus víctimas --con la anuencia de ocho--, sino la incapacidad de la economía mexicana para financiar su desarrollo en forma sustentable. El esquema financiero mexicano está en crisis. ¿Qué hacer con él? ¿Volver al control estatal? ¿Dejarlo en manos de los banqueros de hoy, que día con día demuestran su ineptitud? ¿Dejar entrar libremente a los banqueros extranjeros? No olvidemos que el sistema financiero tiene una función fundamental para el desarrollo: concentrar el dinero para distribuirlo en empresas, ramas, esferas, regiones. Así, podemos decir que el Fobaproa entraña uno de los principales problemas de la economía mexicana: la capacidad de consolidar un sistema bancario y financiero coherente y funcional, para no decir equitativo y justo. Esto exige una sólida estructura y una adecuada regulación estatal, lo que a su vez implica honestidad a toda prueba. ¿Cómo creer en esa honestidad cuando, como ha sucedido, los encargados de las finanzas públicas pasan libremente del sector público al privado? Ora son reguladores, ora directivos de empresas; ora banqueros públicos, ora privados. De ahí la importancia del dictamen que se emitirá en el Congreso.
Melée
El desmantelamiento de Petróleos Mexicanos, que en alguna ocasión Carlos Romero Deschamps denunció ante el presidente Ernesto Zedillo, se hace cada vez más evidente. El problema es que el mismo Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que dirige Romero Deschamps, participa en ese saqueo. Si un sindicalizado desea remodelar su vivienda, entre sus prestaciones contractuales se encuentra un apoyo ``totalmente gratuito'' de más de 30 mil pesos, que se obtienen con documentación falsa (principalmente de personal jubilado o liquidado), elaborada por algunos integrantes del sindicato y validada por ciertos funcionarios de la empresa. El dinero va a parar a los bolsillos de unos cuantos. la Procuraduría General de la República pronto dará noticias al respecto... El jueves 5 de noviembre a las 18 horas, en el auditorio Cresencio Ballesteros de la Universidad Iberoamericana, plantel Santa Fe, se presentará el libro Deuda externa mexicana: ética, teoría, legislación e impacto social, coordinado por José Antonio Ibáñez Aguirre. Participarán los autores, Julio Boltvinik, Jaime Estay Reyno, Rodrigo Guerra López, Loretta Ortiz Ahlf y Andrés Peñaloza Méndez.